Lafarge terminó de construir su fábrica de 680 millones de dólares en el norte de Siria en 2010, antes de que estallara la guerra civil. Foto: Delil SOULEIMAN / AFP/Archivo
Fuente: AFP
El grupo cementero Lafarge será juzgado el martes en Francia, acusado de pagar dinero de protección al grupo Estado Islámico y a otros yihadistas para desarrollar su negocio en la Siria devastada por la guerra.
En un caso similar en Estados Unidos, la firma francesa se declaró culpable de conspirar para brindar apoyo material a organizaciones “terroristas” extranjeras designadas por Estados Unidos y acordó pagar una multa de 778 millones de dólares, en el primer caso de tal cargo contra una corporación.
En el juicio francés, Lafarge, que desde entonces fue adquirida por el conglomerado suizo Holcim, está acusada de pagar millones de dólares en 2013 y 2014, a través de su filial Lafarge Cement Syria (LCS), a grupos yihadistas e intermediarios para mantener operativa su planta en el norte de Siria.
Los grupos a los que supuestamente pagó incluyen el grupo Estado Islámico (EI) y Jabhat al-Nusra, entonces afiliado de Al-Qaeda en Siria.
Entre los acusados se encuentran Lafarge, su ex director Bruno Lafont, cinco ex miembros del personal operativo y de seguridad y dos intermediarios sirios. Uno de los sirios está sujeto a una orden de arresto internacional y se espera que esté ausente.
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Han sido acusados de “financiar el terrorismo” y violar las sanciones internacionales.
Lafarge podría enfrentar una multa de hasta 1,2 millones de dólares si es declarado culpable de “financiar el terrorismo” y mucho más si se descubre que ha violado las sanciones.
Holcim, que adquirió Lafarge en 2015, ha dicho que no tenía conocimiento de los negocios en Siria.
Personal sirio abandonado
Lafarge terminó de construir su fábrica de 680 millones de dólares en Jalabiya en 2010, antes de que estallara la guerra civil en Siria en marzo del año siguiente.
El conflicto estalló con la brutal represión de las protestas antigubernamentales por parte del entonces presidente Bashar al-Assad y evolucionó hasta incluir a una multitud de grupos armados y potencias extranjeras.
Entre ellos, los yihadistas del EI que ya habían operado en el norte de Siria desde 2013 se apoderaron de grandes extensiones del país y del vecino Irak en 2014, declarando el llamado “califato” transfronterizo.
Implementaron su brutal interpretación de la ley islámica, llevando a cabo ejecuciones públicas, cortando las manos a ladrones y vendiendo mujeres de la minoría yazidí como esclavas sexuales.
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Mientras que otras empresas multinacionales abandonaron Siria en 2012, Lafarge sólo evacuó a sus empleados expatriados y dejó a su personal sirio en el lugar hasta septiembre de 2014, cuando el EI tomó el control de la fábrica.
En 2013 y 2014, LCS supuestamente pagó a intermediarios para acceder a materias primas del EI y otros grupos y para permitir la libre circulación de los camiones y empleados de la empresa.
Los combatientes sirios liderados por los kurdos, respaldados por el poder aéreo de una coalición liderada por Estados Unidos, derrotaron al EI y su protoestado en 2019.
¿Crímenes contra la humanidad?
En Francia se abrió una investigación en 2017 tras varias informaciones de los medios y dos denuncias judiciales en 2016, una del Ministerio de Finanzas por el supuesto incumplimiento de una sanción económica y otra de grupos no gubernamentales y 11 ex miembros del personal de la LCS por una supuesta “financiación del terrorismo”.
Está previsto que el juicio en París dure hasta mediados de diciembre.
En el caso de Estados Unidos, el Departamento de Justicia dijo que Lafarge buscó la ayuda del EI para eliminar a sus competidores, operando un efectivo “acuerdo de reparto de ingresos” con ellos.
Lafont, que fue director ejecutivo de 2007 a 2015, cuando Lafarge se fusionó con Holcim, denunció en ese momento la investigación como “sesgada”.
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Aún está en curso otra investigación francesa sobre la presunta complicidad de Lafarge con crímenes contra la humanidad.
En Estados Unidos, unos 430 estadounidenses de origen yazidí y la premio Nobel Nadia Murad han presentado una demanda civil acusándolos de apoyar ataques brutales contra la población a través de una conspiración con el EI.
Fuente: AFP









