El Centro de Información de Riesgo de Comunicaciones (Comicción) ha marcado un hito importante al lanzar su primer informe del sector, una publicación innovadora que examina críticamente el creciente estado de delitos de telecomunicaciones, riesgo y resiliencia en todo el país.
El floreciente panorama digital de Sudáfrica, con más de 44 millones de ciudadanos ahora en línea, enfrenta una amenaza sin precedentes a medida que su infraestructura de comunicaciones se convierte en un objetivo cada vez más principal para las empresas criminales sofisticadas. El Centro de Información de Riesgo de Comunicaciones (Comicción) ha marcado un hito importante al lanzar su primer informe del sector, una publicación innovadora que examina críticamente el creciente estado de delitos de telecomunicaciones, riesgo y resiliencia en todo el país.
El informe del sector 2025 pinta una imagen marcada: cuatro de cada cinco organizaciones sudafricanas fueron víctimas del ransomware el año pasado, un aumento significativo de poco más del 50% el año anterior. Este aumento señala la creciente explotación de las vulnerabilidades de los delincuentes en varias plataformas digitales, desde servicios en la nube hasta algoritmos de IA emergentes. Más allá de los ataques cibernéticos, el informe detalla el sabotaje físico generalizado de la infraestructura de telecomunicaciones, incluidos los cortes de fibra y el vandalismo de la torre celular impulsado por el comercio ilícito de cobre y baterías. Este desenfoque de las líneas entre el delito cibernético y el crimen organizado está aumentando el costo de la inacción diariamente.
Las líneas borrosas de las amenazas digitales y físicas
El informe destaca específicamente el peligro insidioso del fraude de caja SIM, donde las llamadas internacionales se redirigen ilegalmente a través de tarjetas SIM locales. Esta elección de las tarifas de terminación internacional da como resultado pérdidas financieras sustanciales para los operadores y una degradación notable en la calidad de la red para los consumidores. A nivel mundial, y particularmente en Sudáfrica, esta explotación se está volviendo más difícil de detectar y se usa cada vez más para facilitar las estafas más amplias, incluido el fraude de identidad y la falsificación de llamadas, agregando más presión a un paisaje de amenazas ya tensado.
Llamado de la cerrícula para un cambio de frente y mentalidad unida
Para Thokozani Mvelase, CEO de la Comicción, el mensaje es inequívoco: el sector de comunicaciones del país ya no puede permitirse ser simplemente reactivo.
“Hemos permitido que el fraude sea tratado como un problema de telecomunicaciones durante demasiado tiempo. No lo es. Es un riesgo sistémico que amenaza la estabilidad financiera, la confianza en las comunicaciones y nuestra capacidad de recuperación económica más amplia. Los estafadores están innovando más rápido de lo que estamos colaborando. Eso debe cambiar”.
Huxe Mrizanese, CEO, cómic.
Mvelase enfatiza la necesidad urgente de un cambio fundamental en la mentalidad. La ciberseguridad, argumenta, ya no puede ser relegada a una función de TI o una mera lista de verificación de cumplimiento. En cambio, debe diseñarse en el corazón de los sistemas de comunicaciones, desde cómo se construyen las redes hasta cómo se gestionan los datos, hasta cómo se implementa la IA. Advierte que el abrazo de Sudáfrica de la inteligencia artificial y las plataformas digitales consolidadas introduce simultáneamente nuevos vectores de ataque, que van desde las estafas de audio de Deepfake hasta las campañas de phishing generadas por IA. Sin fuertes barandillas éticas y responsabilidad compartida, estas tecnologías transformadoras podrían socavar inadvertidamente la industria.
Si bien se proyecta que el gasto de ciberseguridad en Sudáfrica sea más del doble para 2030, Mvelase advierte que sigue siendo insuficiente para igualar la escala de la amenaza. Además, muchas compañías aún carecen de las capacidades de detección y respuesta en tiempo real necesarias para ataques sofisticados.
“Lo que falta no es solo el presupuesto, sino la coordinación. Necesitamos un frente unido. Las empresas de telecomunicaciones, los ISP, los locutores, los reguladores, los bancos, todos en la cadena de comunicaciones deben compartir inteligencia, responder a las amenazas juntas y hablar con una sola voz cuando se trata de proteger a los consumidores”.
Huxe Mrizanese, CEO, cómic.
Construyendo un futuro resistente: un llamado nacional a la acción
En el núcleo de la iniciativa de la compra es un llamado a la acción nacional: establecer un marco compartido para la resistencia cibernética dentro del sector de las comunicaciones. Este marco implicaría establecer estándares comunes para la supervisión de la IA, intensificar los esfuerzos contra el intercambio de SIM y el fraude de identificación e invertir estratégicamente en el desarrollo de habilidades locales de ciberseguridad. Sin embargo, la cómica subraya que esta tarea monumental también exige un liderazgo sólido de las salas de juntas, el gobierno y los organismos de la industria responsables de dar forma a la política y la práctica.
Sudáfrica posee la capacidad innovadora, la experiencia técnica y el imperativo moral de liderar el continente africano en el establecimiento de comunicaciones seguras, éticas y resilientes. Pero, como concluye Mvelase, esto solo se materializará si la confianza se convierte en una prioridad estratégica no después de la próxima violación, sino ahora.
“Necesitamos proteger los sistemas que nos protegen. Eso comienza con la responsabilidad, la urgencia y con todos dando un paso adelante”.
Huxe Mrizanese, CEO, cómic.