Tecnología

Regular la IA parece una tarea imposible, pero ética y económicamente, es vital

Crédito: dominio público Unsplash/CC0

La IA ya ha transformado las industrias y la forma en que funciona el mundo. Y su desarrollo ha sido tan rápido que puede ser difícil mantenerse al día. Esto significa que aquellos responsables de lidiar con el impacto de la IA en temas como la seguridad, la privacidad y la ética deben ser igualmente rápidos.

Pero regular un sector tan rápido y complejo es extremadamente difícil.

En una cumbre en Francia en febrero de 2025, los líderes mundiales lucharon por acordar cómo gobernar la IA de una manera que sería “segura, segura y confiable”. Pero la regulación es algo que afecta directamente la vida cotidiana, desde la confidencialidad de los registros médicos hasta la seguridad de las transacciones financieras.

Un ejemplo reciente que destaca la tensión entre el avance tecnológico y la privacidad individual es la disputa continua entre el gobierno del Reino Unido y la Apple. (El gobierno quiere que el gigante tecnológico proporcione acceso a datos de usuario cifrados almacenados en su servicio en la nube, pero Apple dice que esto sería una violación de la privacidad de los clientes).

Es un equilibrio delicado para todos los interesados. Para las empresas, particularmente las globales, el desafío es navegar por un panorama regulatorio fragmentado mientras permanece competitivo. Los gobiernos deben garantizar la seguridad pública al tiempo que fomentan la innovación y el progreso tecnológico.

Ese progreso podría ser una parte clave del crecimiento económico. La investigación sugiere que la IA está encendiendo una revolución económica, lo que mejora el desempeño de sectores enteros.

En atención médica, por ejemplo, los diagnósticos de IA han reducido drásticamente los costos y la vida salvada. En finanzas, los algoritmos de afeitar a la navaja reducen los riesgos y ayudan a las empresas a aprovechar las ganancias.

Las empresas de logística se han beneficiado de las cadenas de suministro simplificadas, con tiempos de entrega y gastos cortados. En la fabricación, la automatización impulsada por la IA ha aumentado la eficiencia y ha reducido los errores derrochadores.

Pero a medida que los sistemas de IA se integran cada vez más profundamente, los riesgos asociados con su aumento de desarrollo no controlado.

Los datos utilizados en los algoritmos de reclutamiento, por ejemplo, pueden discriminar involuntariamente a ciertos grupos, perpetuando la desigualdad social. Los sistemas automatizados de anotación de crédito pueden excluir a las personas injustamente (y eliminar la responsabilidad).

Problemas como estos pueden erosionar la confianza y traer riesgos éticos.

Un marco regulatorio bien diseñado debe mitigar estos riesgos y garantizar que la IA siga siendo una herramienta para el crecimiento económico. La sobreregulación podría retrasar el desarrollo y desalentar la inversión, pero la supervisión inadecuada puede conducir a un mal uso o explotación.

Inteligencia internacional

Este dilema se está tratando de manera diferente en todo el mundo. La UE, por ejemplo, ha introducido uno de los marcos regulatorios más completos, priorizando la transparencia y la responsabilidad, especialmente en áreas como la atención médica y el empleo.

Si bien es robusto, este enfoque corre el riesgo de desacelerar la innovación y aumentar los costos de cumplimiento para las empresas.

Por el contrario, Estados Unidos ha evitado ampliar las reglas federales, optando por la autorregulación en industrias específicas. Esto ha llevado a un rápido desarrollo de IA, particularmente en áreas como vehículos autónomos y tecnología financiera. Pero también deja brechas regulatorias y una supervisión inconsistente.

Mientras tanto, China utiliza la regulación dirigida por el gobierno, priorizando la seguridad nacional y el crecimiento económico. Esto trae una inversión estatal importante, impulsando los avances en cosas como los sistemas de reconocimiento facial y vigilancia, que se utilizan ampliamente en estaciones de tren, aeropuertos y edificios públicos.

Estos enfoques variables demuestran una falta de acuerdo internacional sobre la IA. Y también plantean desafíos importantes para las empresas que operan a nivel mundial.

Las empresas ahora deben cumplir con múltiples regulaciones de IA, a veces conflictivas, lo que lleva a mayores costos de cumplimiento e incertidumbre.

Esta fragmentación podría ralentizar la adopción de la IA ya que las empresas dudan en invertir en aplicaciones que podrían no conformarse en algunos países. Un marco regulatorio coordinado globalmente parece cada vez más necesario para garantizar la equidad y promover la innovación responsable sin restricciones excesivas.

Innovación versus regulación

Pero de nuevo, lograr este tipo de marco no sería fácil. El impacto de la regulación en la innovación es complejo e implica compensaciones cuidadosas.

La transparencia, aunque esencial para la responsabilidad, podría significar compartir nuevas tecnologías, erosionando las ventajas competitivas. Los requisitos estrictos de cumplimiento, cruciales en industrias como la atención médica y las finanzas, pueden ser contraproducentes donde el desarrollo rápido es vital.

La regulación efectiva de la IA debe ser dinámica, adaptativa y armonizada globalmente, equilibrando las responsabilidades éticas con la ambición económica. Es probable que las empresas que se alinean activamente con los estándares éticos de IA se beneficien de una mejor confianza del consumidor.

Por ahora, en ausencia de un acuerdo global, el Reino Unido ha elegido un enfoque flexible, con pautas establecidas por organismos independientes como la unidad de adopción de tecnología responsable. Este modelo tiene como objetivo atraer la inversión y fomentar la innovación al ofrecer claridad sin limitaciones demasiado rígidas.

Con un sólido ecosistema de investigación, universidades de clase mundial y una fuerza laboral calificada, el Reino Unido tiene una base sólida para el crecimiento económico impulsado por la IA. La inversión continua en investigación, infraestructura y talento es esencial.

El Reino Unido también debe mantenerse proactivo en la configuración de los estándares internacionales de IA. Para lograr una gobernanza efectiva de IA que sea segura y confiable, será clave para asegurar su futuro como motor de transformación económica y social.

Proporcionado por la conversación

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Cita: La regulación de la IA parece una tarea imposible, pero ética y económicamente, es vital (2025, 28 de mayo) recuperada el 28 de mayo de 2025 de https://techxplore.com/news/2025-05-ai-imposible-task-énicamente-económicamente.html

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