Lorde’s Virgin: la estrella de Nueva Zelanda se vuelve emocionalmente cruda y sexualmente franca en su nuevo álbum.
Lorde, virgen
El año pasado, Lorde se convirtió en un personaje importante en el verano interminable de Charli XCX. La neozelandesa, nacida Ella Yelich O’Connor, presentada en un remix de niña, tan confuso, que dejó caer un verso clásico instantáneo que capturó los complejos sentimientos de la feminidad moderna y la rivalidad. Fue el teaser perfecto para el cuarto álbum de 28 años, Virgin, que explora más a fondo algunas de esas emociones espinosas con una especificidad brutal, una hermana del mocoso que define el espiritismo.
Lorde se ha convertido en una figura omnipresente en la cultura pop: ha pasado toda su vida adulta, y algún tiempo antes de eso, en el centro de atención. La estrella del pop se disparó al éxito mundial hace más de una década, cuando era solo una adolescente con su álbum de 2013 Pure Heroine, y desde entonces ha evolucionado, Chameleonic, a través de diferentes fases de música y vida.
En el período previo al lanzamiento de Virgin, el cantante hizo algunas apariciones públicas notables. Debutó que el sencillo principal What fue ese en un evento emergente en un parque de la ciudad de Nueva York, cerró debido al hacinamiento e hizo una parada sorpresa en una noche del club con el tema de Lorde en Sydney, bailando extáticamente junto a los fanáticos. Estos momentos fueron como un sueño febril, consagrando el estado casi mitológico de Lorde: a la vez abierto y misterioso, identificable e intocable.
Es un alivio, después de la energía solar en gran medida olvidable de 2021, que Virgin se siente como un regreso a la forma y un sucesor espiritual del excelente melodrama de 2017: un exorcismo ansioso y urgente.
Lorde interpretó canciones de Virgin el día tres de Glastonbury el fin de semana. Credit: Getty Images
Estas canciones no rehuyen ser emocionalmente crudas o sexualmente explícitas. Lorde es sincero acerca de sus problemas de salud mental en el vidrio roto que se desliza, y aborda la larga sombra del trauma intergeneracional durante todo el registro (“Hay sangre rota en mí, pasó por mi madre de su madre hacia mí”, confiesa el inquietante claro).
También es franca sobre su comprensión evolutiva de su propia identidad: “Algunos días soy una mujer, algunos días soy un hombre”, canta en el álbum abridor Hammer; En el video musical para el hombre del año, se ata a su pecho.