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“Terminó con mi infancia”.
Así, Stevie Liddington resume el impacto que la decisión de su madre, Cheryl Thomagood, tuvo en su vida, de dejar a su familia después de enamorarse de un guerrero Masái durante unas vacaciones familiares en Kenia.
La historia, que ha estado circulando en los tabloides británicos durante tres décadas como una anécdota exótica o incluso una aventura romántica, ha sido reabrida por el propio Stevie, decidido a contar el otro lado de la historia: el de los niños dejados atrás y la fractura irreparable en su hogar.
En los años anteriores al viaje a Kenia, la vida de Stevie ya estaba marcada por la inestabilidad: el abandono de su padre biológico, Robert Liddington, había hundido a la familia en la pobreza y la confusión. La llegada de Mike Mason, el segundo esposo de Cheryl, trajo algo de calma y sentido de pertenencia.
Sin embargo, todo cambió cuando Cheryl, durante una visita a Mombasa, fue deslumbrada por un joven Guerrero Masái llamado Daniel Lekimench, diez años más joven que ella y conocida por sus bailes tradicionales por los turistas.
Lo que para algunos fue una historia singular pronto se convirtió en un verdadero drama doméstico: Cheryl comunicó por teléfono que no regresaría a Inglaterra. Stevie y sus hermanos no solo perdieron a su madre, sino también cualquier mango emocional en medio de los medios de comunicación que siguió. “Me da vergüenza llamar a su madre”, confiesa Stevie hoy, quien no ha vuelto a hablar con ella en más de diez años.
De Kenia a Inglaterra y de regreso al desacuerdo
El romance entre Cheryl y Daniel era tan brillante como efímero. Después de establecerse juntos en Mombasa, la pareja se mudó al Reino Unido y se casó con los vestidos de San Valentín de 1995 con trajes tradicionales de Masái. Tenían una hija, pero el matrimonio pronto hizo aguas: Daniel aspiraba a un nivel de vida más alto, una gran marca, ropa de dinero para enviar a Kenia, mientras que Cheryl sintió que solo era “un cupón de comida” para él. El matrimonio terminó poco después y la familia se dispersó aún más.
Cheryl hoy afirma haber hecho las paces con su pasado y mantener una buena relación con sus hijos. Sin embargo, el testimonio de los primogénitos niega esta versión: “Nunca nos importa lo suficiente como para quedarnos”, dice Stevie, subrayando el trauma duradero causado por esa decisión.
La fascinación occidental por el masái
La historia ha revivido el interés en quién es realmente el Masái, esa comunidad africana tan presente en el Imaginario Colectivo Europeo.
Los Masái viven principalmente en Kenia y Tanzania, agregando casi 900,000 personas. Son conocidos por su cultura guerrera y su relación simbiótica con el ganado. Mantas rojas llamadas shukas, símbolo de coraje y protección. Su dieta se basa en la leche, la sangre y la carne; Consideran ganado sagrado. La sociedad Masái es patriarcal; Los hombres cuidan de ganado y las mujeres construyen las casas (Manyatas) hechas de barro y estiércol. Los ritos de Paso, como las ceremonias de circuncisión masculina, todavía son válidos, aunque han generado controversia internacional. La poligamia y los matrimonios de práctica generalmente se aplauden desde una edad temprana.
Curiosidades locas sobre el masái
El Masái Salto (Adumu) es famoso: los jóvenes guerreros demuestran su fuerza al saltar lo más alto posible sin doblar sus rodillas. Usan joyas coloridas hechas con cuentas; Cada color tiene un significado social o espiritual. El rojo es el color principal porque se cree que asusta a los leones. Masái no tiene miedo de compartir espacio con animales salvajes; Sus pueblos circulares (BOMA) están diseñados para proteger tanto al ganado como a sus familias. El líder espiritual se llama Laibon; Él actúa como intermediario con su dios Enkai.
Ranking: la mayoría de los momentos impactantes del caso Liddington
La llamada telefónica de Kenia anuncia el abandono familiar. El matrimonio multicultural celebrado en el día de San Valentín vestido con trajes tradicionales de Masái. Los medios de comunicación: las cámaras y los reporteros invadieron la privacidad familiar durante semanas. El testimonio público del hijo mayor tres décadas después. La publicación del libro autobiográfico de Cheryl que busca explicar, y tal vez redimir, sus decisiones.
¿Aventura romántica o tragedia familiar?
El caso reabre un antiguo debate: ¿Dónde está la línea entre la búsqueda personal y la responsabilidad familiar? Para Stevie, “el precio era demasiado alto”. Muchos ven en estas historias exóticas una búsqueda legítima de felicidad o autenticidad cultural; Otros subrayan las heridas invisibles que dejan atrás.
Mientras tanto, la fascinación occidental por los diferentes continúa generando historias inusuales como dolorosas. Y aunque Cheryl dice que hoy ha hecho las paces con su pasado, para sus hijos, al menos para uno, la herida aún está abierta.