Hoy, el 26 de junio de 2025, Ecuador amanece con las noticias que marca un antes y después en la lucha contra el tráfico de drogas: la captura de José Adolfo Macías Villamar, conocido como Fitto, líder indiscutible de los Choneros, la banda criminal más poderosa y temida del país.
Después de 17 meses fugitivo, escondido en un búnker construido debajo de una casa en su ciudad natal de Manta, este Capo ha sido recapturado en una operación conjunta entre el ejército y la policía, en uno de los golpes más duros para el crimen organizado ecuatoriano.
La escena de su arresto, grabada por los mismos soldados, muestra a un hombre derrotado, postrado contra el suelo y rodeado de uniformado.
La imagen contrasta con la leyenda que había construido durante años: un jefe de narco capaz de desafiar al estado de la cárcel y orquestar fugas espectaculares al consolidar su imperio criminal.
Una carrera criminal falsificada entre filtraciones, violencia y poder
La trayectoria de Fito también es la reciente historia del auge de Narco en Ecuador. Primero arrestó a los 20 años por robo, su salto al gran crimen tuvo lugar en 2011, cuando fue arrestado por tráfico de drogas y delitos organizados. Desde entonces, su figura creció tanto en prisión. En 2013 protagonizó su primer gran escape de La Roca, la prisión de máxima seguridad en Guayaquil. Aunque fue recapturado poco después, nunca dejó de controlar a los Choneros desde el interior del sistema penitenciario.
En los últimos años, los Choneros pasaron de ser una banda local para convertirse en socios clave del póster mexicano de Sinaloa. Su control sobre las rutas estratégicas para el envío de cocaína, producida principalmente en Colombia, hizo de Ecuador una pieza fundamental de tráfico internacional. Las cárceles se convirtieron en un centros nerviosos del crimen, y Fito sabía cómo aprovechar esa debilidad institucional para consolidar su comando y diversificar los negocios ilegales: alquilado, extorsión y lavado de dinero.
El poder del NARCO: violencia sin precedentes y estado amenazado
El poder acumulado por Fito y los Choneros no es solo económico. Su capacidad para desafiar abiertamente el estado ha sido evidente:
Fugas masivas organizadas. Controló territorios enteros desde la prisión. Asesinó a asesinatos y extorsión contra funcionarios e incluso rivales dentro del sistema penitenciario. Extendió redes internacionales para proteger y mover capitales ilícitas.
Ecuador fue a liderar las estadísticas regionales de violencia, con tasas no publicadas de homicidios que excedieron los 40 por 100,000 habitantes. Las ciudades costeras como Guayaquil o Manta se convirtieron en epicentros sangrientos donde los tiroteos y los ataques se convirtieron en rutina.
El impacto es palpable:
Inseguridad diaria para millones. Zonas urbanas bajo control parcial o total de bandas. La policía y la corrupción política facilitan la expansión del NARCO.
Operación de bayas: cómo cayó Fito después de los meses fugitivos
El escape de Fito a principios de 2024 fue un golpe humillante para el gobierno ecuatoriano. A pesar de tener una alerta internacional roja emitida por Interpol, logró evadir los controles durante casi un año y medio. Las especulaciones sobre su paradero incluyeron refugios en Colombia o Argentina. Finalmente, se ubicó el martes 25 de junio en Montecristi, no en Manta como se informó inicialmente, oculto bajo tierra en un búnker sofisticado que evidenció recursos logísticos dignos de una organización transnacional.
El presidente Daniel Nnovera anunció personalmente la captura mientras estaba fuera del país por razones oficiales. Dijo que Fito ya está bajo el control del bloque de seguridad (militar y la policía) y confirmó que han iniciado los procedimientos para solicitar su extradición a los Estados Unidos, donde enfrenta cargos federales relacionados con el tráfico de drogas. Nemaa enfatizó que este golpe es solo el comienzo: “Caerán más, recuperaremos el país. Sin tregua”.
¿Qué sigue después de la caída del líder?
Recapture genera esperanza pero también preguntas profundas:
¿El estado ecuatoriano logrará este momento para desmantelar realmente la estructura financiera y operativa de los Choneros? ¿O asistiremos a una guerra interna entre facciones rivales para el control que queda vacante por Fitto? ¿Pueden las fuerzas policiales mantener la presión sin caer bajo amenazas o corrupción?
El entorno internacional también observa cuidadosamente. La posible extradición a los Estados Unidos busca evitar una nueva filtración y enviar un mensaje claro a otros líderes penales.
Sin embargo, los expertos advierten que las raíces del narco ya están profundamente ancladas en muchos estratos sociales y económicos ecuatorianos. El combate los requerirá reformas estructurales más allá del impacto de los medios puntuales.
Un país al espejo: desafíos inmediatos
La caída de Fito se lleva a cabo hoy como un triunfo innegable para el estado ecuatoriano. Sin embargo, este episodio deja en claro la magnitud del desafío: la reconstrucción de las instituciones debilitadas durante años mientras se recupera la confianza de los ciudadanos.
Ecuador continúa enfrentando:
Redes penales integradas con Mafias internacionales. Corrupción endémica. Jefe institucional. Defectos sociales que alimentan la base operativa NARCO.
El desafío es monumental pero imperdible. Como la experiencia latinoamericana, México o Colombia, ha demostrado que las brechas generadas después de la captura o muerte de grandes jefes generalmente están ocupados si no hay estrategias integrales y sostenidas.
Hoy es un día histórico para Ecuador. Pero el verdadero desafío comienza ahora: cortar las múltiples cabezas de una hidra llamada tráfico de drogas que ha transformado al país andino en uno de los escenarios clave del crimen organizado global.