El presidente Trump amenazó con retener posibles acuerdos comerciales de Tailandia y Camboya en medio de un conflicto fronterizo que ha desplazado a decenas de miles de civiles y dejó al menos 32 personas muertas.
Trump dijo el sábado que habló con el primer ministro de Camboya, Hun Manet, y que llamó al primer ministro interino de Tailandia, Phumtham Wechayachai, para “solicitar” un alto el fuego y el fin de la guerra transfronteriza.
“Por coincidencia, actualmente tratamos en el comercio con ambos países, pero no queremos hacer ningún acuerdo, con cualquiera de los países, si están luchando, y lo he dicho”, escribió Trump en una publicación sobre Truth Social.
“Muchas personas están siendo asesinadas en esta guerra, pero me recuerda mucho el conflicto entre Pakistán e India, que se detuvo exitoso”, agregó el presidente, refiriéndose a los esfuerzos de EE. UU. Para ayudar a negociar un alto el fuego entre India y Pakistán en mayo después de las dos tetas intercambiadas.
El conflicto entre Tailandia y Camboya ha continuado el sábado, su tercer día. En Tailandia, 19 personas fueron asesinadas, mientras que en Camboya, el número de muertos ha alcanzado 13, según Associated Press.
El conflicto ha estallado después de que cinco soldados tailandeses resultaron heridos el miércoles por una explosión de mina terrestre.
En otro puesto del sábado sobre Truth Social, Trump, que está visitando Escocia, dijo que tenía una “muy buena conversación” con Wechayachai, el primer ministro interino de Tailandia.
“Tailandia, como Camboya, quiere tener un alto el fuego inmediato y la paz. Ahora voy a transmitir ese mensaje al primer ministro de Camboya”, escribió Trump el sábado. “Después de hablar con ambas partes, el alto el fuego, la paz y la prosperidad parecen ser naturales. ¡Pronto veremos!”
Las conversaciones de Trump con los líderes de Camboya y Tailandia vienen, ya que ha amenazado con imponer aranceles recíprocos a una gran cantidad de países, incluidos los dos actualmente en guerra.
Tanto Bangkok como Phnom Penh enfrentarían una tasa recíproca del 36 por ciento, que Trump y otros funcionarios de la administración dijeron entrarían en vigencia el 1 de agosto.