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A mediados de agosto, cuando el resto de los mortales todavía apresura la siesta o la playa, Patxi López ha logrado convertirse en el inesperado protagonista del verano político. El portavoz de PSOE en el Congreso ha hecho que el concurso gastronómico de la Gran Semana de Bilbao sea un escaparate culinario e ideológico. No todos los días uno se convierte en una tendencia a una “relación vegana”, pero López ha logrado que incluso la receta de Manchega es una razón para el debate nacional.
La escena es digna de una viñeta: el socialista, con delantal, rodeado de parejas de fiesta, agitando vegetales en una cacerola y defendiendo el “pisto vegano con mucho sabor”, una apuesta “despertada” que no ha pasado desapercibida. “Hoy cocinamos con compañeros y compañeros socialistas en el concurso gastronómico de #Asgusia, un ratista vegano con mucho sabor y con la buena atmósfera en esta gran semana de Bilbao”, proclamada en las redes sociales, terminando con la tradicional “Gora Aste Nagusia!”
En las redes, el humor se desató: no había falta de aquellos que irónicos por llamarlo “Pisto Manchego” podría sonar demasiado español y dañar las susceptibilidades. El meme y las críticas, como se esperaba, no esperó.
La cocina ‘woke’ y el arte de polarizar a la receta
No es la primera vez que la cocina sirve como una excusa para la postura política, pero el caso de López tiene matices de laboratorio casi sociológicos. En un verano en el que la política parece haberse mudado a los lugares y festivales populares, la apuesta del portavoz socialista por un “vegano” ha sido interpretada por algunos como una declaración de intenciones. El término “Koke Kitchen” se ha metido en las reuniones y, por cierto, ha servido para animar el debate eterno sobre la apropiación cultural de las recetas tradicionales y la tendencia a lo políticamente correcto.
La Fiestas de Bilbao, el Aste Nagusia, ha sido históricamente un territorio de reuniones para políticos vascos de todos los colores, desde Aitor Esteban del PNV hasta los concejales de Bildu o Podemos. Pero este año, la estrella sin duda ha sido López y su reinterpretación culinaria, que ha elevado más ampollas que el último aumento de la luz.
ARRIBA Y CRUCHIR: La falla siempre se quema en el mismo lado
Si bien el menú aún se comentó, López decidió alentar el debate político acusando a la “ideología de PP y VOX” de estar detrás de los incendios forestales que golpearon España en verano. La declaración, lanzada en un tono más adecuado que el escritorio, generó una ola de críticas e ironía tanto en la prensa como en las redes sociales. Hay pocos que han señalado la falta de rigor al atribuir las responsabilidades de ese calibre en pleno ondas de calor y con el manejo de emergencias en el foco.
La respuesta de la oposición fue inmediata y contundente, acusando a López para frivolizar con un asunto tan serio e intentar desviar la atención de la gestión del gobierno misma. En los foros digitales, la controversia creció para alcanzar el nivel de meme nacional, con los usuarios que comparan la lógica de López con la de quien culpa al termómetro de cambio climático.
Verano político en humor y espectáculo
La combinación de las acusaciones de Vegano y Cruzadas ha convertido a Patxi López en el “hombre de verano” para los usuarios de la prensa política y la red. La gran semana de Bilbao se ha convertido, gracias a él, en una pasarela del nuevo espectáculo de políticas, donde lo anecdótico compite con lo sustancial por la prominencia.
La verdad es que la presencia de López en las fiestas no es una excepción. Los veranos vascos son, tradicionalmente, el momento en que los líderes políticos regresan a casa y se mezclan con los ciudadanos en un ambiente más relajado. Pero, en esta ocasión, la combinación de cocina saludable, retórica ardiente y un toque de auto-parodia han colocado a López en el epicentro de la conversación nacional.
Patxi López y su verano privado
Visibilidad y redes: su actividad en las redes sociales durante la gran semana le ha dado una visibilidad inusual, aunque no está exenta de la controversia. Estrategia comunicativa: mezclar la vida diaria y los mensajes políticos en escenarios festivos parece ser un compromiso con el “político cercano”, aunque el efecto puede ser todo lo contrario si el mensaje se percibe forzado. gestión y polarizar el debate.