Inaudito y vergonzoso.
El día del 23 de julio fue sacudido en Valencia por un incidente que ha generado una ola de indignación tanto a nivel nacional como internacional.
Un grupo compuesto por 52 adolescentes judíos franceses y su monitor, director del campamento de verano Kinneret, fue expulsado de un avión de una compañía en aparejo en el aeropuerto de Manises.
La intervención, que incluyó acciones violentas de la Guardia Civil, ha sido calificada como “antisemita” por las autoridades israelíes y ha puesto bajo el enfoque en la gestión española de la diversidad religiosa y étnica.
El episodio comenzó cuando los jóvenes, de entre 10 y 15 años, cantaron canciones hebreas antes del despegue.
La tripulación exigió silencio, lo que resultó en una escalada que culminó con la llegada de la policía, los desalojos forzados y la detención, la techo y el abuso físico del monitor responsable del grupo.
Los hechos están probados @Carolen Video del arresto del director de la colonia Kineret hoy en Valence, después de que los adolescentes simplemente cantaron en el avión antes del despegue. pic.twitter.com/3nmqcozxxg
– 🎗️ (((Simon Weinberg))) (@slmonweinberg) 23 de julio de 2025
Quejas públicas y reacción política inmediata
El impacto fue inmediato. El ministro israelí de la diáspora, Amichi Chikli, denunció públicamente lo que sucedió a través de las redes sociales, acusando a las fuerzas policiales de Vueling y español para incurrir en comportamientos antisemitas.
Chikli enfatizó: “La mujer arrestada y golpeada es la directora del campamento de Kinneret. Los niños se vieron obligados a salir del avión después de que la tripulación dijo que Israel es un estado terrorista”.
Estas declaraciones han alimentado el debate sobre el rebote del anti -semitismo en Europa y las relaciones bilaterales entre España e Israel.
El propio Ministro compartió imágenes del incidente y criticó fuertemente no solo la aerolínea sino también el contexto político español, recordando incidentes anteriores en los que ya había acusado a los miembros del gobierno español, especialmente al presidente Pedro Sánchez, para mantener posiciones hostiles hacia Israel.
Claves de incidentes: contexto social y legal
El evento ha puesto preguntas clave en la mesa:
Discriminación religiosa: la comunidad judía denuncia un tratamiento diferencial motivado solo por el origen y las creencias religiosas del grupo. Use desproporcionado de la fuerza: las historias hablan de golpes, cónyuges y una intervención policial calificada como excesiva. Realización institucional: hasta ahora no hay una explicación detallada o por el Vueling o el Ministerio del Interior español en los motivos específicos para el desalojo masivo.
Desde los cercanos a los afectados, insiste en que “los niños solo cantaron canciones hebreas” y que en ningún momento hubo altercados antes del conflicto con la tripulación. La madre de uno de los menores ha declarado que “una mujer joven fue esposada simplemente porque un niño cantaba en hebreo”, subrayando el componente discriminatorio percibido.
Perspectiva internacional y consecuencias diplomáticas
El caso ha trascendido rápidamente las fronteras españolas. Las instituciones judías europeas han emitido comunicaciones que expresan preocupación por lo que sucedió. El propio Chikli ha vinculado este evento con una supuesta campaña internacional para desacreditar a Israel y fomentar el antisemitismo, mencionando medios como Jazeera o Haaretz como parte del eco de los medios globales.
A nivel diplomático, las relaciones entre España e Israel están pasando por uno de sus momentos más tensos después del reconocimiento español del estado palestino en mayo. Chikli ya había calificado previamente a Sánchez de “antisemita” por alentar ese reconocimiento poco después de los ataques 7-O, afirmando: “Creo que llamar para establecer un estado palestino justo después de 7-O es un premio por terrorismo”. Esta tensión ahora se ve agravada por episodios como el que vivía en Valencia.
Antisemitismo, política española e impacto social
El debate sobre el antisemitismo en España no es nuevo, pero este caso lo coloca en primer plano. Los sectores políticos israelíes han acusado reiteradamente al gobierno español, especialmente el sector socialista de ser “favorable” o incluso abiertamente hostil hacia Israel. Al mismo tiempo, desde los círculos progresivos españoles, se niega cualquier visión institucionalizada antit -semitismo, interpretando estas acusaciones como intentos de desviar la atención a las controvertidas políticas externas.
En las redes sociales, numerosas voces han denunciado lo que sucedió en etiquetas como #anti -semitismespaña o #vuelingdiscimina. Por otro lado, los partidarios del gobierno han recordado que España fue uno de los países europeos más votados por ciudadanos israelíes durante eventos recientes como Eurovisión, que, según algunos, aclara las acusaciones generalizadas contra la sociedad española.
Testimonios directos e impacto psicológico
Los testimonios recolectados muestran un impacto emocional entre los adolescentes afectados. Para muchos fue su primer viaje de Francia; Después de lo que sucedió, aún permanecen varados en Valencia en espera de poder regresar a su país. El monitor, según las quejas israelíes oficiales, habría requerido asistencia médica después del arresto.
La comunidad judía local ha organizado el acompañamiento psicológico para los menores afectados, mientras que las organizaciones internacionales requieren aclaraciones oficiales sobre los hechos y garantías para evitar una futura discriminación similar.
Equilibrio provisional y demandas inmediatas
Si bien todavía no sabe una versión oficial detallada del ministerio español correspondiente, los afectados demandan:
Disculpas públicas tanto por la aerolínea como por el estado español. Explicaciones claras sobre los motivos reales del desalojo. Promisos firmes para garantizar que ningún grupo sea discriminado por razones religiosas o étnicas.
Al día siguiente del incidente, el caso sigue siendo el principal objeto de debate en los medios españoles e internacionales. El episodio hace preguntas incómodas sobre la coexistencia, la tolerancia religiosa y la gestión institucional en situaciones delicadas, y deja muchas incógnitas sobre cómo las autoridades españolas responderán a esta incipiente crisis diplomática.









