Más información
La Junta Internacional se mueve rápidamente. Mientras Donald Trump y Volodimir Zelenski se preparan para una reunión crucial en Washington, el presidente del gobierno español, Pedro Sánchez, es por segunda vez fuera del círculo de líderes europeos que acompañarán al presidente ucraniano ante el inquilino de la Casa Blanca. Una exclusión que trasciende el protocolo y profundiza en dudas sobre el peso real de España en la resolución del conflicto ucraniano, justo cuando la seguridad del continente decide decidir lejos de Madrid.
Hoy, 17 de agosto de 2025, los focos internacionales apuntan a Washington. Allí, junto con Zelenski, habrá presidente de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, Secretario General de la OTAN, Mark Rutte y los Jefes de Estado o Gobierno de Francia (Emmanuel Macron), Alemania (Friedrich Merz), Italia (Giorgia meloni), Reino Unido (Keir Starmer) y Finland (Alexander Stubb). España no aparece en esta lista de selección. Tampoco lo hizo solo una semana en Londres, donde el vicepresidente estadounidense reunió a los aliados más cercanos para coordinar puestos antes de la reunión entre Trump y Putin en Alaska.
Las razones detrás de una ausencia
La exclusión no es accidental ni conjuntural. Las fuentes diplomáticas apuntan a varios factores:
Relación fría entre Sánchez y Trump: las diferencias políticas e incluso personales entre ambos líderes han obstaculizado una interlocución fluida. Todos los asistentes a la cumbre mantienen una mejor armonía con el presidente de los Estados Unidos. Decisiones recientes del gobierno español: el rechazo de aumentar el 5% del gasto militar del PIB, una demanda repitida por Washington y sus socios, agregado a la posición tímida española en una votación clave sobre Ucrania y el enfoque puntual a China, ha restado la influencia de Sánchez en el grupo conocido como “coalición de los dispuestos”. Anterior: El jefe del ejecutivo ya había sido marginado en otras reuniones preparatorias y comunicaciones conjuntas sobre Ucrania, donde estaban von der Leyen y otros líderes europeos relevantes.
Un contexto internacional marcado por emergencias
El conflicto en Ucrania entra en una fase crítica. Después de la reciente cumbre en Alaska entre Trump y Putin, sin avances claros hacia un incendio alto, Estados Unidos ahora presiona para forzar un acuerdo que podría significar concesiones territoriales de Kiev. El propio Zelenski busca un apoyo firme en el caso de un eventual giro estadounidense hacia posiciones más cercanas al Kremlin.
El nombramiento del lunes en Washington se presenta como un intento de mantener un frente europeo común contra las presiones rusas y estadounidenses. Los países actuales comparten intereses estratégicos claros:
Defensa de la integridad territorial ucraniana. Coordinación con Washington para evitar una negociación impuesta desde afuera. Referencia del papel europeo como mediador esencial.
Sin embargo, la ausencia española debilita ese frente común y deja a Madrid en una posición marginal con respecto al futuro diseño de seguridad europea.
La respuesta española: diplomacia reactiva
Mientras tanto, Sánchez ha optado por delegar la prominencia internacional a su ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares. La agenda exterior es una prioridad para Moncloa después de un verano marcado por crisis internas y emergencias nacionales. Pero los gestos no son suficientes: España solo ha participado por videoconferencia en reuniones amplias, sin acceso al núcleo de toma de decisiones que se reúne en estos días.
En sus recientes declaraciones públicas, Sánchez ha insistido en que “la prioridad es poner fin a la guerra” y lograr la “paz justa y duradera” para Ucrania. Ha reiterado que el pueblo ucraniano tiene apoyo español y europeo. Sin embargo, sus mensajes omiten explícitamente cualquier reconocimiento del liderazgo estadounidense o gracias a Trump por sus esfuerzos diplomáticos. Este matiz no ha pasado desapercibido entre los socios occidentales.
El papel europeo: quién está adentro y quién está fuera
La lista final de compañeros de Zelenski revela las jerarquías actuales dentro del continente:
País presentes Presents Presents Geopolitico Currentfrance Emmanuel MacronProgher en Iniciativas diplomáticas Germaniafriedrich Merzmotor Economic Economic -Militar Europeangiorgia Melonisocio Relevante de la OTAN/Ureino Unidakeir Starmerfir Me Ally Transatlantic Finlandiaalander Stubbfrantera Director con el monedero europeo Military Military Military
El mensaje implícito es claro: solo los países percibidos como socios confiables o estratégicos tienen una voz directa en las negociaciones clave sobre Ucrania.
Implicaciones futuras para España
Este nuevo episodio podría marcar un punto de inflexión negativo para la política exterior española:
Pérdida de influencia real: no estar presente donde se decide puede traducirse en menos capacidad para defender los intereses nacionales o europeos. Deconencia entre aliados: la ausencia repetida alimenta dudas sobre el compromiso español con la seguridad continental. Reemplazo estratégico necesario: para evitar consolidar este aislamiento, España debe revisar su política internacional, aumentar su participación real (incluido el gasto militar) y reconstruir puentes con Washington.
El nombramiento del lunes no solo abordará el futuro inmediato de Ucrania. También será una señal inequívoca sobre quién cuenta, quién no, cuándo Europa negocia su seguridad con los Estados Unidos.
En un cada vez más polarizado y sujeto a rápidas transformaciones geopolíticas, estar fuera puede tener consecuencias duraderas. Y mientras las grandes potencias deciden el futuro europeo de Washington y Bruselas, España asiste como espectador en un momento clave para su proyección internacional.
Autor
Paul Monzón
Editor de viajes del periodista digital desde sus orígenes. Actual editor del Suplemento de Viajeros.