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Sánchez y el Halcón: aviones al esposo de Begoña, pero no apagar los incendios

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Hoy, 19 de agosto de 2025, es el primer día de este año que usted y todos los españoles del buen trabajo para usted.

El resto del año, los 228 días después de la víspera de Año Nuevo, han estado trabajando para pagar impuestos.

Y resulta que ahora no hay aviones para apagar incendios o que hay una falta de presupuesto.

No hay verano en España sin la enésima controversia que surja sobre el uso del Halcón y los aviones oficiales por parte del Presidente del Gobierno, pero este agosto la Spark se ha establecido con fuerza especial.

Pedro Sánchez aterrizó en Lanzarote para disfrutar de sus habituales vacaciones de verano en la residencia oficial de la Mareta, acompañada por su esposa Begoña Gómez, sus hijas y un séquito digno de cine.

Mientras tanto, miles de hectáreas quemadas en Orense y León, y el manejo de los incendios forestales volvió a las cubiertas, reuniones y ciudadanos.

Sánchez -An que está bien, no te preocupes, incluso si son las cinco en punto y no han comido, y tu coro nunca tiene la culpa de nada.

Ni siquiera el abandono de la montura, de las prohibiciones de ganado extenso o la demora en la actuación.

Cómo siempre brillante Jorge VilchesEl esposo de Begoña nos ha culpado nuevamente porque la responsabilidad está en aquellos que contaminan con sus automóviles y comen vacas y carne de cerdo, lo que produce flatulencia que aumenta el efecto invernadero.

Sánchez dice que los incendios se deben al cambio climático, y sabemos que el país que contamina al máximo el planeta es China.

Desde 2006, libera casi 10,000 millones de toneladas de emisiones de Co₂ por año.

¿Deberíamos entender, entonces, que China es culpable de Ardan Galicia, Castilla y León y Extremadura? ¿Sánchez y Zapatero le han dicho a Xi Jinping?

Hay más tontos que botellas y pruebas de esto es esa posición de la izquierda unida, que publicó el 14 de agosto un hilo en la red social de Elon Musk que dice que la culpa de los incendios tiene Franco, que murió hace 50 años.

El desplazamiento no ha sido precisamente discreto: un Falcon 900 para la familia presidencial y, según la información reciente, también un Airbus A310 que viajó vacío a Gran Canaria antes de llegar a Lanzarote, solo en el partido de ida.

El despliegue logístico ha significado el consumo de más de 28,000 litros de emisiones de queroseno y CO2 equivalente a las de un automóvil privado durante ocho años.

La operación de transporte, solo una forma, ha costado más de 13,000 euros en combustible público, sin contar la devolución, los vehículos de apoyo o los desplazamientos internos.

Como si eso no fuera suficiente, el presidente viaja cubierto por 40 agentes de la Guardia Civil, un equipo médico de once médicos, que palidecería cualquier jeque petrolero, y una logística de seguridad que ha duplicado el perímetro de protección en el marta. Tampoco hay asesores, administrativos, familiares e incluso algún ministro que aproveche la oportunidad de despachar informalmente entre baños y caminatas a través de Famara.

El resultado: una postal de poder y boato en plena emergencia nacional.

Emergencias, incendios y empatía: la España que arde

Hoy, el 19 de agosto de 2025, la imagen de Pedro Sánchez inspeccionando el daño de fuego en Ourense y León contrasta con la de su llegada a Lanzarote a Falcon, con la familia y el séquito a cuestas. No se han llevado las críticas: la falta de empatía, la desconexión de la realidad y las prioridades injustificadas son algunos de los reproches más repetidos desde los territorios afectados y la oposición.

En su fugaz visita a las áreas devastadas, Sánchez optó por el helicóptero y el SUV, sin contacto con la población local y, por supuesto, sin prensa. El alcalde de Villablino le recordó que en 25 años el municipio ha perdido la mitad de sus habitantes y que la economía local está lesionada por los incendios. Mientras tanto, los equipos de extinción pidieron más medios y los vecinos criticaron la falta de prevención.

