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La imagen de España como un país moderno y conectado se rompe a lo largo de sus carreteras.
Hoy, 27 de agosto de 2025, los datos no dejan dudas: más de la mitad de la red de carreteras españolas se encuentra en un estado tan precario que requiere una intervención urgente.
Según el último informe de la Asociación de Carreteras Españoles (AEC), 54,373 kilómetros, de los 101,700 que componen el marco estatal y regional, tienen daños graves o muy graves y necesitan trabajos inmediatos para evitar mayores riesgos.
La urgencia es especialmente alarmante en los 33,966 kilómetros que requieren reconstrucción en menos de un año. Estas secciones sufren problemas estructurales, como baches profundos y la piel de cocodrilo que se llama SO (grietas profundas), así como grietas superficiales y pérdida de asfalto. El deterioro ha disparado desde 2022, cuando 13,000 kilómetros apenas se contaron en una situación crítica; En solo tres años, esa cifra se ha triplicado. El ritmo anual de degradación es del 8%, una tendencia que pone a controlar la seguridad y la eficiencia del transporte por carretera.
Disparidades territoriales: Aragón, Castilla-La Mancha y Galicia lideran el drama
No todas las regiones sufren por igual. El análisis territorial revela diferencias notables:
Aragón: lidera la lista negativa con el 68% de su red de carreteras en condiciones graves o muy graves. Castilla-La Mancha y Galicia: 59% de las carreteras necesitan intervención urgente. Cataluña presenta los porcentajes más bajos de daño grave.
Esta desigualdad no solo dificulta la movilidad interregional, sino que también pone en duda la equidad de inversión del estado y las comunidades autónomas.
Costo económico y social: combustible, accidentes y competitividad
El déficit acumulado para actualizar la red excede los 13.400 millones de euros. Esta cifra casi se ha duplicado con respecto a los informes anteriores para el aumento de los materiales, la energía y la mano de obra, además de la agravación del deterioro.
Los efectos económicos ya son palpables:
Solo durante julio y agosto, los excesos de combustible derivados del pobre estado de la empresa podrían exceder los 270 millones de euros, debido al mayor consumo de energía y la reducción de la velocidad promedio. El transporte por carretera está penalizado en comparación con otras modalidades, como el ferrocarril, especialmente para los controvertidos impuestos a los hidrocarburos. Los incidentes tienen un impacto en el momento de los viajes, los costos logísticos para las empresas y el posible aumento en el riesgo de la carretera.
¿Qué hace el ministerio? Gestión política bajo lupa
Mientras crecen alertas sobre seguridad e inversión, el enfoque de los medios apunta al Ministro de Transporte, Öscar Puente. Su presencia pública es más activa en las redes sociales, guiando opiniones personales o compartir anécdotas, e incluso practicando el golf, que enfrenta el debate sobre la infraestructura.
Este vacío político choca con las recomendaciones técnicas:
La AEC solicita la movilización de recursos de los presupuestos estatales generales, los fondos europeos y la promoción de los sistemas de tarificación para su uso. Se recomienda eliminar los impuestos que criminalizan el transporte por carretera. La urgencia de las estrategias públicas-privadas está subrayada para realizar trabajos esenciales.
Paralelamente, las medidas tomadas después de episodios extremos como el DANA, que obligó a invertir más de 157 millones de euros para una reconstrucción específica, son insuficientes ante el volumen global del problema.
Tecnología e inteligencia artificial: diagnóstico más preciso pero soluciones lentas
La última auditoría se ha llevado a cabo con autos equipados con cámaras de inteligencia artificiales de alta resolución y supervisadas por humanos. Esto ha permitido multiplicar por diez la muestra analizada con respecto a años anteriores y refinar el diagnóstico territorial.
El avance tecnológico facilita la detección de más daños por precisión, pero no reemplaza la necesidad urgente de una inversión real.
¿Qué puede esperar el ciudadano?
La calidad del asfalto no es solo un problema técnico o presupuestario; Afecta directamente la vida diaria: desplazamientos de rutina, elenco de logística, turismo interno y seguridad vial.
Algunas teclas prácticas para comprender la magnitud:
Más del 52% del total nacional se ve afectado por daños graves o muy graves. El 32% requiere una reconstrucción inmediata. El déficit económico es de alrededor de 13,400 millones.
El deterioro constante amenaza con convertir los caminos habituales en pruebas auténticas para vehículos y conductores, mientras que el debate político sigue ausente donde se espera.
El pulso entre el diagnóstico técnico y la respuesta política sigue siendo abierto. Las próximas semanas serán decisivas para saber si este desafío nacional logra abandonar el atasco de tráfico institucional o si el tema de tendencia en las redes sociales continuará mientras los baches crecen bajo nuestros neumáticos.