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La edad de jubilación aumenta en España a 66 años y 8 meses para aquellos que no cumplen con los nuevos requisitos en 2025

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La llegada de 2025 marca un nuevo capítulo en el sistema de pensiones españolas.

Desde el 1 de enero, la edad de jubilación ordinaria es de 66 años y 8 meses para aquellos que no cumplen con los requisitos de contribución más estrictos requeridos por la última reforma.

Este aumento, dos meses que en el año anterior, responde a la hoja de ruta acordada en 2011, con la vista de la sostenibilidad del sistema frente al envejecimiento de la población y los desafíos económicos actuales.

El cambio no afecta a todos por igual. Aquellos que acreditan menos de 38 años y tres meses citados deben esperar hasta que esa nueva edad legal se retire.

Por otro lado, los trabajadores con carreras laborales largas, al menos 38 años y tres meses de contribuciones, pueden mantener su derecho a retirarse a los 65 años sin penalización.

Esta dualidad busca reconocer las extensas trayectorias de trabajo y promover largas carreras contributivas.

El calendario progresivo durante 67 años

El aumento en la edad de jubilación ordinaria no es una medida aislada. Es parte de un proceso gradual iniciado hace más de una década, que culminará en 2027, cuando la edad legal alcanzará 67 años para aquellos que no alcanzarán el amplio período de cita requerida. De esta manera, cada año es un paso adicional hacia ese objetivo final:

2025: 66 años y 8 meses (si no alcanza los 38 años y tres meses citados) 2026: 66 años y 10 meses2027: 67 años

Este calendario progresivo tiene como objetivo aliviar la presión financiera sobre el sistema público, antes de una generación del baby boom que se incorpora masivamente a la jubilación.

Nuevos requisitos: ¿Qué implica recolectar el 100%?

No es suficiente para cumplir con la edad. El monto total de la pensión, el 100% esperado del 100% de la base regulatoria, exige cumplir con otros hitos. En 2025, quien aspira a esa pensión completa debe ser un mínimo de 36 años y seis meses citados. Sin embargo, para anticipar la jubilación a los 65 años, como hemos visto, se requieren al menos 38 años y tres meses.

El acceso a cualquier tipo de pensión contributiva mantiene otro requisito histórico: al menos 15 años citado, con dos dentro del último cuarto de siglo antes de solicitar la jubilación. Esto garantiza un cierto vínculo reciente con el mercado laboral.

En cuanto al cálculo económico, la base regulatoria calculada en los últimos 25 años citados (300 meses) se ha tomado como referencia. Esta fórmula permanecerá en vigor durante 2025. A partir del próximo año, se introducirán modificaciones con un modelo dual que permitirá calcular las mejores bases dentro de un período ligeramente más alto.

Una revisión visual: edades y requisitos (2025)

Tiempo ordinario Posibilidad de jubilación por pagar posibles de 38 años y 3 meses 66 años y 8 meses de acuerdo con los años cotizados de 38 años y 3 meses 65 años hasta el 100%mínimo para cualquier pensión 15 años proporcional para la pensión completa 36 años y seis meses 15%

Reformas e incentivos: ¿Qué busca el nuevo sistema?

La reforma que endurece estos requisitos persigue varios objetivos:

Asegure la viabilidad financiera del sistema público frente al incremento para el envejecimiento. FOMM compra contra la inflación.

De hecho, este año las pensiones contributivas han experimentado una revaluación del 2.8%, mientras que los mínimos han aumentado el 6%. Los ingresos vitales no confritos y mínimos han visto aumentos aún mayores, hasta un 9%, lo que refleja el compromiso de proteger a los grupos más vulnerables contra el costo de la vida.

Jubilación temprana o tardía: opciones de aumento

La flexibilidad también es un activo importante. La legislación permite:

Retire por adelantado (voluntario) desde los 64 y ocho meses si se han citado al menos 35 años, aunque aplicando coeficientes reductores en la cantidad final (entre 2.81% y un máximo de 21% dependiendo de los casos). Fomento aún más (involuntario) por causas fuera del trabajador (platos colectivos o ERE) desde 62 años y ocho meses o incluso antes de que las circunstancias especiales son voluntariamente. La retirada más allá de la edad legal, que genera incentivos adicionales en forma de porcentaje de aumentos sobre la base regulatoria o incluso pagos únicos.

Estas fórmulas permiten alguna adaptación individual a las necesidades personales o familiares.

El desafío demográfico y económico después de las reformas

Las reformas ingresadas responden a una realidad demográfica: en España hay más y más trabajadores de los pensionistas mayores y menos activos. Según las proyecciones oficiales, este desequilibrio aumentará en las próximas décadas, poniendo las finanzas públicas bajo presión si no se toman medidas correctivas.

Por lo tanto, el aumento progresivo tanto de la edad legal como los períodos mínimos busca distribuir ese esfuerzo entre generaciones y mitigar el riesgo futuro. Sin embargo, estas medidas también plantean debates sociales sobre su impacto real en grupos con trayectorias de trabajo irregulares o en sectores con mayor uso físico.

En resumen:

La edad ordinaria para jubilarse aumenta a 66 años y ocho meses, excepto por largas carreras contributivas. La cubierta 100% ahora requiere casi cuatro décadas trabajando. Las reglas continuarán endureciéndose hasta que establezcamos los 67 años como regla general en solo dos años. La sostenibilidad del sistema ahora depende tanto del empleo joven como del éxito de estas reformas para equilibrar las cuentas públicas.

Este contexto obliga a millones de trabajadores españoles a repensar su planificación financiera personal y profesional antes de una jubilación que viene más tarde, pero promete una mayor seguridad si se cumplen todos los requisitos legales nuevos.

Autor

Manuel Trujillo

Periodista apasionado por todo lo que lo rodea es, de manera informativa, un SUV

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