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En la región de Gujarat, los vades nocturnos ya no sorprenden a nadie: es común que los habitantes se despierten con rastros frescos en los caminos e historias de ganado perdido.
Los leones asiáticos, al borde de la extinción, hoy protagonizan celebraciones y poseedores.
Hoy, 1 de septiembre de 2025, India presume que es el único país en el planeta donde la población de estos grandes felinos no solo sobrevive, sino que dispara fuertemente.
Pero como suele suceder en la vida silvestre, cada medalla tiene su reverso.
El último censo celebrado en Gujarat marca un registro histórico: de los 674 leones registrados en 2020 ha pasado a 891 en 2025, lo que representa un aumento de 32.2% en solo cinco años.
Este aumento, el resultado de una gestión activa y colaborativa entre las autoridades, los científicos y las comunidades locales, ha ampliado el territorio de Leonine mucho más allá del mítico bosque Gir, alcanzando nueve áreas satelitales y extendiéndose por más de 35,000 kilómetros cuadrados, desde tierras agrícolas hasta áreas costeras e incluso una vicinidad de los centros urbanos.
¿Un triunfo para la conservación o una bomba de relojería?
A primera vista, el éxito indio es ejemplar: el país ha logrado aumentar la base de las presas, mejorar la vigilancia y usar tecnologías como cámaras de trampa y collares GPS para monitorear los leones. Las comunidades cursehari, los pastores tradicionales, han sido clave: su tolerancia y saber cómo hacer han reducido los episodios de venganza y han promovido una coexistencia que muchos creían imposible.
Sin embargo, la expansión de los leones también significa que más de la mitad de la población ya vive fuera de las áreas protegidas, en paisajes compartidos con humanos y ganado. Esto ha causado un aumento constante de los ataques contra el ganado, con un crecimiento anual del 15% en el número de cabezas de ganado por aldea. Más aldeas cada año informa: en los últimos cinco años, el número de aldeas afectadas creció en un 9,6% por año.
Los expertos advierten que la coexistencia, aunque fascinante, tiene un precio: aumenta la tensión social, los agricultores temen por su sustento y los leones, perdiendo miedo a los humanos, se vuelven más audaces. El resultado es una coexistencia frágil, que a veces conduce a tragedias.
¿Están los leones asiáticos en peligro de extinción?
La situación global del león, tanto en África como en Asia, todavía es preocupante. El león asiático (Santhera Leo persica) es una subespecie única, exclusivamente restringida a la India y catalogada como “en peligro” por la UICN. Su población, aunque aumenta, sigue siendo vulnerable por varias razones:
Solo hay una población viable en libertad, concentrada en Gujarat, que la expone a enfermedades, catástrofes naturales o brotes de epidemia. La fragmentación del hábitat y la consanguinidad amenazan la diversidad genética. La presión humana y los conflictos con los agricultores pueden desencadenar represalias y muertes de leones.
El león africano tampoco se deshace: en las últimas dos décadas, sus poblaciones han caído entre 30 y 50%, y la especie se clasifica como “vulnerable” en todo el mundo. Las principales causas: la pérdida del hábitat, la caza furtiva y los conflictos con los humanos. En África occidental, la situación es aún más grave, con estimaciones de solo 850-1,160 especímenes para adultos y poblaciones muy fragmentadas.
¿Son un peligro real para los humanos?
El aumento de la población y la expansión de su territorio han aumentado inevitablemente las reuniones entre leones y personas. Aunque la mayoría de los ataques están dirigidos al ganado, los incidentes con humanos, aunque raros, generalmente tienen un gran medio de medios e impacto social.
En India, la tolerancia local ha sido esencial para evitar una escalada de violencia. Sin embargo, los ataques ocasionales contra la gente recuerdan que, a pesar de su imagen del “Rey de la Jungla”, el león sigue siendo un depredador salvaje. El miedo no es infundado: en otras partes del mundo, como África o incluso en incidentes urbanos como el caso reciente en Pakistán, los leones pueden atacar a los humanos cuando se sienten amenazados, tienen hambre o han perdido su miedo después de vivir en contacto frecuente con las personas.
Las autoridades y científicos indios insisten en que los ataques humanos son excepcionales y, en general, evitables con la educación, las medidas de seguridad y la gestión de conflictos activos. La clave: mantener la distancia, reforzar los recintos de ganado y fomentar la coexistencia responsable. A pesar de esto, existen riesgos y exigen vigilancia constante.
Más allá de la India: la realidad de los leones en el mundo
El caso indio contrasta con la situación en otras regiones. En África, la supervivencia del león depende de grandes parques nacionales y reservas, pero también allí los felinos se ven cada vez más acorralados por el progreso humano. La reintroducción de grandes depredadores, como los trucos en la India o los leones en proyectos piloto africanos, genera debate científico y social, ya que la coexistencia nunca es simple o exenta de los riesgos.
Por otro lado, la posesión de leones como mascotas, una práctica tristemente común en algunos países, ha causado incidentes trágicos y destaca los peligros de obtener estos animales de su entorno natural.
Curiosidades felinas para no perder sonrisa
El rugido de un león se puede escuchar a hasta 8 kilómetros de distancia, perfecto para marcar territorio o reunir el paquete. Los leones asiáticos tienen un cabello menos frondoso que sus primos africanos, pero son igualmente majestuosos. En la cultura india, los leones simbolizan el poder y la protección, y aparecen en el escudo nacional. A pesar de su fama, los Leones descansan hasta 20 horas al día; No todo está cazando y acción bajo el sol. La cooperación entre las comunidades humanas y los leones en Gujarat se considera un modelo de coexistencia global entre grandes carnívoros y personas.
En resumen, India celebra la recuperación de sus leones, pero el verdadero desafío comienza ahora: garantizar su futuro sin el precio pagado por animales o personas. Como dice el proverbio local: “Donde hay rugido, hay vida … pero también responsabilidad”.