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El cierre del curso político en España, con Pedro Sánchez al frente, ha dejado una vez más imágenes y discursos de lo que algunos ya llaman un tono irónico y el presidente de Aló ‘Patrio. El presidente, fiel a su estilo, ha aparecido ante los medios para hacer un balance y amamantar su gerencia, justo antes de establecer unas vacaciones que se esperan más necesarias que nunca para él y su equipo. Sin embargo, el optimismo oficial no parece compartido por todos los analistas. Especialmente, para la voz crítica del politólogo Manuel Mustaza, una invitada habitual en programas como Susanna Griso en Antena 3.
Lo que debería ser un día triunfal se torció con una intervención devastadora. Mosta, lejos de ser dejado por la complacencia, enfatizó que “la cerca se está reduciendo” en Sánchez y que, a pesar de la estrategia comunicativa, el presidente “está muy conmovido” políticamente. Una jarra de agua fría para los estrategas de Moncloa, que buscaba proyectar la imagen de fuerza justo antes de las vacaciones de verano.
El desgaste del presidente: datos y percepciones
La intervención crítica no viene en el vacío. Las encuestas recientes muestran ropa notable para el presidente socialista:
La aprobación personal de Pedro Sánchez ha caído varios puntos desde la primavera. Las controversias sobre su tesis doctoral y su capacitación académica han regresado a la primera línea de medios, reabriendo un debate sobre la transparencia y la honestidad política. El entorno parlamentario es cada vez más hostil, con una oposición adulta y una mayoría del gobierno más frágil todos los días.
Mostaza pone el dedo en el dolor: Sánchez enfrenta no solo un clima parlamentario adverso, sino una creciente desafección social. El giro ideológico del joven electorado hacia posiciones conservadoras complica aún más el panorama para el PSOE, tradicionalmente fuerte entre los menores de 35 años.
¿Por qué este ‘presidente de Aló’ está amargado?
El formato elegido por Sánchez por su equilibrio inevitablemente recuerda a los monólogos presidenciales latinoamericanos, de ahí el apodo de ‘Aló Presidente’, en el que la autocrítica brilla por su ausencia y todo se presenta en la mejor luz posible. Sin embargo:
La sociedad española muestra signos claros de fatiga frente a la personalización excesiva del poder. Los intentos de proteger la imagen presidencial chocan con la realidad: inflación persistente, crisis migratoria y tensiones territoriales. Los errores de comunicación o la mitad de las verdades pesan cada vez más pesan cada vez más en una ciudadanía hiperconectada e informada.
Mustaza mismo advierte que el exceso de hiperliderazgo termina dejando solo al líder antes de cualquier espalda institucional o económica. Cuando llega el desgaste, y ahora es evidente, ya no hay suficiente colchón político.
Radiografía climática política actual
El curso político ha sido marcado por:
Una confrontación parlamentaria constante. Las controvertidas reformas económicas anunciadas a la exageración y el platillo, pero cuyo impacto real aún se cuestiona incluso de sectores relacionados con el gobierno. Nuevas fracturas dentro del bloque progresivo, con socios cada vez más dispuestos a mantener la disciplina interna. Un giro social hacia posiciones más conservadoras, especialmente entre los jóvenes urbanos.
En este contexto, el diagnóstico de mostaza es devastador: ni las conferencias de prensa sin preguntas o los equilibrios triunfales logran revertir la sensación del final del ciclo.
