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Es fiebre que, durante mucho tiempo, afecta a los terculianos e políticos famosos e incluso a los políticos.
Para reforzar su perfil de “mano izquierda”, no dudan en decorar sus biografías con episodios dramáticos relacionados con eventos históricos memorables y, más a menudo, la represión de Franco.
Es casi un cliché: alguien en un set recuerda los viajes a los franceses de mayo, aunque no nacieron, o supone haber estado en la guerra de Yugoslavia sin saber dónde sucedió.
Todo es válido para ganar puntos en el club de las Wasses históricas.
Lo curioso es que muchas de estas historias resisten el contraste con datos reales y, sobre todo, con la cronología.
En España, si uno quiere sonar comprometido y “auténtico”, parece que es suficiente decir que algún abuelo sufrió represalias durante Franco.
Pero, ¿qué sucede cuando las matemáticas temporales no bloquean?
Sarah Santaolalla nació en 1999, pero dice que fue un tiro. ¿Su padre la tuvo 70 años? ¿Era un papá de azúcar? pic.twitter.com/85ti9qmiyk
– Mediterráneo digital (@Mediterraneodgt) 7 de agosto de 2025
Sarah Santaolalla, la Vocinglera colaboradora habitual en programas como Morñaneros 360 de RTVE, ha dado mucho que hablar esta semana.
En un debate completo sobre la represión de Franco, se lanzó sin parpadear: “Tengo 26 años. Mi abuelo era … Soy una foto de un tiro”.
La frase corrió como pólvora en las redes sociales y generó una ola de críticas. ¿Porque? Simplemente porque, si hacemos cuentas, no es posible.
Para que su abuelo haya sido disparado por el régimen de Franco durante la Guerra Civil (1936-39) o en los primeros años de Franco, debería haber nacido entre 1910 y 1920 como tarde. Santaolalla tiene 26 años ahora (nacido en 1999), por lo que su padre/madre habría nacido entre 1960 y 1970. Eso significaría que su abuelo habría sido ejecutado décadas antes del nacimiento de sus propios hijos.
La cronología no bloquea.
No existe documentación o evidencia específica proporcionada por Santaolalla. Todo apunta a un nuevo Lapsus de Media o, directamente, a una invención para fortalecer esa historia de los víctimas tan exigidos en ciertos círculos de televisión.
Otros “nietos de tiburones”: ¿Quién da más?
La tendencia a inventar biografías dramáticas no es nueva: las historias imposibles han circulado durante décadas sobre la militancia política de los niños o los viajes a conflictos internacionales antes del nacimiento.
En el universo de los medios españoles hay una especie de competencia silenciosa para ver quién tiene el pasado familiar más trágico y antifranchista. Veamos algunos ejemplos curiosos:
Máximo Pradera, conocido Media Jester, a veces supone ascendencia comunista, mientras que su familia tenía militantes y fundadores de Carlists del bloque nacional; Un abuelo suyo fue disparado por los republicanos y otro era un propagandista falangista. Victor Manuel, cantante asturiano, ha reportado miles de dificultades familiares miles de veces bajo Franco … aunque las fechas y los detalles cambian según la entrevista. Algunos programas han escuchado historias sobre militantes socialistas ejecutados por “rebelión militar” (como recuerda Julio Valdeón), pero siempre hay documentación de matices familiares.
Lo relevante es cómo la televisión convierte las tragedias familiares reales, o inventadas, en la moneda actual para ganar notoriedad.
En las redes sociales hay listas colaborativas donde los usuarios compilan las declaraciones más locas: de “abuelos anarquistas” nacidos en Franco completo para dirigir testigos del mayo francés nacido en los años ochenta.
El período generacional entre los abuelos de la toma y televisión generalmente supera los 60 años; Matemáticamente imposible, excepto casos extremos o familias con padres nacidos a una edad muy avanzada.
Declarar descendiente directo de las víctimas del francoismo da legitimidad a ciertas audiencias, porque establece ese aura de “compromiso”, autenticidad y sufrimiento heredados tan valorados en las reuniones políticas.
La historia de la víctima se vende bien: facilita el acceso a programas, entrevistas e incluso eventos conmemorativos subsidiados por las instituciones públicas.
Pero este patrón tiene un costo: genera desconfianza entre aquellos que vivieron esas tragedias reales y fomenta la banalización de la memoria histórica.
Poste al ‘Playboy’
Pero el ‘caso extraño del abuelo’ no ha sido la única controversia desatada por Sarah Santaolalla.
El activista sanchista ejemplifica un fenómeno cada vez más común: el uso oportunista de desgracias y calamidades para construir historias políticas o personales sin base documental o rigor histórico. No es solo una cuestión de memoria, sino también de los medios de comunicación que muestran dónde el trágico se vende mejor.
Sin embargo, esta vez, en lugar de mostrar una empatía por el dolor de los demás, ha optado por una técnica más típica de los clásicos adultos ‘Playboy’ o, si somos más actuales, de Onlyfans. El Tertuliano no ha tenido una mejor idea que posar con Morritos y en poses sexys con una camisa con el mantra de la extrema izquierda que acusa al presidente de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, de las muertes en las residencias de los Covid.
Las imágenes son un verdadero dolor.
Salga de la televisión, llegue a casa y continúe preparando las reuniones y el trabajo de las próximas semanas porque las vacaciones están sobrevaloradas, o eso dicen.
Por supuesto, siempre teniendo en cuenta las 7291 víctimas de residencias.
Justicia ya @Marearesidencia 📺👇🏽 pic.twitter.com/pdv99iy0hn
– Sarah Santaolalla. ♀ (@sarahperezsanta) 5 de agosto de 2025
Mientras tanto, son relegados al olvido que realmente sufrió las consecuencias de Franco, y cuyas historias merecen ser contadas con respeto y veracidad.