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El fuego se ha convertido en el protagonista no deseado de este agosto en España.
En Zamora, León y Orense, el paisaje habitual se ha convertido en una sucesión de columnas de humo, bosques quemados y cortadas caminos.
Las cifras son devastadoras: más de 110,000 hectáreas arrasaron solo este mes, casi triplicando el daño del resto del año y alcanzando registros históricos que ya exceden 2024.
Hoy, 15 de agosto de 2025, la situación sigue siendo crítica en seis comunidades autónomas, con una virulencia especial en el noroeste peninsular.
El drama humano también es palpable: unas 10,000 personas han sido desalojadas a la velocidad con la que avanzan las llamas.
Los equipos de extinción, reforzados por la Unidad de Emergencia Militar y el apoyo internacional, luchan por una batalla sin descanso contra más de 38 focos activos en todo el país, mientras que los meteorólogos advierten sobre el riesgo extremo frente al pronóstico de vientos y altas temperaturas.
“Fuego”
Sucedió en Molezuelas, Zamora, en el camino a ser el mejor en la historia de España 🇪🇸 pic.twitter.com/hrwgrwl3ew
– 👁️🗨️ Es una tendencia (@es_tendenciaenx) 15 de agosto de 2025
Zamora, León y Orense: Epicentro del desastre
En Zamora, el incendio iniciado en Mozyuelas de la Carballeda ya ha calculado más de 30,000 hectáreas, convirtiéndose en el más grande desde que hay registros.
La violencia del fuego obligada a evacuar a miles de vecinos y cortar caminos clave; Solo en las últimas horas han podido regresar alrededor de 2,600 después de una mejora temporal, aunque otros 5,000 aún no pueden regresar a sus hogares. La Guardia Civil ha arrestado a un hombre por provocar uno de los focos por imprudencia en un vertedero ilegal.
En León, los incendios continúan avanzando y ponen ubicaciones como Anllares del Sil, con amenaza directa sobre Asturias.
La región ha sufrido la pérdida de dos voluntarios que luchan contra las llamas; Además, se han registrado varias lesiones graves entre brigadas y ciudadanos que intentan salvar animales o propiedades.
En Ourense, los incendios no toman un respiro: solo en Chandrexa de Queixa han quemado más de 10,500 hectáreas, mientras que Mosquita supera 4,500 y Oimbra agrega otras 5,000.
El nivel de emergencia 2 sigue activo y los desalojos se multiplican. También aquí, la imprudencia humana ha desempeñado un papel trágico: un vecino fue arrestado como una supuesta causa al realizar trabajos agrícolas durante la alerta máxima por riesgo extremo.
Infraestructuras paralizadas: carreteras cortadas y trenes suspendidos
El fuego no solo devora bosques y campos; También interrumpe la vida cotidiana. Renfe ha suspendido hasta más información sobre todos los servicios ferroviarios entre Madrid y Galicia, dejando regiones enteras y generando miles de cancelaciones y cambios gratuitos para los afectados. Las carreteras principales entre Castilla y León y Galicia tienen cortes intermitentes debido a la proximidad del fuego, forzando las rutas de desviación para individuos y transportistas.
Las autoridades han habilitado los refugios temporales para los evacuados, administrando una logística compleja en plena ola de calor. En pueblos como Puebla de Sanabria o Villanueva de Jamuz, las familias enteras han tenido que abandonar sus hogares apresuradamente en el imparable avance del fuego.
Más allá del fuego: el humo también mata
Si las llamas representan una amenaza inmediata, el humo es un enemigo silencioso pero igualmente peligroso. Estudios recientes del Instituto Isglobal advierten que las partículas finas liberadas por incendios forestales aumentan significativamente la mortalidad por enfermedades respiratorias y cardiovasculares. Los hospitales en las áreas afectadas ya están notando un rebote en los ingresos de problemas pulmonares agudos.
El riesgo se amplifica entre los niños, los ancianos y las personas con patologías previas. El humo denso reduce la calidad del aire a niveles alarmantes durante días o semanas; Los expertos recomiendan evitar actividades al aire libre y sellar ventanas, aunque no siempre es posible para aquellos que se ven obligados a abandonar sus hogares.
Las partículas PM2.5 pueden penetrar profundamente en los pulmones. El aumento de las hospitalizaciones del asma o la insuficiencia cardíaca excede el 30% después de grandes incendios. El impacto no es solo local: las nubes tóxicas pueden viajar cientos de kilómetros que afectan a otras ciudades.
¿Por qué se quema España este año? Clima extremo y acción humana
El verano actual está marcado por una combinación explosiva: las ondas sucesivas de calor extremo, las sequías prolongadas y los fuertes vientos crean condiciones adecuadas para que cualquier chispa deriva en un desastre. Pero hay más: según los datos oficiales, alrededor del 80% de los incendios tienen origen humano, ya sea debido a la imprudencia agrícola o incluso intencionalmente.
La falta de manejo forestal adecuado agrava el problema: los bosques densos sin firewall o limpieza les facilitan avanzar sin freno. Mientras tanto, la respuesta institucional se coordina a nivel nacional e internacional; Francia ha enviado aviones de cisterna para apoyar tareas en Galicia después de la solicitud española a la UE.
Impacto ambiental: la biodiversidad perdida y el futuro incierto
La devastación va mucho más allá del paisaje quemado:
Miles de animales salvajes mueren o quedan sin hábitat. La pérdida de masa del bosque afecta la capacidad de la tierra para absorber Co₂. Los suelos erosionados tardarán décadas en recuperarse. El riesgo futuro de inundaciones aumenta debido a la falta de vegetación.
Los especialistas insisten en que la recuperación de estos ecosistemas requerirá inversiones sostenidas; Algunas especies nativas están al borde del colapso regional.
Anécdotas y curiosidades entre cenizas
En Zamora, Brigadistas encontraron un busto romano parcialmente calcinado entre los restos; “Ni Julio César se deshace del calor”, bromeó. El viento cambió tan repentinamente en Ourense que las llamas saltaron un río entero: los bomberos lo describen como “el fuego olímpico”. Un grupo de vecindarios logró salvar a una colonia entera de bate afectó a los pueblos. Los drones utilizados para la vigilancia terminaron grabando escenas inusuales: ciervos que corren junto con tractores que huyeron simultáneamente del fuego.
Las historias humanas continúan multiplicando entre evacuaciones apresuradas, animales rescatados en extremos y muestras inesperadas de solidaridad del vecindario, porque si algo demuestra en estos días es que incluso antes del fuego más voraz hay un agujero para la esperanza.