Más información
Se preocupan por la justicia, la democracia o España.
En el preludio de un viernes que se espera histórico, Cándido Conde-Pumpido, presidente del Tribunal Constitucional (TC), se ha propuesto la aprobación expresa de la amnistía que podría beneficiar al maldito Carles Puigdemont.
Lo hace sin esperar a los tribunales europeos, desatando una tormenta política y judicial que promete dejar una marca en la reciente crónica de España.
El núcleo de la controversia: un breve documento de siete páginas, que servirá para rechazar consultas ante el Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TJUE) y allanar el camino para declarar una ley constitucional que ha dividido a la sociedad y fracturado ante el tribunal mismo.
La decisión, acelerada y con una maniobra manual, ocurre en un contexto donde la prisa parece haber impuesto en el debate tranquilo, según voces críticas dentro del TC mismo.
Uno de sus magistrados ha afeitado públicamente a Pumpido de que “no hay una deliberación real”, señalando directamente al calendario político que rodea la oración sobre la amnistía. No es solo un problema legal: también es una batalla por tiempos y formas en el órgano máximo de las garantías.
El documento de Montalbán: respaldo casi total con incógnitas sobre malversación de fondos
La persona a cargo de escribir el borrador ha sido Inmaculada Montalbán, vicepresidente del TC y la mano derecha de Pumpido. Su presentación, aunque extensa, de 200 páginas, gira en torno a un argumento central: “El legislador puede hacer todo lo que la Constitución no prohíbe explícitamente”. Esta interpretación permite salvar el principal obstáculo alegado por el Partido Popular (PP): que la Carta Magna no reconoce expresamente la amnistía, sino que prohíbe los indultos generales. Para Montalbán, perdón y amnistía son instituciones diferentes y la inconstitucionalidad de uno no arrastra al otro.
El texto apoya la ley en sus puntos esenciales, incluida su justificación como una medida para favorecer la “reconciliación” y canalizar el conflicto catalán en los caminos políticos, pero deja fuera del foco, como el crimen de malversación de fondos, por el cual Puigdemont está imputado. De hecho, el futuro judicial del ex presidente catalán permanece en manos de la Corte Suprema, lo último a cargo de levantar o mantener las medidas de precaución contra él.
Europa, Spectator forzado: Pumpido cierra las filas
A pesar de las presiones internas, especialmente el bloque conservador del tribunal, para plantear una decisión preliminar al TJUE, Pumpido ha elegido rechazar cualquier consulta a Europa antes de emitir una sentencia. En un movimiento calculado, ha descartado tanto para suspender el procedimiento como para incluir el debate europeo en el plenario. El presidente del TC considera que no es apropiado o apropiado solicitar la opinión del Tribunal Europeo en esta fase.
Este rechazo ha generado una profunda incomodidad entre los magistrados disidentes. Se lamentan no solo por lo que consideran una “maniobra” para robar debate sobre aspectos esenciales, sino también porque dos informes técnicos contrarios a la amnistía han sido excluidos del archivo oficial. Los críticos lo ven como otro episodio del estilo “decide todo y para todos” atribuido al presidente de lo constitucional.
Divida judicial y división interna: una tensión completa
El ritmo impuesto de la presidencia ha acortado los plazos habituales. En menos de un año desde que se publicó la ley en junio de 2024, el TC habrá respondido al recurso principal y preverá la forma de resolver los recursos restantes a una velocidad similar. La velocidad no es solo una consecuencia del calendario de vacaciones: también responde a los saldos políticos necesarios para garantizar la estabilidad del gobierno y facilitar el regreso de Puigdemont, uno de los socios prioritarios del ejecutivo.
Sin embargo, esta urgencia ha alimentado la fractura interna. Magistrados como César Tolosa, Enrique Arnaldo y Concepción Espejel tienen sin éxito para paralizar el procedimiento hasta la claridad europea. Sus solicitudes han sido rechazadas sistemáticamente por Pumpido después de la consulta con Montalbán, alimentando la percepción de que las mayorías progresivas imponen sus criterios con casi ningún debate real.
“No hay una deliberación auténtica”, lamentó uno de los magistrados críticos contra la “prisa” por sentenciar una ley tan trascendental para España.
¿Y ahora que? El futuro inmediato después del respaldo de la amnistía
Aunque todo indica que el TC declarará la ley constitucional, excepto los aspectos menores, el retorno automático de Puigdemont no está garantizado. La Corte Suprema aún debe gobernar sobre las precauciones de precaución en su contra. Además, la puerta está abierta para otros tribunales españoles para plantear problemas perjudiciales antes de Europa después de que se conoce la sentencia final. La última palabra sobre si Puigdemont puede pisar el suelo español sin ser arrestado aún podría depender de Bruselas o Luxemburgo … aunque con demora con respecto al calendario político español.
Claves curiosas y datos llamativos
El documento clave para rechazar consultas europeas tiene solo siete páginas; Mientras tanto, la presentación completa es de alrededor de 200. El día antes de que tal decisión relevante se haya procesado con tal prisa en el TC: menos de doce meses desde que se presentó la apelación. Tres magistrados conservadores han presentado informes técnicos contrarios a la amnistía; Ninguno oficialmente figura en el archivo final. Si la oración puede allanar el camino legal para Puigdemont, su retorno dependerá más del supremo … y tal vez, en última instancia, de algún tribunal europeo que ahora se le da esquina! La ley afecta tanto a la independencia como a los oficiales de policía nacional y a los oficiales de policía nacional por su desempeño en 2017; Una amnistía transversal pero controvertida.
La política española vive días intensos en los que lo legal se mezcla con lo político y el europeo observa desde la barrera. El único seguro: España sigue siendo un terreno fértil para titulares sorprendentes y debates eternos.