Entre silbatos y flautas, y con una habilidad política digna de Trilero, el presidente ha anunciado un gran pacto estatal para la emergencia climática, una propuesta que, según la oposición, busca cubrir la falta de medios y la decepción a las comunidades autónomas que reclaman más bomberos y recursos reales.

La paradoja es evidente: si bien se propone colocar tres o cuatro mil nuevos técnicos, administrativos, asesores y familiares en torno a la estrategia climática, las tropas en el campo (bombas, brigadas, voluntarios) todavía esperan refuerzos y reconocimientos. ¿Quién necesita bomberos con tal despliegue de expertos, bolas y recuperaciones? El humor, a veces, es la única respuesta posible.

El halcón como símbolo: poder, privilegios y debate público

El uso de Falcon de Sánchez no es una novedad, sino un síntoma del estado actual de la política española. Entre 2020 y 2023, el presidente ha realizado más de 582 vuelos por avión VIP, incluso superando la casa real, que no se queda corto con sus 567 vuelos.

Bruselas es el destino más frecuente, pero Lanzarote y otros enclaves de vacaciones no permanecen muy lejos en el ranking. La comparación con la familia real es jugosa: solo 11 de sus vuelos han sido privados; El resto, agenda oficial. Por otro lado, los desplazamientos presidenciales se mezclan, según lo acordado, el trabajo y el placer, las reuniones políticas y el descanso familiar, todos a cargo del contribuyente.

El Halcón se ha convertido en un fetiche político y de los medios. Cada verano, la foto del presidente que baja la escalera está viralizada y revive el debate sobre el gasto público, el cambio climático y la ejemplaridad de los líderes. Las redes sociales herven del sarcasmo: “Sánchez puede contaminar, no”, “el líder más ecoresiliente del universo”, o “blindado contra cualquier crítica, literal o figurativa”. Si el Halcón fuera un partido político, ya habría asegurado escaños.

El gran pacto climático: ¿solución o cortina de humo?

La propuesta de un gran pacto estatal para la emergencia climática se ha recibido con escepticismo. El partido popular y otras formaciones consideran que es una maniobra desviar la atención a la falta de medios reales y la incoordinación entre las administraciones. La ministra Sara Aagesen insiste en la necesidad de anticipación y preparación, pero la verdad es que los planes de adaptación y la ley de cambio climático, aprobado en 2022, no han impedido cada verano que el país y las respuestas no sean suficientes.

El gran pacto, en palabras del propio Sánchez, tiene la intención de “dejar la emergencia climática fuera de la lucha partidista”, aunque los hechos muestran que la gestión de incendios, volcanes e inundaciones sigue siendo un campo de batalla política y de medios. Mientras tanto, la burocracia crece: técnicos, asesores, administrativos, pelotas y lacayos, todo con un lugar y una nómina, mientras que las brigadas aún esperan refuerzos y reconocimientos.

Curiosidades y paradojas y emergencias de Falcon

El viaje presidencial a Lanzarote este verano ha consumido más QUEROSENE que el automóvil de un ciudadano promedio en una vida laboral. El séquito de Sánchez en la Mareta incluye más médicos que muchos hospitales rurales en las áreas afectadas por incendios. Según los datos de la prensa, cada vuelo del halcón presidencial cuesta promediará aproximadamente 20,000 euros en combustible y mantenimiento, a los que tiene que agregar dietas y seguridad. Cuatro años, mientras que los ministros y el presidente han desencadenado el uso de aviones oficiales para agendas “mixtas”. El perímetro de seguridad en el Marta se expandió este año de 200 a 400 metros, para la tranquilidad de la familia presidencial y la desesperación de los vecinos de Teguise.

El halcón no apaga los incendios, pero hace debates ligeros.

Y, por el momento, ningún pacto climático ha logrado prevenir cada verano, España entre llamas y controversias aéreas.

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