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Terrafilia, otros mundos que también están en este

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Una exposición sugestiva y controvertida que reafirma el compromiso del Museo Thyssen con la presencia cada vez más fuerte de la línea políticamente correcta cerca del gobierno en las instituciones culturales españolas. Una acusación rupurista contra el arte occidental de los últimos siglos.

Cuestionando la mirada antropocéntrica y occidentalizada “anticuada”, la exposición defiende una supuesta visión planetaria emergente alimentada con propuestas filosóficas, antropológicas y éticas recientes que abogan por reconocer la vida en el humano y tratar otras entidades biológicas y geológicas, además de los sueños y las creencias asotéricas y mágicas y mágicas. Es una reedición de la idea de la nueva era corregida y aumentada, es la llegada al poder, en este caso a lo artístico, de esas ideas utópicas que se están convirtiendo en mayoría en las nuevas generaciones.

Original, por supuesto, interesante en principio. El Thyssen está girando en sus propuestas hacia la nueva ideología progresiva que ha conquistado la esfera cultural y lo está haciendo con museos. La exposición modifica la naturaleza tradicional del canon del museo, y no el ser humano, como un tema central. Terrafilia, un término que combina Terra (Tierra) con Philia (amor y amistad), quiere significar ‘una profunda conexión de afecto, cuidado y responsabilidad hacia la Tierra y sus innumerables habitantes. Amar la tierra implica comprometerse con animales, plantas, formaciones geológicas y criaturas sobrenaturales, así como repensar el lugar de la humanidad dentro de la compleja y enredada red de la vida “. Y así, en las crecientes presiones del calentamiento global, la pérdida de la biodiversidad y el aumento de las desigualdades, esta exposición recurre al arte para imaginar y guiar a los visitantes hacia formas transformadoras de ser en el mundo, movilizando la afinidad entre especies, nuevos tipos de colectividades y cuidado planetario ‘.

Ir previsto. Pero debido a que parece que el enfoque, su despliegue y contenido es entretenido y sugerente. Compare de una manera muy atractiva los enfoques culturales vigentes en los últimos cinco siglos con el terremoto de las últimas dos décadas. Y necesita paciencia y atención para ser asimilados por el visitante. ‘Resistiendo el dualismo arraigado de la cosmología moderna, basada en la separación entre lo social y lo natural, la exposición invita a los visitantes, a través de la lente de artistas de varias generaciones y tradiciones, a conocer al mundo como un veloz: un mundo de muchos mundos’.

Estructurada en siete “escenarios” interconectados, la exposición aborda diferentes formas de relacionarse con el planeta a través del mito, la ciencia, los sueños, las historias, la espiritualidad y la ecología, al tiempo que afirma que la expansión colonial, la extracción de recursos y la violencia ecológica han dado forma a la crisis planetaria actual. La exposición afirma ser “una invitación para imaginar una nueva cosmopolítica, donde los seres humanos, los animales, las plantas, los elementos espirituales y las fuerzas coexisten en una comunidad planetaria compartida, basada en la equidad, la empatía y la atención”. Empatía de elefantes, ¿Amistad de amebas? Todo parece muy bien intencionado pero nada realista.

Tiene un preludio centrado en formas simbólicas para representar una cosmovisión, objetos e imágenes creadas para definir y expresar el universo, elaborado por el artista mexicano Dr. Lakra. El primer capítulo, ‘Un planeta animado’, dice repensar la posición de los seres humanos dentro del tejido de la vida de Max Ernst Works, Diana Policarpo, Naufus Rodríguez-Figuareroa (que también expone una antología en el Museo Reina Sofía)

Los espectros de un artista guatemalteco

y wassily Kandinsky. ‘El arte de los sueños’ profundiza en ellos como “lenguaje de lo invisible”, con la mano de Goyo o Rodin, y como “la puerta de acceso al inconsciente y el espacio para la resistencia y la transformación”. En este segmento de la exposición, las piezas de Dalí, Elyla o Srah Lucas “proponen experiencias que trascienden la racionalidad, conectándose con antepasados, fuerzas cósmicas y poderes transformadores”. El tercer capítulo, ‘El mundo objetivado’, reflexiona sobre “el deseo de conocimiento y control que marcaba la modernidad”; Mientras que ‘Terra Infirma’, cuarto episodio, “se dirige a la tierra como un organismo y agente de memoria lesionado”. En el quinto capítulo, “El regreso del mito”, “Las historias simbólicas y espirituales emergen como herramientas para reinventar y sanar al mundo”; Y en la sexta sección, ‘Cosmogonías oceánicas’, el visitante puede saber “las profundidades simbólicas y generativas del mar”. Aparentemente, todos inspirados en el filósofo Malcom Ferdinand y su ecología ‘descolonial’.

Y algo más. El artista noruego Sissel Tolaas ilustra las habitaciones con instalaciones olfativas especialmente creadas para la exposición, que encapsulan los aromas sugestivos para cada habitación en ensamblajes de vidrio espectaculares que conectan muestras y mezclan moléculas olfactorias sin plan previo.

Una impresión llega a la salida, la de la enorme confusión intelectual en la que estamos en estos momentos de cambio. Y la sospecha de que el arte actual cometió balbuceo y parece infantil en comparación con la presencia elegida del arte de siglos anteriores. Thyssen ha decidido competir con la Reina en el campo ‘Wake’ (‘Awake’, ‘consciente’ especialmente con la Galaxia LGBT) paralela a su director que apoya públicamente el movimiento SUMAR de Yolanda Díaz. D Moment no usa una falda, al igual que su rival, Manuel Segade, director de los MNCars, a menos de un kilómetro a través del eje cultural Madrid, el Paseo del Prado.

Más allá de las ironías amigables, en Terrafilia subyace en una historia simplificada de lo bueno y lo malo, y es, sobre todo, una aplicación práctica de la teoría que nos entusiasmó tanto a fines del siglo pasado. Según la hipótesis de Gaia (el nombre se toma de la antigua diosa griega), la atmósfera y la parte superficial del planeta Tierra se comportan como un sistema vivo que se regula a sí mismo sus condiciones esenciales, como la temperatura, la composición química y la salinidad en el caso de los océanos, un sistema autorregulado, que tiende al equilibrio, que asimila a un ser vivo. La hipótesis fue ideada por el químico James Lovelock y extendida por la bióloga Lynn Margulis. Daniela Zyman ha agregado sueños, mitos, creencias al cóctel. Y ha dado más sabor y contenido.

Enfoque de la propuesta (del 1 al 10)
Interés: 7
Despliegue: 8
Comisionado: 8
Catálogo: 9
Programa de mano: N/V
Documentación a los medios: 7

‘Terrafilia. Más allá del humano en las colecciones de Thyssen Bornemisza
Del 1 de julio al 24 de septiembre de 2025
Museo Nacional de Thyssen-Bornemisza
Comisionado, Daniela Zyman
Con el arte TBA21-Thyssen Bornemisza contemporáneo y la colaboración de Finsa.
-El Festival Terrafilia se llevará a cabo el 19 y 21 de septiembre con artistas, investigadores y pensadores a través de actuaciones, conferencias y actividades sobre los temas de la exposición (Ver programa)
La reserva previa de invitaciones en el sitio web del museo es necesaria.
Disponible a partir del 12 de septiembre.

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