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La brecha generacional se amplía: la renta de los jóvenes cae un 10% mientras los jubilados disfrutan

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En España de 2025, la vida parece sonreír a aquellos que superan los 65, mientras que para los jóvenes, Emancipate se ha convertido en una escritura digna de épica.

El ingreso promedio de los jóvenes ha caído en un 10% desde 2008, mientras que el de los ancianos ha aumentado un 8%.

Estos datos, lejos de ser una mera estadística, reflejan el avance imparable de una brecha generacional que condiciona el presente y el futuro del país.

El escenario recuerda una comedia negra: mientras que los pensionistas llenan terrazas y viajan en temporada baja, la generación que debería estar tirando del automóvil económico apenas puede permitir el alquiler de una habitación.

El 43% de los hogares jóvenes tienen viviendas en propiedad, en comparación con el 70% de hace dos décadas, lo que da una idea del cambio radical en el acceso a la vivienda.

Los jóvenes pagan más y reciben menos: datos para no dormir

La situación es aún más inusual si se observa cómo evoluciona el ingreso dependiendo de la edad:

Jóvenes (niños menores de 30 años): sus ingresos caen un 10% desde 2008. Ganan hasta un 25% menos que el promedio nacional. Para colmo, deben dedicar el 50%de su salario al alquiler, cuando las recomendaciones internacionales marcan un máximo del 30%. Mayores (más de 65 años): sus ingresos aumentan en un 8%, impulsado por la revaluación sostenida de las pensiones públicas y la eliminación del factor de sostenibilidad en el sistema. Actualmente, tienen hasta un 27% más de ingresos disponibles que los jóvenes.

El promedio de toda la población ha caído en solo un 3%, lo que demuestra que la turbulencia económica ha afectado mucho más a aquellos que buscan su primer trabajo o vivienda.

¿Por qué los jóvenes españoles están en la cola?

Hay varios factores que explican este fenómeno:

Temporalidad laboral: el 60% de los contratos para niños menores de 30 años son temporales, lo que limita su capacidad para ahorrar o acceder a una hipoteca. Acceso al acceso a la vivienda: la compra de la casa es una misión casi imposible. Los niños menores de 25 años tendrían que dedicar unos diez años de salario bruto para adquirir una casa. Conresión fiscal uneegual: el sistema fiscal beneficia más a los altos ingresos y a los jubilados. Las políticas sociales tienen “un sesgo muy importante hacia las personas mayores”, según Fedea. Migración forzada: más de 650,000 jóvenes han emigrado buscando oportunidades fuera del país en estos años difíciles.

El espejismo de la senior bien

Mientras tanto, el colectivo senior vive su propio “milagro económico”. El sistema público ha blindado sus ingresos a través de actualizaciones automáticas y mejoras legislativas. Esto ha permitido no solo resistir las crisis económicas recientes, sino también reforzadas.

El resultado es paradójico: España se convierte en uno de los países europeos donde la pobreza relativa entre los ancianos es menor (apenas afecta el 10%), mientras que entre los menores cepilla un 29%, liderando la clasificación europea en la pobreza infantil.

Consecuencias políticas y sociales

La distancia entre generaciones no es solo económica. Se traduce en la desafección política, la desconfianza del sistema y el aliento del talento. La presión social sobre el gobierno crece: los expertos y agencias como Fedea o el Consejo General de Economistas exigen reformas estructurales urgentes, de modificar el sistema fiscal hasta que el Parque de Vivienda Pública se esté expandiendo, para evitar un colapso intergeneracional.

Las propuestas van desde impuestos limitantes para los jóvenes (como en Portugal) para diseñar políticas públicas con análisis intergeneracional obligatorio. Pero por ahora, todo sigue siendo el mismo: muchos anuncios, pocos cambios reales.

En resumen, el país vive una situación sin precedentes: por primera vez desde la transición, las nuevas generaciones tienen menos ingresos y menos herencia que sus padres. La brecha generacional no es solo estadística; Está palpado en las calles, en los vecindarios e incluso en las conversaciones familiares. Quizás sea hora de tomar este asunto tan en serio como se toman algunas reuniones de fútbol.

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