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En la última semana, la política española ha sido testigo de un nuevo capítulo digno de Culebón. Los audios filtrados del caso de Koldo se han centrado en José Luis Rodríguez Zapatero, que lejos de retirarse después de abandonar el Moncloa, parece ser más activo que nunca como consejero aulico y, para muchos, “presidente a la sombra” de Pedro Sánchez.
La figura del nefasto presidente ha revaluado entre escenas, donde ejerce una influencia directa en las grandes decisiones estratégicas del gobierno y el PSOE, a pesar de falta de cualquier posición orgánica.
Es suficiente caminar por la sede socialista en la calle Ferraz para notar la presencia constante de su automóvil oficial.
A partir de ahí, Zapatero mueve los hilos, supervisa las crisis y no duda en tomar el timón cuando la situación amenaza con desbordar a Sánchez.
Según los testimonios recopilados por diferentes medios de comunicación, su intervención ha sido decisiva en momentos clave: desde las negociaciones con juntas, incluso mediando personalmente con el golpe de estado, Puigdemont por medio de videollamadas altas horas, para desbloquear pactos económicos o influir en el diseño de la estrategia judicial socialista.
Santos Cerdán, José Blanco y las maniobras en transporte
La tormenta no se limita a la oficina de Zapatero. La filtración de Audios también ha salpicado otros pesos pesados del socialismo. José Luis Ábalos, ex ministro de transporte, ha reconocido antes de su círculo más cercano las maniobras orquestadas por Santos Cerdán, ahora apodada “Super Santos”, y José Blanco para influir en los nombramientos clave dentro del Ministerio de Transporte. Estas operaciones buscaron proteger las posiciones y garantizar el control sobre un área especialmente sensible ya que estalló el “caso de Koldo” llamado así.
En los chats intervividos por los investigadores, se percibe un pulso interno entre diferentes facciones socialistas para llevar sus propuestas y negocios al presidente Sánchez. La trama vinculada a Ábalos compitió directamente con el entorno de Zapatero para lograr una influencia privilegiada en el núcleo duro del gobierno. Los mensajes dejan en claro que, a pesar de las tensiones personales (Koldo afirmó que “Zapatero toma como culo con los Estados Unidos y que no se adapta a Peter”), ambas partes buscaban consejos e intermediación del ex presidente de Leon.
Zapatero: “Rescatador” electoral y profesional electoral
El escándalo llega justo cuando Sánchez recurre nuevamente a Zapatero como una repulsión electoral. No es la primera vez: ya lo hizo después de las elecciones generales de 23-J, cuando la moral socialista estaba al mínimo y se necesitaba un golpe de efecto para reactivar las bases. El propio Zapatero parece disfrutar de ese papel: envolviendo públicamente a Sánchez en actos simbólicos, como el aniversario del matrimonio homosexual, o lanzar mensajes épicos contra adversarios internos y externos del partido.
No hay falta de voces que advierten que esta estrategia tiene un truco: cada vez que el PSOE enfrenta una crisis existencial o una debacle electoral, Zapatero emerge con resolución A para insuflar el estado de ánimo y cohese filas. Es un clásico casi popular: sacar al ex presidente para viajar, mitos y redes sociales para reclamar logros pasados (leyes sociales, avances civiles …) frente a los medios de comunicación y la presión judicial.
Moncloa antes del calendario judicial: “perdura hasta el otoño”
En medio del ruido político y de los medios, Moncloa confía en que Sánchez puede sobrevivir al verano. Las fuentes gubernamentales reconocen que los juicios pendientes contra los líderes del PP planeado para el otoño pueden cambiar el enfoque de los medios y aliviar la presión sobre el actual ejecutivo. Mientras tanto, toda la maquinaria socialista se ha puesto al servicio de un eslogan claro: resistir hasta entonces con Zapatero como un escudero e inspirador.
Esta estrategia no está exenta de riesgos. Los sectores críticos dentro del PSOE temen que la omnipresencia Shoely termine eclipsando a Sánchez o agrava las tensiones internas. El apodo reciente: “Super Santos Cerdán”, acuñado por Zapatero para su mano derecha eviden una operación de marketing interna destinada a fortalecer a los líderes relacionados y a los disidentes neutralizantes. Pero también revela un cierto sentimiento de emergencia permanente dentro del socialismo español.
La web internacional: Venezuela, China … y más allá
El papel internacional del ex presidente agrega otra capa al misterio de Zapaterist. Desde varios frentes es acusado abiertamente de actuar como embajador informal, y nada discreto, antes de pequeños regímenes ejemplares como Venezuela o Nicaragua. Los analistas internacionales vienen a hablar sobre operaciones opacas, comisiones millonarias e incluso tentáculos económicos que habrían llegado a China. Aunque aún no se ha traducido una acusación a causas judiciales concretas en España, ha contribuido a fortalecer su imagen pública como asesor intermediario global aulic e influyente.
La falta de transparencia sobre sus movimientos internacionales alimenta teorías de conspiración y ofrece municiones tanto internos como externos. De hecho, parte de la incomodidad socialista proviene solo de estas actividades diplomáticas paralelas que algunos consideran incompatibles con los intereses nacionales.
Curiosidades sobre este singular ‘Presidente en la sombra’
Aunque oficialmente no ocupa ninguna posición orgánica o institucional en el PSOE o en el gobierno, Zapatero tiene su propio cargo en Ferraz 70. Es habitual ver su automóvil oficial estacionado frente a la sede socialista mientras envía problemas internos o participa en reuniones estratégicas. Su relación personal con Pedro Sánchez se remonta a 2014, cuando optó por él frente al aparato clásico de la fiesta. Video nocturno para desbloquear PACT parlamentarios clave. El apodo de “Super Santos Cerdán” surgió de risa durante una cena informal después de verificar que Cerdán había sobrevivido políticamente el último ajuste interno. Las fuentes cercanas aseguran que Zapatero continúe practicando correr todas las mañanas antes de ir a Ferraz … aunque algunos maliciosos agreguen que es “escapar” de salpicarlo.
El caso de Koldo deja así un nuevo retrato coral del poder socialista: entre audios filtrados, rivalidades internas y asesores aulicos incombustibles capaces de reinventarse una vez más … incluso desde las sombras.