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Enorme.
Escalofriante.
Se llamaba Jade Damarell y tenía 32 años.
El silencio en el aeródromo solo fue roto por el zumbido.
Era el 27 de abril de 2025.
Y saltó de una altura de 15,500 pies (4,600 metros) en Shotton Colliery, Condado de Durham, Inglaterra.
Estaba en un avión pequeño, de los utilizados para el paracaidista deportivo, típico de las operaciones en aeródromos como Fleming Field.
La caída ocurrió en un área rural cerca de este aeródromo, y Jade llegó a un campo después de no mostrar su paracaídas o reserva principal, ya que también desactivó el dispositivo de activación automática (AAD)
Hoy, el 23 de agosto de 2025, la conmoción persiste tanto en el círculo cercano de la joven como en la comunidad paracaidista del Reino Unido.
El evento ha reabierto el debate sobre la salud mental, la presión social después de un descanso sentimental y los riesgos ocultos incluso en entornos de control aparentes como clubes deportivos extremos.
Dentro de los últimos meses de la vida de Jade Damarell de Jade: de estar felizmente casado con vivir en alojamientos en Skydiving Club con ‘novio’ https://t.co/n71jbz6364
– Daily Mail (@DailyMail) 2 de mayo de 2025
El día del salto: una decisión premeditada
El día pasó con aparente normalidad en el aeródromo de Langar, Nottinghamshire, donde Jade Damarell era habitual y conocido por su habilidad y experiencia en Paracaopero.
Según los testigos, llegó al lugar como cualquier otro día, sonriendo pero algo más reservado. Horas antes, había compartido con amigos que su relación romántica había terminado abruptamente la noche anterior.
El salto mortal no fue el resultado de un estallido.
Las investigaciones han determinado que la joven acordó el avión con el resto del grupo, pero en el último momento decidió no colocar el paracaídas, una anomalía que nadie detectó a tiempo.
Cuando el piloto alcanzó la altitud de Salto, Jade Damarell se arrojó al vacío sin el equipo de seguridad, dada la incredulidad y el horror de los presentes.
Las autoridades confirmaron que era un suicidio deliberado. No hubo ningún intento de rectificar o firmar que la joven esperaba ser rescatada.
Las cámaras y los testimonios están de acuerdo en que fue un acto determinado y calculado.
Perfil de la víctima: pasión por el deporte y una vida marcada por desafíos
Jade Damarell era conocido en la comunidad deportiva extrema por su carácter afable y su pasión por el paracaidista.
Había acumulado más de 500 saltos durante toda su vida y trabajó ocasionalmente como instructor.
Sus amigos la describen como una persona vital, entregada a su pasatiempo y siempre dispuestos a ayudar a los nuevos miembros del club.
Sin embargo, su entorno más cercano reconoce que, después de la reciente ruptura sentimental, había mostrado signos de tristeza y aislamiento.
No había antecedentes de problemas psiquiátricos graves o signos de alarma anteriores para activar los protocolos de emergencia.
Jade era gerente de marketing.
Tuvo una relación de ocho meses con Ben Goodfellow, un paracaidista de 26 años, a quien se encontró a través de su interés compartido en el paracaidista.
La pareja vivía juntas en un alojamiento alquilado para paracaidistas cerca del aeródromo en Shotton Colliery, condado de Durham.
La relación terminó la noche antes de su muerte el 27 de abril de 2025, que según los informes influyeron profundamente en su estado emocional.
Anteriormente, Jade estaba casado con James Damarell, un abogado de Leeds, pero se divorciaron hace un año.
Anécdotas y curiosidades sobre Jade Damarell
Participó en varios eventos beneficiosos que saltan en paracaídas para recaudar fondos. En 2023 protagonizó un salto conjunto con su madre, también aficionado a los deportes. Era un defensor activo de la salud mental y colaboró con asociaciones locales para hacer visible los trastornos emocionales. Había viajado a España y Francia para saltar a entornos emblemáticos de Europa.
El impacto social: salud mental y prevención del suicidio
La muerte de Jade Damarell ha sacudido tanto la opinión pública británica como la comunidad deportiva de riesgos internacionales.
El debate sobre la salud mental en personas jóvenes y aparentemente estables ha ganado fuerza en las redes sociales y los medios de comunicación.
Los especialistas insisten en la importancia de no banalizar las señales de alarma, incluso si son sutiles.
El Langar Parachute Club ha reforzado sus protocolos de seguridad y apoyo psicológico, implementando controles adicionales para detectar situaciones de vulnerabilidad entre sus miembros. Además, la tragedia ha motivado la organización de conversaciones y talleres sobre gestión emocional y prevención de suicidios.
La familia de Jade Damarell ha solicitado respeto y privacidad, agradeciendo los signos de afecto recibidos y subrayando la necesidad de mejorar el apoyo de aquellos que están pasando por momentos de crisis emocional.
Los compañeros y amigos han organizado un día de tributo en el aeródromo, donde se han leído mensajes de despedida y su legado como atleta y amigo ha sido recordado. En palabras de uno de sus parientes: “Kirsty nos enseñó a volar, pero también a mirar al otro cuando cae”.
Datos objetivos del evento
Edad de la víctima: 32 años del evento: 11 de agosto de 2025 Lango: Langar Aeródromo, Nottinghamshire, Reino Unido del salto: 10,000 pies (3,000 metros) Razón aparente: descanso sentimental horas antes de la experiencia de hecha: más de 500 saltos registrados
La tragedia de Jade Damarell pone sobre la mesa la urgencia de abordar la salud mental con la misma seriedad que cualquier otro aspecto de la vida, recordando que el sufrimiento emocional puede esconderse incluso detrás de una sonrisa y una vida aparentemente completa.









