Teherán – El anuncio del equipo del equipo de fútbol nacional iraní para el próximo torneo CAFA 2025 del entrenador en jefe Amir Ghalenoei ha provocado críticas notables.
Si bien es innegable que la selección de escuadrón finalmente se basa en las preferencias del entrenador, la elección de los jugadores y la calidad general del torneo plantean preocupaciones significativas con respecto a la preparación del equipo Melli antes de la Copa Mundial 2026.
En primer lugar, el torneo CAFA en sí es ampliamente considerado como una competencia con un estándar competitivo relativamente bajo. El grupo de Irán incluye Afganistán, India y Tayikistán, equipos clasificados muy por debajo de Irán en la clasificación global de la FIFA.
Afganistán, por ejemplo, se posicionan en el 161º en el mundo y en el puesto 32 en Asia, con un historial muy limitado de éxito en las competiciones oficiales. India y Tayikistán también caen fuera de los 100 primeros. Este nivel de oposición apenas presenta una prueba rigurosa para un equipo que ocupa el puesto 18 a nivel mundial. Los oponentes más fuertes en el torneo, Uzbekistán, clasificado en el puesto 57, están en un grupo completamente diferente, lo que hace que el camino de Irán sea relativamente más fácil.
Esto plantea la pregunta: ¿por qué Irán participa en un torneo en el que es poco probable que el nivel de oposición proporcione una preparación significativa? El fracaso para asegurar partidos amigables de mayor calidad o invitar a oponentes más fuertes parece haber dejado al equipo nacional sin otra opción que aceptar CAFA como un evento de calentamiento.
Además, la lista de escuadrones en sí ha causado algunas críticas. En lugar de usar este torneo para brindar a los jugadores jóvenes una importante experiencia internacional, Amir Ghalenoei ha elegido principalmente jugadores mayores y más experimentados. Algunos de estos jugadores no tienen un club en este momento o no juegan regularmente. En particular, se incluyen veteranos como Mehdi Taremi y Alireza Jahanbakhsh a pesar de que no tienen un club en este momento, y Ramin Rezaeian, de 35 años, fue elegido en lugar de jugadores más jóvenes y prometedores.
Este enfoque da como resultado un escuadrón promedio alto de 27,9 años, con solo dos jugadores menores de 23 años. El sesenta por ciento de la lista cae en el grupo de edad de 23-28, dejando espacio limitado para fomentar la próxima generación antes de la Copa Mundial. Tal selección cautelosa corre el riesgo de perder una oportunidad crucial para construir un escuadrón dinámico y listo para el futuro.
En resumen, el torneo CAFA 2025 representa una oportunidad perdida para el equipo nacional iraní. La combinación de un entorno competitivo de bajo nivel y una selección de escuadrón conservador socava los beneficios potenciales del evento.
Con el avance de la Copa Mundial 2026, es imperativo que el cuerpo técnico y la federación reconsideren su enfoque, prioricen los accesorios desafiantes e inviertan en el desarrollo juvenil para preparar realmente al equipo para la etapa mundial.