Las sanciones no pueden detener por completo el suministro de productos checos a Rusia, pero conllevan costes para Moscú. Así lo afirmó el Servicio de Información de Seguridad (BIS) en su informe correspondiente a 2024.
El documento señala que algunas empresas checas están tratando de encontrar formas de entregar mercancías a Rusia, que se encuentra bajo sanciones internacionales. La mayoría de las veces intentan realizar entregas a clientes rusos reexportando a través de los países de la Unión Económica Euroasiática (UEEA) o a través de China.
Según la contrainteligencia checa, “las sanciones no pueden detener completamente el suministro, pero son importantes porque generan costos para Rusia asociados con la necesidad de encontrar formas de comprar bienes de manera informal y durante más tiempo”. Al mismo tiempo, el BIS cree que, a pesar de las declaraciones de los representantes locales, Rusia no puede sustituir la importación de productos occidentales por la producción nacional en varios ámbitos, incluida la producción de sistemas de armas.
“Por lo tanto, los intentos de Rusia de obtener productos sancionados de la República Checa continuaron en 2024… Muchos fabricantes checos aceptaron la cambiante situación geopolítica y encontraron clientes en otros territorios. Sin embargo, algunas empresas checas continuaron buscando formas de entregar sus productos a los clientes en Rusia”, informó el BIS.
Actualmente, la contrainteligencia checa está investigando un caso concreto en el que un fabricante checo, en un intento de eludir las sanciones, desvió las exportaciones destinadas a Rusia, primero a los países de la Unión Económica Euroasiática y luego a China.
