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Nuevo aspecto, mismos palos.
En el tenis, los estrenos de Grand Slam generalmente son terrenos resbaladizos.
Pero Carlos Alcaraz ha convertido la primera ronda en su reserva privada de caza: nunca ha caído en esa sección hoy, 26 de agosto de 2025, la tradición permanece intacta.
Su víctima, esta vez, fue Reilly Opelka, el gigante estadounidense de 2.11 metros, se recuperó de una lesión que amenazó con retirarse prematuramente.
Los españoles enviaron el envío con solvencia: 6-4, 7-5 y 6-4 después de dos horas y cinco minutos de duelo que, sinceramente, tenía más proceso que de thriller.
No fue una noche de ritmo diabólico. Cuando uno de los protagonistas mide más de dos metros y convierte el servicio en un artefacto de destrucción masiva, la continuidad brilla por su ausencia.
Pero Alcaraz, que apareció en la pista con un afeitado extremo, más comentado que el juego en sí, sabía cómo adaptarse al guión.
Ni una sola concesión con su servicio en el primer set, ni una sola bola de descanso para Opelka. Cuando el rival sirve 225 km/h, devolver la pelota ya es un mérito, pero el Murcia demostró que no hay servicio para intimidar su hambre.
Un adversario intimidante y una nueva imagen para la batalla
Opelka, quien se convirtió en el número 17 en el mundo antes de un tumor en la cadera y una lesión en la muñeca permaneció quince meses desde el circuito, regresó este año queriendo ira y ases a Mansalva. Es un personaje tan golpeado de la pista como el interior: coleccionista de multas, controvertido con los jueces y críticos con doble tenis, esta vez ni siquiera podía mostrar su repertorio de excentricidades.
El juego comenzó con los stands pendientes del nuevo look de Alcaraz, un radical afeitado que no dejó a nadie indiferente. Ni a los comentaristas, ni a sus propios compañeros de circuito, como Frances Tiafoe, que bromeó sobre el supuesto “aerodinamismo” del murciano y sentenció que era “horrible”. El propio Alcaraz confesó que él era el trabajo de su hermano mayor, después de un mal corte anterior. Entre risas y clics, los españoles parecen haberse tomado en serio para comenzar desde cero en Nueva York.
Superioridad táctica y mental: el arte de los gigantes domesticados
En el estrictamente deportivo, Alcaraz firmó una actuación quirúrgica, con solo tres bolas de descanso otorgadas, todo en el segundo set y resuelto sin problemas, y un dominio absoluto del ritmo. En cada parcial, sabía cómo esperar el momento apropiado para exprimir el acelerador y romper el servicio de Opelka, que a pesar de su poder no le molestó en los intercambios. El mejor punto de la noche: un pasante cruzado en la carrera en el tercer set, pura fantasía de Murcia.
Mientras tanto, Opelka luchó con dignidad, pero carecía de continuidad y tenía muchos errores en momentos clave. El estadounidense vino de una alta temporada de altibajos: finalista en Brisbane, semifinalista en ‘S-Hertogenbosch, pero incapaz de pasar la segunda ronda en los grandes. Alcaraz, por otro lado, vino con el impulso de haber ganado en Cincinnati y con la nueva memoria de sus títulos recientes en Roland Garros y Wimbledon. La diferencia de confianza era palpable desde el primer juego.
Siguiente parada: Mattia Bellucci y el desafío de mantener el pulso
El calendario no le da a la tregua y el miércoles Mattia Bellucci (65º de la clasificación), una izquierda italiana que accedió a la segunda ronda después del abandono de chino Junchng Shang. No será, a priori, un rival tan temible como Opelka, pero en Grand Slam no es conveniente confiar. La historia de Alcaraz en las primeras rondas es perfecta (19, 19), pero el año pasado tropezó en la segunda ronda en Nueva York. La memoria reciente y el escepticismo inherente al tenis dicta la prudencia.
Para los más curiosos, las casas de apuestas colocan a Alcaraz como un claro favorito en su próximo compromiso, aunque el italiano proviene de una buena racha en torneos menores y podría levantar la batalla si el murciano cae a su guardia. Las expectativas, por supuesto, están en las nubes: la prensa internacional lo coloca nuevamente entre los grandes candidatos para el título, con la posibilidad real de recuperar el número uno del mundo si encadena otra semana de gloria.
Alcaraz y el US Open: Historia, presión y la búsqueda del sexto gran
En este punto, Alcaraz ya no es solo una promesa joven. Su palmarés habla por su cuenta: Campeón del US Open en 2022, dos veces campeón de Roland Garros y Wimbledon, y con la inercia de los campeones que saben cuándo presionarse los dientes. Este año llegó a Nueva York más fresco que nunca, después de un verano con casi ningún choque y con confianza intacta.
El desafío, ahora, es el doble: conquistar el cemento estadounidense y dejar atrás el amargado recuerdo de la eliminación temprana del año pasado. No será fácil, porque la competencia es feroz y la presión, brutal. Pero si Alcaraz se ha demostrado, no se arruga frente a los desafíos. Ni siquiera cuando el adversario mide más de dos metros y saca del techo.
Curiosidades de duelo y sus protagonistas
Alcaraz nunca ha perdido en una primera ronda de Grand Slam (19-0). El nuevo aspecto rápido de Alcaraz ha generado casi tantos titulares como su tenis. Frances Tiafoe lo describió como “horrible”, pero Rory McIlroy lo aprobó. 65 de la clasificación, después de avanzar por retirada de su rival. Alcaraz puede convertirse en el primer español con seis Grand Slam antes de cumplir 23 años si levanta el trofeo en Nueva York.
Flushing Meadows nunca decepciona y, aparentemente, Carlos Alcaraz tampoco. El espectáculo se asegura mientras continúe en la pista.