Los lapsos de atención debidos a la falta de sueño podrían deberse a que el cerebro está tratando de ponerse al día con la limpieza de desechos (lo que normalmente ocurre mientras se duerme) durante el día, sugirió un nuevo estudio.
El líquido cefalorraquídeo, que fluye dentro y alrededor del cerebro y la médula espinal, protege al sistema nervioso central de los shocks, ayuda a eliminar los desechos del cerebro que se acumularon durante el día mediante el “lavado”. Se considera importante para mantener la salud y el funcionamiento del cerebro.
“Si no duermes, las ondas del líquido cefalorraquídeo comienzan a invadir la vigilia donde normalmente no las verías. Sin embargo, vienen con una compensación atencional, donde la atención falla durante los momentos en que tienes esta onda de flujo de fluido”, dijo Laura Lewis, profesora asociada de ingeniería eléctrica e informática en el Instituto de Tecnología de Massachusetts y autora principal del estudio publicado en la revista Nature Neuroscience.
El sueño es fundamental para el funcionamiento diario normal, y se sabe que la privación causa un deterioro de la función cognitiva, como recordar y prestar atención, entre otros déficits. En estudios anteriores se ha sugerido que los problemas en la eliminación de desechos del cerebro conducen a la demencia.
El estudio evaluó la capacidad de prestar atención de 26 participantes, una vez después de una noche de privación de sueño en el laboratorio y otra cuando estaban bien descansados, en una tarea visual y auditiva.
Para la tarea visual, se pidió a los participantes que presionaran un botón cuando una cruz en una pantalla frente a ellos cambiaba a un cuadrado. Para el auditivo, se les pidió que hicieran lo mismo cuando escucharan un pitido.
Los registros de la actividad cerebral utilizando un electroencefalograma y un escáner de resonancia magnética funcional (fMRI) revelaron que los participantes privados de sueño tuvieron peores resultados, en comparación con los que descansaron bien.
El tiempo necesario para responder a los cambios en las imágenes y el audio fue mayor y, en algunos casos, los participantes no registraron el cambio, lo que representa un lapso de atención, dijeron los investigadores.
Entre los cambios fisiológicos observados durante un lapso de atención, los investigadores notaron que el líquido cefalorraquídeo salió del cerebro durante los lapsos y regresó después de cada lapso.
El resultado sugiere que “en el momento en que falla la atención, este líquido en realidad está siendo expulsado fuera del cerebro. Y cuando la atención se recupera, vuelve a entrar”, dijo Lewis.
Los investigadores propusieron que cuando el cerebro está privado de sueño, comienza a compensar la pérdida de limpieza que normalmente ocurre durante el sueño, posiblemente a costa de la atención.
“Una forma de pensar en esos eventos es que el cerebro necesita tanto dormir que hace todo lo posible por entrar en un estado similar al sueño para restaurar algunas funciones cognitivas”, dijo el autor principal Zinong Yang, asociado postdoctoral en el MIT.
Los investigadores dijeron que una reducción de la frecuencia cardíaca y respiratoria y el estrechamiento de las pupilas se encontraban entre otros cambios fisiológicos relacionados con un lapso de atención, lo que indica cómo los efectos de la falta de sueño afectan a todo el cuerpo.
“Demuestran que las fallas de atención durante la vigilia después de la privación del sueño están estrechamente orquestadas en una serie de cambios cerebro-cuerpo, incluidos cambios neuronales, constricción de la pupila y pulsaciones del flujo de líquido cefalorraquídeo (LCR), lo que apunta a un sistema acoplado de dinámica de fluidos y estado neuromodulador”.
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