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Los estadounidenses han estado cansados de distribuir dinero de los contribuyentes como si fuera confeti.
Y para financiar los ‘publicos’ de los medios, que generalmente sacuden a su gobierno sin cesar, a su presidente y a la política externa del Departamento de Estado o a los planes del Pentágono.
En una decisión que ha sacudido tanto la escena política nacional como la comunidad internacional, Donald Trump ha firmado la ley que cancela 9,000 millones de dólares para programas de cooperación internacional y el apoyo de la radio y la televisión pública en los Estados Unidos.
La medida, promovida por el Departamento de Eficiencia del Gobierno (DOGE), es un recorte sin precedentes en artículos de ayuda extranjera y en el financiamiento de medios como NPR (National Public Radio) y PBS (servicio de transmisión pública).
El anuncio se produce después de meses de intenso debate en el Congreso, donde los legisladores republicanos finalmente apoyaron el plan, a pesar de las reservas expresadas por algunos sectores del partido. Por su parte, los demócratas se opusieron por unanimidad, aunque no pudieron detener la iniciativa.
¿Quién afecta este corte?
El impacto más visible cae en:
Más de 1.500 estaciones de televisión pública y radio local que dependen directamente del apoyo federal canalizado a través de la corporación para Radiodice público (CPB). Programas educativos, informativos y culturales esenciales para comunidades rurales, áreas desfavorecidas y grupos indígenas. Proyectos internacionales financiados por agencias como USAID, que están paralizados o cerrados directamente, afectando a múltiples países y sectores vulnerables.
La CEO de CPB, Patricia Harrison, advirtió que «los padres tendrán acceso a menos recursos educativos para sus hijos. Millones de estadounidenses tendrán información menos confiable sobre sus comunidades », lo que puede complicar la toma de decisiones diarias. Según estimaciones recientes, más de 100 estaciones pequeñas podrían dedicarse al cierre inmediato debido a la falta de financiamiento federal.
Cooperación internacional: programas de jaque
Los efectos no terminan dentro del país. El corte también impacta:
Proyectos humanitarios y sociales financiados por los Estados Unidos en América Latina, África y Asia. Iniciativa clave para la mejora educativa, la prevención de la violencia, la adaptación agrícola o el apoyo de la salud local, especialmente en países como El Salvador, donde solo para 2024-2025 258 millones para 215 proyectos diferentes habían sido aprobados.
El cese abrupto ha significado despidos masivos, cancelación de llamadas y el cierre definitivo de oficinas dedicadas a la cooperación internacional. En palabras de un director salvadoreño, entrevistó recientemente: “Trabajamos en prevención de la violencia con los niños; ahora esas oportunidades desaparecen”.
Argumentos de la Casa Blanca
Para el equipo del presidente Trump, estos recortes son un paso decisivo hacia un gobierno más eficiente. El argumento central es:
Redirigir los fondos considerados “no esenciales” a otras prioridades internas. Compatificar lo que llaman “gasto inflado” o desalineado con su agenda conservadora. Presente este paquete como “un caso de prueba”, anticipando nuevas propuestas similares pronto.
La orden ejecutiva firmada por Trump también instruye a investigar posibles sesgos ideológicos en las cadenas públicas de NPR y PBS, reclamando una cobertura “parcial” y tendenciosa sufrida con el dinero del contribuyente.
Reacciones políticas y sociales
No se ha esperado la respuesta:
Numerosos republicanos han demostrado su incomodidad con la medida, pero han preferido no enfrentar al presidente o obstaculizar su correo presupuestario. La oposición democrática denuncia una agenda “ideológica” que pone en peligro el bien común y aumenta la vulnerabilidad social tanto dentro como fuera del país. información.
Además, las organizaciones civiles temen un aumento en el riesgo social debido al abandono repentino de proyectos destinados a prevenir la violencia juvenil o mejorar las condiciones sanitarias en los países receptores.
Cortes anteriores y tendencia continua
La medida es parte de una estrategia más amplia iniciada por Trump desde su llegada al poder. Entre los pasos anteriores se destacan:
Reducción drástica del personal administrativo vinculado a organizaciones internacionales. Cobertura o suspensión temporal de agenciales federales. Restricción presupuestaria para programas sociales internos un SNAP (Cupones) o ayuda educativa endurecida a minorías e inmigrantes.
Estos movimientos buscan consolidar una visión estatal centrada en el estricto control de gastos públicos y la redirección hacia las políticas de seguridad migratoria o fronteriza.
El futuro inmediato: incertidumbre y polarización
Desde Washington, la Casa Blanca deja en claro que esta ley es solo el primer paso dentro de una serie más amplia dirigida a revisar, y posiblemente eliminar, numerosos programas federales considerados secundarios por la administración actual. La pregunta central aún está abierta: ¿hasta qué punto está organizada la sociedad estadounidense para aceptar sacrificios presupuestarios que afectan los servicios básicos y la imagen internacional?
En resumen, con este movimiento Donald Trump fortalece su compromiso con un modelo político orientado a los ahorros radicales del gasto público, incluso a expensas de la tela social e institucional construida durante décadas dentro y fuera del país. Mientras tanto, miles de comunidades, en los Estados Unidos y más allá, se preparan para enfrentar los efectos inmediatos de los recortes que reconfiguran las prioridades nacionales e internacionales.