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Es sombrío.
Deprimente.
El caso Juana Rivas y Francesco Arcuri es uno de los dramas familiares más prolongados y seguido por la crónica judicial española.
Más de quince años después de su inicio, la batalla no da signos de agotación. La reciente queja del hijo mayor contra su padre, el Arcuri italiano, ha reabierto el debate público y de los medios sobre la custodia, la justicia y los límites entre la protección y la manipulación de los padres.
Palabras clave como “Madre Manipulativa”, “menores” o “abuso habitual” nuevamente ocupan a los titulares, alimentando una controversia en la que la justicia y la opinión pública rara vez coinciden.
La historia comienza en 2009 con la primera queja por el maltrato de Juana Rivas contra Arcuri en Italia. Ambos reconstruyen su relación en Granada, pero en 2016 todo salta por el aire: Rivas huye con sus hijos a España y se niega a devolverlos a su padre, alegando temor por su seguridad.
Desde entonces, se producen quejas cruzadas, oraciones contradictorias y cobertura de medios polarizados.
Cronología esencial del caso
2009: Primera queja de Juana Rivas contra Francesco Arcuri por mal tratamiento en Italia.2016: Juana huye con Gabriel y Daniel a España. Presenta una nueva queja por la violencia de género. Arcuri responde menores que denuncian. 2017: los tribunales españoles ratifican la obligación de devolver a los niños a Italia. Juana se esconde con ellos durante semanas hasta que se encuentran. El gobierno se indica parcialmente a Juana, lo que evita la prisión efectiva.2025: Nuevo episodio con Daniel, el hijo menor, que tuvo que regresar a Italia después de las vacaciones de Navidad, pero permanece en Granada después de las medidas de precaución solicitadas por Juana.
El papel del hijo mayor: un nuevo giro
El jueves pasado, Gabriel, hoy de la edad legal, presenta una queja contra su padre por presuntos delitos de ataque contra la integridad moral y la coerción cometida con su hermano menor durante una reunión supervisada para el parto judicial del niño. Gabriel acusa a Arcuri y un psicólogo que acompañó al padre al punto de reunión familiar.
Según Gabriel en su queja y en una grabación proporcionada como prueba, su hermano se sometió a una interrogación “muy dura” que causó ansiedad e inquietud. Solicite medidas de precaución para evitar cualquier contacto entre el menor y su padre, incluso solicitando a la orden judicial que obliga al niño a Arcuri.
Este movimiento agrega un nuevo matiz al drama familiar: el hijo mayor participa legalmente por su madre y acusa directamente al padre, cuestionando la historia dominante sobre la manipulación materna. La justicia española ha admitido parcialmente solicitudes de precaución al investigar los hechos.
Justicia versus opinión pública
Uno de los elementos más llamativos del caso es el divorcio entre lo que dictan los tribunales y lo que mantiene una buena parte de la opinión pública o algunas reuniones de medios. Si bien las decisiones judiciales han condenado repetidamente a Juana Rivas por el secuestro de menores e incluso han dudado de su idoneidad como madre: el magistrado llegó a calificarla como “un peligro para sus hijos”, miles de personas han salido en defensa de Juana en manifestaciones apoyadas por partidos políticos y personalidades públicas.
Por otro lado, los sectores críticos indican un patrón constante de manipulación materna hacia los menores, apoyados en informes forenses, e insisten en que las decisiones judiciales deben prevalecer sobre los medios de comunicación o las campañas sociales.
La reciente admisión por parte del Tribunal Provincial de Granada de una queja presentada por Arcuri contra Rivas reabre el debate legal sobre si retener al menor en España es un nuevo delito de resta. El tribunal considera que hay indicios para investigar si Juana alteró unilateralmente el régimen acordado por los tribunales italianos.
La figura pública de Juana Rivas
A lo largo del proceso, Juana ha sido presentado como un símbolo del sufrimiento materno y el abuso institucional. Ha recibido apoyo expreso de plataformas feministas, mientras que los que creen que creen que consideran en él un ejemplo extremo de manipulación de los padres.
Algunos datos relevantes sobre su perfil:
Natural de Maracena (Granada), sin antecedentes penales antes del caso.
Curiosidades y anécdotas
Los dos niños vivieron casi diez años bajo regímenes alternativos entre Italia y España; Gabriel decidió quedarse con su madre cuando alcanzó la mayoría de edad. En varias ocasiones, se han producido entregas judiciales ante cámaras y con presencia policial. Ha habido intentos repetidos, en última instancia, para mediar entre ambas partes fuera del campo judicial. En 2025, mientras que Daniel lo había hecho antes, el fiscal italiano mantiene una investigación sobre presunto abuso regular ejercido por Arcuri hacia sus hijos; El proceso aún está pendiente.
Perspectiva actual: ¿Abrir final o bucle infinito?
El caso está lejos de cerrar. Las nuevas investigaciones se abren tanto contra Juana Rivas (para una posible nueva resta) y contra Francesco Arcuri (por supuesto mal tratamiento) mantenga viva una batalla donde cada avance judicial se responde socialmente y cada giro causa reacciones opuestas de acuerdo con la OMS interpreta los hechos.
Mientras tanto:
Justice insiste en aplicar las resoluciones internacionales (Acuerdo de La Haya). Los niños están atrapados entre quejas cruzadas. El debate público permanece dividido entre aquellos que ven a una madre protectora contra el abuso paternal, o una mujer capaz de manipular todo el medio ambiente, incluidos sus propios hijos, para salir de su cuenta.
Este drama familiar ya cumple con más de tres décadas sin visiones claras de resolución definitiva. La pregunta sigue siendo abierta: ¿el sistema judicial logrará alguna vez y las partes involucradas ponen fin al ciclo interminable que marca la vida, y el futuro, de estos menores?









