El gobierno autoritario de Venezuela envió una carta a la ONU pidiendo su apoyo sobre lo que describió como “amenazas continuas” de los Estados Unidos, que incluyen el despliegue de activos militares fuera de su costa.
Concretamente, el ministro de Relaciones Exteriores venezolano, Yvan Gil, dio la carta a Gianluca Rampolla, funcionario de la ONU en el país sudamericano. Afirma que el país “denuncia firmemente el despliegue, que es una grave amenaza para la paz y la seguridad en la región”.
“La presencia de un submarino ofensivo en América Latina y el Caribe contradice el compromiso histórico de nuestras naciones con el desarmador y la resolución pacífica de las disputas, y representa un claro acto de intimidación que está en contra de la carta y el espíritu de la Carta de la ONU”, agrega la carta.
El documento continúa afirmar que el uso de un submarino nuclear, que no tiene transparencia con respecto a su carga o reglas de uso, socava el propósito de la carta y erosiona la confianza colectiva en el régimen de desnuclearización regional “.
El documento termina con tres solicitudes: el final del despliegue de los Estados Unidos, “garantías claras y verificables de los EE. UU. Que no se desplegará ni amenazará para usar armas nucleares en América Latina y el Caribe”, y una conferencia a la que asistieron países de la región con respecto a las acciones más recientes.
En este contexto, el presidente autoritario Nicolás Maduro también ha emitido un llamado a todos los miembros de la milicia en el país. El ejército inscribió voluntarios durante el fin de semana, buscando reforzar sus filas.
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