Confirmar las restricciones para los prisioneros ‘de alto perfil’

La Cámara Federal de Casación Criminal dejó la validez del nuevo protocolo de seguridad para los detenidos considerados de alto riesgo en el campo del Servicio Penitenciario Federal (SPF), una herramienta promovida por el Ministerio de Seguridad que realiza Patricia Bullrich.
La decisión se tomó en el marco de un hábeas corpus presentado por la defensa de Guillermo Rafael Boscán Bracho, también conocido como El Yiyi, presunto líder de una de las pandillas criminales más peligrosas en Venezuela, que fue arrestada en Corrientes bajo una identidad falsa.
El caso que dio lugar al pronunciamiento llegó a la habitación IV compuesta por los jueces Mariano Borinsky, Javier Carbajo y Gustavo Hornos. En el fallo, los magistrados rechazaron el enfoque contra el protocolo al considerar que la acción del hábeas corpus no es “la ruta de procedimiento relevante” para discutir la validez de este régimen de seguridad especial. Por lo tanto, dejaron el sistema de gestión integral para personas privadas de libertad de alto riesgo, que fue aprobado el 23 de enero de 2024 a través de la resolución 35/2024.
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Este protocolo, diseñado para enfrentar el progreso de las organizaciones criminales transnacionales, contempla medidas de seguridad extraordinarias: evita el contacto físico con las visitas, restringe las comunicaciones a las llamadas salientes de teléfonos públicos supervisados y limita los desplazamientos internos. Se aplica a los reclusos vinculados a delitos como el tráfico de drogas, el terrorismo, los homicidios y la asociación ilícita.
La defensa de Boscán Bracho había cuestionado estas condiciones y solicitó su cese. En su presentación, también había reclamado más frecuencia en visitas y comunicaciones. Aunque logró autorizar una visita semanal de 60 minutos y llamadas telefónicas durante 40 minutos por semana, se descartó su orden principal, el desafío del protocolo.
Yiyi fue arrestado por Interpol en un país de país, después de una extensa investigación de la policía federal. Vivía con una falsa identidad colombiana, como pareja con una mujer de esa nacionalidad, con quien tenía un hijo. Se movilizó en un Ford Ranger y mantuvo un perfil extremadamente bajo. Las fuerzas de seguridad temían que le ofreciera resistencia armada, pero cuando fue interceptado, no lo sé
opuesto. Llevó tres documentos falsos: uno argentino, uno venezolano y otro colombiano.
Por encima de las acusaciones muy serias en Venezuela: extorsión, homicidio calificado, terrorismo, tráfico de armas y asociación para cometer crímenes. De hecho, Venezuela emitió una alerta roja de Interpol en agosto de 2022 y reclama su extradición. Según la información de la justicia venezolana, es uno de los diez criminales más buscados en el país y está vinculado, al menos, los asesinatos de tres comerciantes que se negaron a pagar la extorsión.
Además de Boscan, el protocolo también se aplica a los prisioneros argentinos de alto perfil, como los miembros de la Banda de Los Monos, o el Capo de Narco Mameluco Villalba, entre otros.