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En Alemania, el debate sobre el futuro de las pensiones ha dado un giro inesperado.
El peso demográfico de la generación del ‘baby boom’ amenaza la sostenibilidad del sistema público, y las fórmulas habituales, que experimentan contribuciones, reducen los beneficios o retrasan la jubilación, enfrentan un creciente rechazo e importantes riesgos sociales y económicos.
En este contexto, el Instituto de Investigación Económica Alemana (DIW) ha lanzado una propuesta que marca la agenda: la llamada ‘boomer-soli’, una contribución de solidaridad que solo recaerá en los jubilados con mayores ingresos, para redistribuir los recursos a aquellos que tienen menos y garantizar la medilidad del sistema sin penalizar a los trabajadores activos o a los pensionistas de bajos ingresos medianos.
La clave de la propuesta es su selectividad.
Cómo funciona el ‘boomer-soli’
Solo pagarán este recargo especial a los mayores de 65 años cuyos ingresos por pensiones exceden un umbral que es de alrededor de 1,000 euros por mes.
Por lo tanto, la mayoría de los pensionistas, especialmente los de bajo y medio de ingresos, estarían exentos, mientras que aquellos que disfrutan de pensiones más altas contribuirían entre 3% y 4% adicionales durante sus alquileres de jubilación. La medida se aplicaría a las pensiones públicas y privadas, incluidas las de los funcionarios, e incluso los ingresos de capital o los alquileres recibidos por este grupo.
Todo lo recopilado no iría a la caja común del estado, sino a un fondo especial, administrado fuera del presupuesto general, cuyo único propósito sería mejorar los beneficios de los jubilados con menos recursos. Esta arquitectura evita las complicaciones administrativas y no requiere reformar el impuesto sobre la renta actual: sería suficiente aprovechar los datos fiscales existentes para identificar a los contribuyentes afectados.
Umbral de solicitud: 1,000 euros por mes para incentivos de pensión: entre el 3% y el 4% solo afecta más de 65 años con altos ingresos de jubilación.
¿Por qué no subir contribuciones o cortar pensiones?
El diagnóstico del DIW es claro: aumentar las contribuciones sociales penalizaría principalmente a los jóvenes y podría dañar el empleo, mientras que reducir las pensiones aumentaría aún más el riesgo de pobreza en la vejez. Retrasar la edad de jubilación legal sigue siendo socialmente muy controvertida y solo proporcionaría una solución parcial. Ante este clásico dilema, el ‘boomer-soli’ ofrece una tercera forma que distribuye los esfuerzos entre los que más pueden contribuir, sin castigar a aquellos que ya son vulnerables o desalentadoras actividades laborales.
El impacto estimado es significativo: si se aplica hoy, el riesgo de pobreza entre los mayores de 65 años en Alemania caería del 18.3% al 13.6%, según las propias simulaciones de DIW. Las casas de los pensionistas en el primer quintil (el más pobre) verían que sus ingresos netos crecen entre 10% y 11%, mientras que un 20% más acomodado sufrirían una disminución moderada, entre el 3% y el 4% de sus ingresos netos anuales.
Reacciones políticas y sociales
El enfoque ha abierto debate sobre todos los frentes. Por un lado, grupos como la Asociación VDK han defendido alternativas, como gravar a las grandes fortunas para financiar las pensiones, aunque reconocen que tales impuestos son más complejos desde el punto de vista legal y político. Por otro lado, las organizaciones empresariales y algunas partes alertan contra cualquier medida que pueda considerarse discriminatoria o desanimada de ahorros privados.
Sin embargo, una de las fortalezas del ‘Boomer-Soli’ es su bajo costo administrativo: se basa en la información fiscal ahora disponible y podría implementarse rápidamente, sin agregar procedimientos engorrosos para los afectados o generar incertidumbre entre los trabajadores activos.
Un contexto económico marcado por la estabilidad … y la presión demográfica
La economía alemana enfrenta 2025 con pronósticos moderadamente optimistas en términos de crecimiento (alrededor del 0,7% según la Comisión Europea), la estabilidad presupuestaria y la inflación contenida (2.1% planeada para este año). Sin embargo, el desafío demográfico sigue presionando: cada año hay más jubilados para cada trabajador activo y la presión sobre las cuentas públicas no deja de crecer.
En este escenario:
El déficit público es estable alrededor del 2% del PIB. La deuda pública es de alrededor del 62% del PIB. Los precios del consumidor se han estabilizado después de años marcados por enfrentamientos de energía.
Las proyecciones muestran que solo una reforma estructural puede evitar que el sistema se derrumbe o tenga que recurrir a recortes drásticos en el futuro.
Alemania busca un modelo exportable
El debate alemán resuena fuera de sus fronteras. Muchos países europeos observan cuidadosamente esta fórmula porque comparten desafíos similares: el envejecimiento de la población acelerado, las dificultades para aumentar los impuestos o las citas sin penalizar el empleo y la fuerte resistencia social a la reducción de los beneficios adquiridos.
La gran pregunta es si una tasa selectiva como el ‘boomer-soli’ puede abrir el camino a sistemas públicos más sólidos y equitativos en toda Europa o si terminará siendo solo una solución temporal contra el desafío generacional del ‘baby boom’.
En cualquier caso, la verdad es que Alemania ha puesto sobre la mesa una alternativa basada en la solidaridad intergeneracional realista: impuestos solo a aquellos que tienen una capacidad más contribuyente dentro del colectivo de los jubilados para garantizar la dignidad económica también para quienes llegan a la jubilación con menos recursos.
Los próximos meses serán clave para ver si esta propuesta logra avanzar en un panorama político tradicionalmente reacio a los profundos cambios en los asuntos sociales … pero instada por una realidad demográfica inadecuada.