Los cuatro fantásticos: primeros pasos ★★★★
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La historia y la geografía del Universo Marvel han crecido tan serpentina a lo largo de los años que incluso los fanáticos más dedicados tienen problemas para mantenerse al día con la tarea. También se han sentido cansados de la implacable procesión de reinicios, spin-offs y reimaginings. No obstante, estos continúan con el Hoop-la asistente sin disminuir.
Ebon Moss-Bachrach (izquierda) y Pedro Pascal como mejores amigos Ben Grimm y Reed Richards.
Esta semana, Marvel Marketing Machine ha entrado en Overdrive para el lanzamiento de Fantastic Four: First Steps, la primera aparición en pantalla de Mr Fantastic and Family desde su salida de 2015, Fant4stic, que demostró ser un fracaso bastante grande. Esto significa que el estudio espera su propio reinicio con este. Hay mucho en juego.
Uno de los principales objetivos del guión es hacerse entendido incluso por aquellos que no han hecho su tarea. Con ese fin, los conceptos básicos de la historia de fondo de la fantástica se transmiten en un flashback muy condensado. La acción luego se pone en marcha y no se detiene. Naturalmente, nada de eso tiene sentido. El sentido nunca ha sido el punto con este lote. Lo que importa es el éxito del director Matt Shakman en mantener el tono irónico que distingue las películas de Marvel en su forma más agradable.
Reed (Pedro Pascal) y Sue (Vanessa) con el bebé Francis (Ada Scott).
Cuando nos ponemos al día con ellos, el señor fantástico, su esposa, Sue, la mujer invisible, su hermano, Johnny, la antorcha humana y su risa amiga, la cosa, ahora son celebridades, que se han hecho famosas por sus poderes que salvan vidas. Y porque la película también está dispuesta a enfatizar el lado humano de ser sobrehumano, fantástico, alias Reed Richards (Pedro Pascal) y Sue (Vanessa Kirby), esperan su primer hijo.
El diseño de producción se remonta a la década de 1960, pero la década ha recibido lo que el director, Shakman, llama un aspecto “retro-futurista”. Estrelado aproximadamente al inglés, esto significa que la era ha sido adornada por algunas de las teorías futuristas de moda en ese momento. Y funciona, minando muchas risas irónicas de los reflejos nostálgicos.
Para los fantásticos, todo va bien hasta que el Silver Surfer, una mujer metálica perfectamente esculpida que monta una tabla de surf espacial, aparece de la nada para anunciar que su maestro, Galactus, el devorador de los planetas, se ha fijado en la Tierra como su próxima comida.