Más información
No se trague esa falsa que aquellos que los inmigrantes ilegales que lleguen a las olas en España pagarán la pensión.
Entre otras razones, porque siempre reciben más del sistema de lo que contribuyen.
El panorama de la pensión en España ha cambiado drásticamente en los últimos años.
Hasta hace poco, la imagen tradicional del jubilado se asociaba con ingresos modestos y estabilidad justa. Sin embargo, hoy, el 27 de agosto de 2025, uno de cada cuatro jubilados recibe una pensión superior a 2,000 euros por mes.
Estos datos, que hace dos décadas ni siquiera alcanzaron el 2% del total, revelan una transformación profunda en el sistema y el perfil económico de quienes acceden a la jubilación.
Este crecimiento no es accidental. Desde 2021, el número de pensionistas con altos ingresos ha aumentado en un 64%. La razón principal es la entrada de nuevas generaciones con carreras laborales más largas y salarios más altos. Además, la revaluación automática vinculada al IPC ha jugado un papel clave para las pensiones para permanecer y crecer cada año.
Distribución de pensiones actual:
Más de 2,000 euros: 26% de los jubilados. Entre 1,000 y 2,000 euros: 35%.
Los nuevos máximos tienen una cantidad promedio que excede los 1.700 euros por mes, una diferencia notable en comparación con las víctimas, que son de alrededor de 1,400 euros.
El ritmo acelerado del alivio generacional
La llegada masiva a la jubilación de la generación del “baby boom” es disparar el número de redes altas en el sistema, superando a 9,000 nuevas pensiones solo en febrero. Esta ola demográfica implica que, en los próximos años, casi seis millones de españoles se retirarán, probando la capacidad financiera del modelo actual.
El gasto anual en las pensiones contributivas será de alrededor de 232,760 millones de euros este año y podría superar los 291,000 millones en solo cuatro años si se mantienen las tendencias actuales. El aumento en el número total de beneficios pagados por el Seguro Social creció un 1,6% en el año para alcanzar un registro histórico este agosto.
¿Qué tan lejos puede llegar el sistema?
El debate sobre la sostenibilidad del sistema de pensiones públicas regresa con fuerza cada vez que se publican cifras como estas.
Por un lado, el ministro Elma Saiz insiste en que las reformas estructurales han dado resultados y que el sistema ha excedido su primer examen externo exitoso.
La Autoridad de Responsabilidad Fiscal Independiente (AIREF) indica que el gasto neto es de alrededor del 13.2% del PIB, una décima por debajo del límite establecido por la ley.
Por otro lado, los expertos independientes advierten sobre los riesgos a largo plazo: el grupo de expertos Fedea estima que el déficit podría alcanzar el 4.3% del PIB para 2050 si no se toman medidas adicionales. Este retraso presupuestario comprometería la capacidad del estado para financiar otros servicios básicos, como la salud o la dependencia.
El papel de las reformas y las nuevas medidas
Entre las reformas más relevantes se encuentra la revaluación anual de acuerdo con el IPC y las medidas para alentar la extensión voluntaria de la vida laboral. Se ha implantado un nuevo sistema autónomo basado en el ingreso real y se han reforzado los incentivos para retrasar la edad efectiva de jubilación.
La pensión máxima también aumenta cada año con el IPC más un porcentaje adicional, ya por encima de 3,200 euros por mes para aquellos que han citado para las bases máximas a lo largo de su vida laboral.
Inmigración como posible válvula de escape
Dado este panorama, el gobierno propone compensar parte del desequilibrio demográfico que facilita la llegada legal al mercado laboral español de aproximadamente 3.5 millones de inmigrantes durante la próxima década. La idea es que estas incorporaciones ayuden a mantener las citas y aliviar la presión sobre el sistema cuando seis millones más ingresan en la jubilación.
Sin embargo, esta solución genera debate entre economistas y expertos en mano de obra:
El ritmo anual previsto para las nuevas incorporaciones de inmigrantes no se publicaría.
¿Qué perspectivas hay para los próximos años?
El perfil económico del pensionista español ha cambiado radicalmente; Hay más jubilados con altas pensiones y menos personas que cobran menos que el salario mínimo. Pero este progreso no es ajeno a los desafíos importantes:
El gasto global continúa creciendo por encima de la tasa de ingresos. Las reformas han mejorado la protección social y el poder adquisitivo garantizado, pero no han eliminado todas las dudas sobre la sostenibilidad. La entrada masiva del baby boom amenaza con un mayor estresante del modelo. La inmigración se presenta como una solución parcial pero incierta.
En medio del debate político y técnico sobre qué tan lejos puede llegar este modelo, los datos muestran que una España para retirarse ya no significa bajos ingresos; Pero sí obliga a repensar cómo mantener ese nivel para todos sin poner en riesgo a otras prioridades públicas.
La transformación silenciosa pero imparable está aquí: hay cada vez más jubilados y menos margen para mirar hacia la otra manera.