Home News Sánchez está en plena ofensiva para amordazar la prensa

Sánchez está en plena ofensiva para amordazar la prensa

27
0

Más información

El gobierno de Pedro Sánchez está trabajando en varios frentes para amordazar la libertad de expresión y evitar o al menos difícil para los medios de comunicación publicar información sobre escándalos de corrupción que afectan a Sánchez y su familia, el PSOE y el gobierno.

Es suficiente echar un vistazo al Plan Regulatorio de Moncloa para 2025 para ver hasta cinco proyectos legislativos con efectos directos en la prensa: endurecimiento del derecho de rectificación y el régimen sancionador a los medios de comunicación o una nueva ley de información clasificada que restringe el acceso a los datos que el ejecutivo considera sensible.

Dado este panorama de censura y acoso, el medio ambiente en los escritos es de máxima alerta. Los profesionales temen que la batería de las reformas, lejos de modernizar la legislación, pueda convertirse en una herramienta para amordizar aún más los medios libres y limitar su capacidad para controlar el poder político.

La Federación de Asociaciones de Periodistas ha descrito la nueva ley de los secretos oficiales como “una amenaza para el periodismo libre”.

Los medios extranjeros observan cuidadosamente cómo se gestiona este pulso democrático en España. Y es que con la excusa de modernizar las normas frente a las realidades que han aparecido como inteligencia artificial o redes sociales, en realidad puede elaborar normas que silencian a la prensa. De hecho, dependiendo de cómo finalmente se aprueben estas leyes, España podría estar fuera del estándar europeo en términos de libertad de medios.

Las cosas tan básicas como hacer preguntas incómodas a una política están en riesgo al conversar en un comportamiento sancionable. Tan crudo es la cosa.

5 leyes para amordazar la prensa

Estas son las medidas más controvertidas en la discusión:

Ley para la protección del derecho al honor: endurece el derecho de rectificación y expande los supuestos en los que los periodistas pueden ser sancionados para publicar información que afecte el honor o la intimidad personal. Las asociaciones profesionales alertan que este derecho ya está regulado y temen un efecto disuasorio en las investigaciones relevantes. Con esta ley, las noticias como los burdeles del padre, en la ley de Sánchez o las prostitutas colocadas en las empresas públicas por Ábalos, pueden no ser publicables con la excusa de los peregrinos que afectan la vida personal o familiar. Reforma del Código Penal y la Ley de Gag: se estudia para introducir sanciones penales y multas de hasta 30,000 euros por perseguir con micrófonos o cámaras a miembros del ejecutivo en espacios públicos. Las plataformas digitales y los medios críticos serían responsables si estos contenidos se difundan, bajo sospecha de “acoso político-mediático”. Con este enfoque, sería punible que un periodista con o sin una cámara le hace preguntas a un político si lo ve en la calle o dentro de los edificios públicos como el Congreso de Diputados. Ley de publicidad institucional: permite al gobierno establecer criterios de “objetivos” para distribuir financiamiento público a los medios de comunicación, controlados por el CNMC (presidido por Cani Fernández, Exassora en Moncloa). Sin embargo, la reforma que forzaría el destino concreto del dinero público, que este año supera los registros con 161 millones de euros. Con este esquema, se facilitaría que el ejecutivo podría inyectar más publicidad a los medios que él consideró relacionado. En el período 2018-2023, las estaciones de radio del Grupo PRISA han tomado el 64.9% de la publicidad del gobierno en la radio. En cifras totales, de 24.26 millones de euros gastados en publicidad, las estaciones de prisa han monopolizado € 15.75 millones, mientras que la cadena Cope ha recibido la mitad de esa cantidad con 4.1 millones de euros y esto a pesar de que el COPE no tiene la mitad de la audiencia que el ser desde el horario estelar de la radio, los baños, ambos oyentes de menos de 350,000 oyentes. Reemplaza la legislación actual desde 1968 y presenta el concepto de “intimidad” como un nuevo límite para el acceso informativo. Un concepto hecho para medir para que el gobierno pueda decidir arbitrariamente qué no es publicable. En los escritos, esta regla ya se llama “Ley de Begoña”. Con él, los periodistas podrían recibir multas millonarias (hasta 2.5 millones) por publicar datos considerados “altos secretos” por el Consejo de Ministros. Registro oficial y régimen de sanciones para los medios: bajo la bandera del Reglamento Europeo sobre Libertad de Medios, se crea un registro supervisado por el CNMC y los medios de comunicación para declarar a los inversores, propietarios y ingresos publicitarios están obligados. Además, se establece un régimen de sanción de Moncloa. Esto tiene la intención de desacreditar a los medios críticos que los obligan a hacer público que las personas o empresas invierten o anuncian en ellos. Además, esta exposición pública podría hacer que ciertas empresas o personas no quieran estar relacionadas con los medios de comunicación.

Un pulso de resonancia europea

El gobierno justifica sus leyes contra la libertad de la prensa en la que son una adaptación a las regulaciones europeas de los medios de comunicación. Sin embargo, los expertos constitucionalistas advierten sobre el choque frontal con el artículo 20 de la constitución española, que protege expresamente la libertad de información y expresión. El propio Consejo de Estado y el CGPJ deben emitir informes antes de que algunas propuestas lleguen al Parlamento.

En Bruselas observan con inquietud cómo el gobierno de Pedro Sánchez parapeta detrás de las supuestas leyes europeas que deben transponerse para legislar a su conveniencia para controlar lo que se publica. Y que mientras el ejecutivo español se retrasa que incorporan otras normas europeas en la legislación española que forzarían una mayor transparencia estatal en la publicidad institucional o una distribución equitativa entre encabezados grandes y pequeños.

Curiosidades y datos locos sobre nuevas leyes de medios

La ofensiva legislativa está llena de detalles sorprendentes:

El borrador penal propone no solo a los periodistas sino también a cualquier medio digital que difunda el contenido considerado “acoso político-mediático”. Según los juristas consultados, nunca antes en la democracia española, una ley había generado multas tan altas (hasta 2.5 millones) simplemente publicando información clasificada sin autorización. En el registro oficial propuesto por Moncloa, tendrán que aparecer hasta los anunciantes individuales y completar nombres y nombres completos de los propietarios una medida inédita en Europa occidental. CNMC planea crear una dirección específica para monitorear tanto la prensa tradicional como las plataformas digitales; Su presupuesto inicial es de alrededor de medio millón de euros por año. La excusa recurrente es “adaptar las regulaciones a los tiempos digitales”, pero muchos ven una estrategia para proteger al ejecutivo contra el creciente periodismo incómodo.

Fuente de noticias