Home Noticias del mundo Lo siento, Elton, pero “lo siento” parece ser la palabra más fácil

Lo siento, Elton, pero “lo siento” parece ser la palabra más fácil

4
0

¿Por qué todos se disculpan? Han pasado 50 años desde que Elton cantó Sorry Parece ser la palabra más difícil, sin embargo, estos días paso mi tiempo aplastando más disculpas que moscas en un partido de cricket de un día. Su uso es tan prolífico que uno pensaría que todos hemos sido muy, muy traviesos.

El uso excesivo y mal uso generalizado de esta breve pero poderosa palabra ha embotado nuestros sentidos al diluir su significado, revelando una necesidad social de aplacar constantemente, además de poner de relieve la desaparición de la sinceridad. Lo siento, da la casualidad de que parece ser la palabra más fácil.

Elton John en 1976, cuando consideró que “lo siento” era la palabra más difícil. Crédito: Syndication International

Mis observaciones me han llevado a un vasto y cavernoso vacío entre pedir perdón y necesitar pedir perdón. El Diccionario Oxford define el perdón como una expresión de tristeza o simpatía y sentir arrepentimiento. Hemos logrado ampliar este significado, exponiendo ya sea una falta de vocabulario o una verdadera intención.

Lo siento es lo que recurren quienes se disculpan demasiado, por ejemplo, ya que revela más sobre su autoestima que su arrepentimiento o simpatía. Esta es la persona que te pide perdón cuando te golpeas el dedo del pie, como si de alguna manera fuera responsable. Tal vez sea reflexivo como expresión de simpatía, pero completamente fuera de lugar como arrepentimiento.

Sorry es el complemento perfecto para los manipuladores que lo usan para parar y promover un comportamiento que nunca van a cambiar. Han aprendido que pedir perdón los libera sin tener que decirlo en serio, sin sentir simpatía ni arrepentimiento.

Cargando

La discusión sobre perdón con saña es una púa eficaz y cortante que sugiere que el hablante definitivamente, y de manera desafiante, no se arrepiente. Servido con un toque de sarcasmo también sugeriría que con gusto lo volverían a hacer.

Luego está el perdón, prolíficamente mal utilizado, que adorna cada pregunta como una vacuna contra un conflicto potencial. “Hola, me gustaría pagar mi cuenta”, dije. “Lo siento, ¿cómo te llamas?” fue la respuesta. Lo siento, ¿puedes pasarme una servilleta? Lo siento, ¿tienes tiempo? Lo siento, ¿esa silla está ocupada?

El perdón condicional viene acompañado de un aluvión de excusas que no se detendrán hasta que alguien absuelva a quien explica demasiado de cualquier delito. Perdón por llegar tarde, pero mi alarma no sonó y me detuve en el tráfico porque una familia de patos cruzó la carretera y me perdí el giro y el GPS se volvió loco y no pude encontrar un parque…

Fuente de noticias