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La emoción se sintió en el medio ambiente cuando las autoridades mexicanas recibieron uno de los documentos más antiguos y significativos en su historia reciente: un manuscrito original firmado por Hernán Cortés, fechado el 20 de febrero de 1527.
Este valioso papel, perdido durante décadas y robado del archivo general de la nación, representa no solo un testimonio directo del proceso de colonización, sino también un símbolo de la lucha constante contra el tráfico ilícito de bienes culturales.
Hoy, 15 de agosto de 2025, la repatriación del documento trasciende el meramente administrativo o judicial.
Es un gesto de reparación que devuelve a México una pieza fundamental para comprender las estrategias y los preparativos de las expediciones españolas que sentaron los cimientos del futuro Nueva España.
El manuscrito: un testigo de exploración y oro
El documento recuperado, de casi 500 años, refleja claramente la mentalidad y los intereses del conquistador. En él, Hernán Cortés autoriza el pago en pesos de oro comunes para financiar una expedición a las tierras de especias llamadas. Es, en esencia, un registro contable y administrativo sobre los recursos necesarios para la planificación logística de exploraciones en territorios desconocidos durante el siglo XVI.
Detalles esenciales: la escritura ofrece una perspectiva única sobre cómo se organizaron estas empresas marítimas y de tierras.
Según investigadores y especialistas del archivo general de la nación, este tipo de documentos son cruciales para reconstruir la historia administrativa y política de México colonial. Son piezas que documentan desde pagos menores hasta grandes decisiones estratégicas.
Robo, desaparición y recuperación: una trama internacional
El manuscrito pertenece a un lote más amplio que desapareció misteriosamente entre 1985 y octubre de 1993. Fue justo al final de un proceso de microfilmación e inventario cuando los archiveros detectaron la ausencia de quince páginas originales firmadas por Cortés.
Las investigaciones sugieren que el robo tuvo lugar entre mediados y finales de los años ochenta o principios de los noventa. Un número hecho con cera en ese momento permitió identificar el período exacto de robo.
Durante años, estos documentos circulaban en manos privadas e incluso estaban a punto de ser subastadas en los Estados Unidos. No fue hasta la intervención del FBI, en colaboración con el Departamento de Justicia de los Estados Unidos, la policía de Nueva York y las autoridades mexicanas, que pudo rastrear su paradero actual.
Cronología clave
Década 1980-1990: desaparición del manuscrito AGN. Eocture 1993: El archivo detecta oficialmente su ausencia después de la microfilmación. 2023: El FBI recupera y devuelve otro manuscrito firmado por Cortés relacionado con la compra de azúcar rosa. 13 de agosto de 2025: El regreso formal a México del documento del recientemente recuperado es concreto.
Sin castigo judicial pero con mensaje contundente
A pesar del robo, no habrá un proceso penal contra ningún responsable directo; Las autoridades explican que el documento cambió al propietario varias veces a lo largo de estas décadas. Sin embargo, la repatriación envía un mensaje claro contra el tráfico ilegal y refuerza la cooperación internacional para proteger el patrimonio cultural.
La agente especial Jessica Dittmer, miembro del equipo de crimen de arte del FBI, enfatiza: “Estos tipos de piezas son patrimonio cultural protegido y representan valiosos momentos de la historia mexicana”. Tanto de los Estados Unidos como de México insisten en que esta colaboración se siente precedente para futuros casos similares.
La importancia cultural y simbólica
El valor del manuscrito va mucho más allá del papel físico:
Constituye un testimonio directo sobre las motivaciones económicas detrás del expansionismo europeo. Refleja cómo se administraron los recursos y las expediciones se planificaron no solo de tierras sino también de riqueza. Permite dimensionar el impacto real que estas decisiones administrativas tuvieron en la configuración social, política y económica del continente estadounidense.
El regreso del documento abre nuevas posibilidades para los historiadores mexicanos e internacionales. Cada línea escrita por Hernán Cortés es una ventana al pasado; Cada sello o firma es una prueba irrefutable del complejo de engranajes coloniales.
Un precedente para futuras restituciones
Las autoridades mexicanas han dejado en claro que continuarán trabajando para recuperar otras páginas que aún faltan. La colaboración con las organizaciones internacionales es clave: el FBI ha reiterado su compromiso de ubicar más piezas robadas e invita a cualquier persona con información a contactarlas sin temor ni reserva.
Esta restitución no solo repara una deuda histórica, sino que también fortalece el sentido colectivo de la necesidad urgente de proteger el patrimonio común contra las amenazas globales.
En resumen, cada gesto como este devuelve más que objetos: devuelve fragmentos vivos de memoria e identidad compartida.