Home News ¡El PP podría estar gobernando! Tensión máxima, debate brutal

¡El PP podría estar gobernando! Tensión máxima, debate brutal

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Feijóo podría estar dictaminando si hubiera prometido las juntas independientes de la amnistía.

Al final, esa frase contiene algo tan perverso como preciso y realista.

Al final, la aritmética parlamentaria y la falta de escrúpulos de Pedro Sánchez generaron una renovación de un gobierno que ya la está viendo, está en camino de ser un grupo de corrupto con las piernas.

Es una semana más infame para Pedro Sánchez esta vez haciendo el ridículo a nivel internacional en la reunión de la OTAN, y mejorar a Donald Trump, quien sabe, si es irreparable.

Para todo esto, ‘el pentagrama’ de este viernes 27 de junio es tan brutalmente tenso. Con Rebeca Crespo, Bertrand Ndongo, Josué Cárdenas, Alfonso Rojo y Eduardo García Serrano, el debate más popular de la red. Además de todo, es Julio.

Una semana infame, otra más, de Sánchez

La política española ha vivido del 23 al 27 de junio de 2025 una de esas semanas que sudaría incluso a las más bronceadas en los estrategas de Moncloa. Pedro Sánchez, presidente del gobierno, ha estado a la vista de los medios de comunicación y el huracán político por múltiples frentes abiertos que amenazan con desestabilizar su mandato y agitar aún más el paisaje institucional español.

El escándalo de corrupción que azota el PSOE durante meses ha dado un giro dramático en estos días. La “Operación Delorme”, llamada “, conocida popularmente como” Caso Abalos “, ha puesto en contra de las cuerdas no solo los ministros antiguos, sino el núcleo muy duro de Sánchez. Las investigaciones han descubierto una supuesta red de recolección de comisiones ilegales a cambio de contratos públicos millonarios, salpicando cifras como el ex ministro José Luis Ábalos y Santos Cerdán, hasta que nada hace el secretario de la organización socialista y el hombre de la máxima confianza del presidente. Cerdán, después de los medios y la presión política, se vio obligado a renunciar y entregar su diputado.

Dada la magnitud del escándalo, Sánchez eligió pedir disculpas públicas e iniciar una auditoría interna en el partido, pero se niega fuertemente a convocar elecciones tempranas o asumir responsabilidades personales directas. La oposición, encabezada por el partido popular y Vox, exige su renuncia inmediata y la acusa sin ambigüedad de liderar “un gobierno corrupto”. Como si eso no fuera suficiente, Compromís, un aliado en la adición, ha abandonado el grupo parlamentario citando casos de corrupción como un desencadenante clave para romper con la coalición progresiva.

El frente internacional: Trump le duele el dedo

Como si la crisis interna no fuera suficiente, el escenario internacional ha dado un nuevo dolor de cabeza al gobierno. En medio de la OTAN en La Haya, Donald Trump, imprendible en su regreso a la escena global, ha amenazado a España con represalias comerciales si no eleva sus gastos militares al 5% del PIB, una cifra que Alemania ni siquiera considera alcanzar. Sánchez respondió firmemente defendiendo la soberanía nacional: “Queremos tender a los puentes, no romperlos. Somos un país solidario”, dijo desde Bruselas mientras se convirtió en un inesperado portador de la bandera europea contra el triunfal desenfrenado.

Esta posición ha generado tensiones tanto dentro como fuera del país: mientras que algunos ven en Sánchez un líder capaz de enfrentarse a Washington y defender los intereses europeos, otros lo acusan de poner en peligro las alianzas estratégicas fundamentales para España.

Rupturas internas y ropa parlamentaria

En el Congreso, la atmósfera ha sido discapacitada. La extraordinaria corrupción completa ya tiene una fecha: el 9 de julio. Allí, tanto Sánchez como varios ex ministros deben parecer dar explicaciones sobre contratos bajo sospecha y comisiones ilegales. El PSOE, con solo 152 asientos al lado de agregar un parlamento 350, camina por la cuerda floja y depende cada vez más de pequeños juegos y soportes volátiles que ahora parecen drenar entre los dedos.

Los llamados internos al avance electoral crecen: los socialistas históricos como Felipe González o los barones regionales han comenzado a moverse públicamente para forzar un cambio de curso ante la planificación municipal y regional y regional para 2027. Las encuestas reflejan un creciente desenchanto ciudadano frente a la sucesión ininterrumpida de los escándalos.

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