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Trump desafía a la OTAN: solo sancionará a Rusia si el “codicioso” europeo deja de comprar petróleo a Putin

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La guerra en Ucrania todavía está estancada y la presión sobre Moscú no produce, pero este fin de semana la política internacional ha tomado un giro inesperado.

Donald Trump, presidente de los Estados Unidos, ha enviado una carta a sus aliados de la OTAN al lanzar un ultimátum: solo impondrá “grandes sanciones” a Rusia si todos los países miembros dejan de comprar petróleo ruso y adoptan la misma medida. La propuesta, directa y controvertida, plantea un dilema en la estrategia occidental y prueba la unidad dentro de la Alianza Atlántica.

Hoy, 14 de septiembre de 2025, las noticias han causado un terremoto diplomático.

Trump insiste en que la compra de energía rusa por parte de algunos socios “debilita” la posición de negociación de la OTAN y ha descrito como “impactante” la continuidad de estos flujos comerciales.

El presidente estadounidense también afirma que los aliados imponen aranceles del 50% al 100% a China hasta que termine la guerra, argumentando que esto podría “acelerar el fin” del conflicto en Ucrania.

El mensaje es claro: o todos juntos o nada.

Contexto: una guerra estancada y una alianza bajo presión

La ofensiva de Trump llega a un momento de máxima tensión. Esta semana, los drones rusos han cruzado el espacio aéreo de Polonia, miembro de la OTAN, y han sido desanimados, lo que ha llevado a la alianza a lanzar la operación de Sentry del Este para reforzar la defensa de su flanco oriental. El Secretario General de la OTAN, Mark Rutte, ha descrito las incursiones de “inaceptables”, y la respuesta militar se ha intensificado con los ejercicios conjuntos y el despliegue de combatientes en la región.

Mientras tanto, las negociaciones para un incendio alto en Ucrania están en el hombre muerto. Moscú no muestra signos de entrega y la guerra continúa concentrándose especialmente en Donbás, donde Rusia mantiene la mayoría de sus habilidades militares. El tiempo juega a favor de Vladimir Putin, quien busca consolidar posiciones mientras la presión internacional se disipa gradualmente.

¿Qué implica el ultimátum de Trump?

La propuesta de Trump es un descanso con la política de presión gradual y coordinada tradicional. Hasta ahora, la Unión Europea ha prohibido las importaciones marítimas de petróleo ruso, pero varios países, como Hungría, Eslovaquia o Turquía, continúan comprando gas crudo y ruso en tubería o como un gas natural licuado. Türkiye, en particular, se ha convertido en uno de los principales compradores desde 2023, lo que dificulta la aplicación de sanciones realmente globales.

El desafío para la OTAN es el doble:

Unidad interna: algunos gobiernos, como Hungría y Eslovaquia, mantienen la energía estrecha y los lazos políticos con Moscú y resisten a cortar el suministro, por razones económicas y estratégicas. La dependencia de ciertos países rusos de gas y petróleo sigue siendo una realidad difícil de revertir a corto plazo. Coherencia en la respuesta: la demanda de Trump de imponer aranceles a China agrega otra capa de complejidad. Los principales socios europeos han expresado escepticismo ante la idea de sancionar a Beijing o India, grandes compradores de energía rusa y actores clave en la economía global.

Claves de debate actuales

La carta de Trump, también publicada en su red social Social Social, acusa a los miembros de la OTAN de no estar “100%comprometido” con la victoria sobre Rusia y los insta a actuar rápidamente y la decisión. El presidente de los Estados Unidos ha afirmado que su “paciencia con Putin se está agotando” y que solo una respuesta colectiva puede poner fin a la guerra. La reacción europea ha sido cautelosa. Los funcionarios de la UE consideran poco realista para reducir inmediatamente todos los flujos de energía rusos, dadas las necesidades de suministro y la falta de alternativas a corto plazo. Trump también ha minimizado la gravedad del incidente con los drones rusos en Polonia, lo que sugiere que “podría haber sido un error”, aunque su secretario de Estado, Marco Rubio, ha descrito el episodio de “inaceptable y peligroso”.

¿Dónde evoluciona la posición occidental?

El ultimátum de Trump marca un nuevo punto de inflexión. Si la OTAN aceptara el desafío, él significaría:

Un endurecimiento sin precedentes de la presión económica sobre Rusia, con el objetivo de sofocar su financiamiento de guerra. Una probable escalada de las tensiones comerciales con China, que podría tener efectos colaterales en la economía global y aumentar la volatilidad de los mercados energéticos y las materias primas. Un riesgo de fractura interna dentro de la OTAN, ya que no todos los miembros son gas ruso.

Sin embargo, la falta de consenso entre los aliados y la dificultad de implementar medidas tan drásticas hace que la propuesta de Trump, por ahora, sea más una declaración de intenciones que una hoja de ruta viable. Los próximos días serán clave para ver si la presión de los Estados Unidos logra forzar un cambio en la política europea o si, por el contrario, se extiende la brecha transatlántica.

Mientras tanto, el conflicto en Ucrania continúa su curso y la diplomacia internacional enfrenta una encrucijada: opta por la confrontación total o busca caminos de presión más flexibles y graduales. En cualquier caso, el pulso entre Trump y sus aliados de la OTAN abre un nuevo capítulo en la gestión de la crisis de seguridad más grave en Europa desde el final de la Guerra Fría.

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