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El pez que muerde la cola.
Y con una parálisis o negligencia institucional que llora al cielo.
La brecha entre el precio de la vivienda y los salarios en España nunca ha sido tan evidente como hoy.
Hoy, el 24 de agosto de 2025, el acceso a la vivienda sigue siendo un desafío que se agrava año tras año para una parte creciente de la población.
El precio promedio de las nuevas viviendas ha alcanzado en junio de 2025 los 3,151 euros/m², colocándose en los máximos históricos y con pronósticos para cerrar el año alrededor de 3,291 euros/m², lo que significaría un aumento anual de 8.7%.
En contraste, los salarios apenas han crecido en un 26.5% en la última década, mientras que el alquiler se ha realizado en un 91.4%, una nueva vivienda 51.9% y usó 35.1% en ese mismo período.
Este profundo desajuste convierte la casa en un bien casi de lujo, con un impacto especial en los jóvenes y las clases medias con poder adquisitivo limitado.
Radiografía de una brecha creciente
Los datos confirman que la desconexión entre los salarios y los precios de la vivienda no es conjunta. Desde 2021, el precio de la casa en venta ha aumentado un 25.3%, mientras que los salarios solo han avanzado 7.4%. El último año, los salarios aumentaron 3.1% en comparación con un aumento del 8,4% en la vivienda de segunda mano.
Solo en 2025, el precio de la vivienda libre ha disparado 12.2% año en el primer trimestre, el mayor aumento desde 2007, con un índice de precios que ya es un 71% más alto que en 2015. Esta tendencia, lejos de enviar, se ha agravado por más de una década, que quema 44 cuartos consecutivos de aumentos.
Datos clave (2021-2025):
Crecimiento de precios de la vivienda a la venta: +25.3%de crecimiento salarial: +7.4%de alquiler: +91.4%en la última mitad de decadencia de una nueva vivienda (junio de 2025): € 3,151/m² anual anual presentado nueva vivienda (2025): +8.7%
Un mercado con fuerte demanda y poca oferta
El desequilibrio entre la oferta y la demanda es la causa principal de esta escalada de precios. La fuerte demanda, promovida por la recuperación económica, el crecimiento de la población inmigrante y el interés de los compradores extranjeros en áreas como Costa del Sol o Malaga, enfrenta un suministro muy limitado de nuevas viviendas. La falta de suelo disponible, la escasez de trabajo y la incertidumbre regulatoria obstaculizan la producción de nuevas viviendas, ampliando la brecha y aún más el acceso a la propiedad.
En ciudades como Madrid y Barcelona, la presión es especialmente intensa, pero la tendencia se extiende prácticamente a todo el territorio, con un aumento de dos dígitos en siete comunidades en el último año. Solo en Aragón ha habido una mejora relativa: el salario promedio aumentó un 3,4% y el precio de la vivienda disminuyó 0,6%.
Hipotecas: respiro leve en tipos, pero sin alivio real
El único respiro, aunque insuficiente, proviene de la mano de las hipotecas. Después de años de aumentos, las tasas de interés han iniciado una disminución gracias a las decisiones del Banco Central Europeo, que ha permitido a los bancos ofrecer hipotecas fijas alrededor del 2.3-2.5% a principios de 2025. El Euribor, que había alcanzado el 4.16% en 2023, ahora redondea el 2.1%, reduciendo las tarifas de las hipotecas a un tipo variable.
Sin embargo, esta mejora no compensa la escalada de precios. Aunque la empresa hipotecaria se ha retirado en el último trimestre, el mercado sigue siendo muy activo y las condiciones, a pesar de ser favorables para aquellos que logran acceder, no son suficientes para revertir la tendencia a la exclusión de muchos compradores potenciales.
Acceso a la vivienda: un desafío estructural
El resultado de todo este escenario es claro: solo uno de cada cuatro empleados recibe ingresos por encima del promedio salarial, y el número de trabajadores con más de un trabajo ha crecido un 30% desde la pandemia. El acceso a la vivienda se deteriora significativamente y se acentúa la desigualdad, especialmente entre los jóvenes y las familias con ingresos medianos y bajos.
Las cifras dejan poco margen para la interpretación:
En los últimos 3 años, el precio de la vivienda ha aumentado tres veces más que los salarios. El alquiler casi ha duplicado esa vivienda en la última década. La demanda de compra, sostenida por factores demográficos y económicos, continúa enfatizando el mercado.
Perspectivas para el futuro: ¿Hay espacio para el optimismo?
Los pronósticos de los analistas principales sugieren que los precios de la vivienda continuarán creciendo en 2025, aunque a un ritmo algo más moderado. BBVA Research proporciona un aumento del 4.7% en todo el año, reforzado por una demanda activa y una oferta limitada. La reducción de las tasas de interés podría alentar al mercado hipotecario por otra cosa, pero no parece traducirse en una mejora de accesibilidad real para la mayoría de la población.
El acceso a la vivienda, por lo tanto, continuará siendo uno de los grandes desafíos sociales y económicos de la España de Pedro Sánchez. Mientras el mercado no logre un equilibrio entre la oferta y la demanda y los salarios no recuperan tierras, la vivienda continuará ahogando a miles de familias. Para muchos, la propia casa se ha convertido en un sueño cada vez más lejano, y la renta en una carga creciente y difícil de asumir.
La esperanza de que una disminución en los tipos o un ligero ajuste en los precios pueda cambiar la situación se diluya a un problema estructural que exige soluciones profundas y sostenidas con el tiempo. El debate sobre la vivienda, lejos de estar agotado, está más vivo que nunca en el corazón de la sociedad española.