Home News Anas al-Sharif: un terrorista de Hamas con chaleco de prensa y tarjeta...

Anas al-Sharif: un terrorista de Hamas con chaleco de prensa y tarjeta Aljazeera

15
0

Más información

El amanecer en Gaza y las noticias se dan como pólvora: Anas al-Sharif, periodista de Al Jazeera, ha muerto en un ataque aéreo israelí.

La controversia pronto explota.

El ejército israelí dice que era un terrorista infiltrado en Hamas bajo un chaleco de prensa; Las organizaciones internacionales de medios y periodistas lo presentan como una de las voces más relevantes en la cobertura del conflicto.

En el medio, la pregunta incómoda: ¿dónde termina el periodismo y dónde comienza la propaganda o incluso la militancia armada?

Hoy, 13 de agosto de 2025, la controversia permanece abierta y refleja el momento crítico en que el periodismo de guerra vive, especialmente en áreas donde la información y la información errónea se entremezclan, y el riesgo de los comunicadores alcanza niveles sin precedentes.

Escritura Pedro Gil Ruiz en Digital Libertad Este 13 de agosto:

Aquellos que describen a Al-Sharif como “la voz y la imagen que ha transmitido los horrores de la ofensiva israelí” y lloran su muerte en un bombardeo de las fuerzas de defensa de Israel, no han tomado la incomodidad de mirar su canal de Telegrama. Vaya al 26 de octubre, 19 días después de la masacre terrorista de Hamas.

Verá la imagen de un pie que pisa la cabeza de un hombre muerto que se encuentra en un charco de sangre. Lleva ropa militar y una etiqueta en el bolsillo izquierdo de su camisa revela que es un soldado israelí.

El texto que acompaña a la imagen dice: «¡Cuando sientes que la moralidad no está bien! Recuerde que te golpeamos la cabeza en medio de tus posiciones militares. “

Al-Sharif lo publicó a las 17:51. ¿Crees que el mensaje de un periodista?

Un ataque que polariza

El 10 de agosto, Anas al-Sharif muere con otros cuatro periodistas y dos civiles después de un ataque aéreo israelí cerca del Hospital Al-Shifa en la ciudad de Gaza. La operación, según la versión oficial israelí, estaba dirigida a “un miembro de Hamas que fue transmitido por un periodista”.

El portavoz militar afirma que hay documentos que vinculan al-Sharif con la organización islamista desde 2013: nóminas, registros de capacitación y directorios telefónicos. Agrega que “todas las medidas posibles para evitar las víctimas civiles” se adoptaron a través de municiones de precisión aérea y vigilancia.

Sin embargo, ni la BBC ni la Jazeera han podido verificar independientemente la autenticidad de estas pruebas. Organizaciones internacionales como la ONU y el Comité para la Protección de los Periodistas denuncian la muerte como un ataque deliberado contra la libertad de prensa y exigen una investigación independiente.

El gobierno español y otros países condenan el bombardeo, recordando que casi 200 informantes han muerto en Gaza desde el comienzo de la ofensiva israelí en 2023.

Periodista bajo sospecha

El perfil de Anas al-Sharif es complejo. Nació en el campo de refugiados de Jabalia en 1996 y se graduó en comunicación en la Universidad de Al-Aqsa. Comenzó su carrera en los medios locales y, según la información de CNN y BBC, llegó a colaborar en equipos de prensa vinculados a Hamas antes de trabajar para Al Jazeera.

Aunque más tarde criticó a la organización, esa etapa alimenta sospechas israelíes.

En la vida, Al-Sharif ganó notoriedad por sus crónicas de la primera línea de fuego en Gaza, por lo que recibió un Pulitzer en 2024 junto al equipo de Reuters.

Las imágenes siempre lo muestran con chaleco y casco azules “prensa”, narrando bombardeos y la crisis humanitaria en Gaza. En sus redes sociales, defendió el trabajo de los periodistas locales como “memoria viva contra el olvido y la destrucción”.

Testimonios enfrentados

Las reacciones después de su muerte reflejan la fractura informativa global. Los medios y organizaciones palestinas lo describen como un profesional completo, testigo de la tragedia de Gazatí y víctima de una “campaña para eliminar testigos incómodos”. Sus colegas insisten en que su único crimen era “nacer y trabajar en un área codiciada por un estado que no tolera voces críticas”.

Por otro lado, las voces cercanas al gobierno israelí argumentan que Al-Sharif habría colaborado activamente en la planificación de ataques con cohetes y habría participado bajo la custodia de los rehenes israelíes, utilizando su estado como periodista como portada. Sin embargo, hasta ahora, no se han presentado pruebas concluyentes de forma independiente.

El debate sobre la neutralidad periodística

El caso de Anas al-Sharif pone sobre la mesa un antiguo dilema del periodismo de guerra: ¿puede un reportero mantener la neutralidad en un contexto de ocupación extrema y violencia? ¿En qué medida el periodismo local en las etapas de conflicto libres de presiones o enlaces con las partes en disputa?

La cobertura de Gaza es llevada a cabo casi exclusivamente por periodistas palestinos, ya que Israel restringe el acceso a reporteros internacionales. El uso del chaleco de prensa, según organizaciones como reporteros sin fronteras, ofrece cierta protección, pero también puede convertirse en un objetivo militar, especialmente si hay sospechas de colaboración con grupos armados. El conflicto convierte la actividad periodística y la propaganda.

El impacto en la credibilidad de los medios

La muerte de al-Sharif y acusaciones cruzadas afectan la credibilidad de los medios en la cobertura de Gaza. Al Jazeera ha sido objeto de críticas recurrentes por supuestos prejuicios y conexiones con Hamas, acusaciones que la cadena siempre ha negado. Sin embargo, la cadena de catarí denuncia una “campaña para silenciar las voces incómodas” y recuerda que diez de sus empleados han muerto desde el comienzo de la guerra.

Por su parte, el ejército israelí justifica la acción como parte de una estrategia para “desmantelar la infraestructura de medios de Hamas”, alegando que la organización utiliza la cobertura periodística para difundir la propaganda y coordinar las acciones militares. Esta posición ha sido criticada por la comunidad internacional, que recuerda que la protección de los periodistas en las áreas de conflicto es un principio básico del derecho humanitario internacional.

¿Dónde está el periodismo de guerra?

Los recientes eventos en Gaza ilustran la transformación y los desafíos del periodismo en la era digital y la guerra híbrida:

La información errónea y la instrumentalización de los medios se han intensificado, obstaculizando la verificación de los hechos. La inteligencia artificial y las nuevas tecnologías permiten a los ejércitos identificar y rastrear a los periodistas, pero también los grupos armados camuflados como reporteros. Nuevos modelos de negocio de medios, aumentando impactantes, a menudo a expensas de su seguridad.

En este contexto, la muerte de Anas al-Sharif se convierte en un símbolo de la vulnerabilidad del periodismo y la dificultad de separar la verdad de la propaganda. Si bien la comunidad internacional exige transparencia y protección para los informantes, la Guerra de Narrativas sigue abierta. Cada imagen, cada testimonio y cada acusación se disputa en un campo de batalla donde la información es, más que nunca, un arma decisiva.

La última publicación de Al-Sharif en las redes sociales, antes del ataque que terminó su vida, resumió el drama: “Nunca dudé en decir la verdad como es, sin distorsión o tergiversación, con la esperanza de que Dios sea testigo de quienes se callan”.

En Gaza, la línea entre periodista y combatiente, entre testigo y objetivo, nunca ha sido tan delgada.

Fuente de noticias