(Newsnation) – Una nueva investigación muestra que, al igual que Taylor Swift, la mayoría de la gente cree que el karma está de su lado y al mismo tiempo castigar a otros.
Un estudio de la Asociación Americana de Psicología solicitó a más de 2,000 personas que escribieran sobre su experiencia con el karma. Los participantes eran de diferentes orígenes religiosos e incluyeron individuos no religiosos.
Al escribir sobre sí mismos, el 59 por ciento habló de ser recompensado por buenas obras, mientras que el 92 por ciento habló sobre consecuencias negativas para los matones, compañeros de trabajo, amigos y ex partidadores.
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La idea del karma proviene de tradiciones religiosas como el hinduismo y el budismo, pero también se ha arraigado en la conciencia occidental y los movimientos de espiritualidad de la Nueva Era. Sin embargo, la comprensión de lo que es el karma y cómo funciona puede variar entre las culturas.
El estudio incluyó participantes de los EE. UU., Singapur e India para obtener una amplia gama de antecedentes y encontró diferentes resultados en encuestados occidentales y no occidentales.
Los encuestados no occidentales mostraron menos tendencia a pensar en sí mismos de manera excesivamente positiva, pero aún así siguieron la tendencia general a atribuir castigos kármicos a los demás y a las recompensas a sí mismos.
Los investigadores dicen que los resultados analizan cómo formamos juicios mentales sobre nosotros mismos y los demás. La creencia de que uno merece buena fortuna puede promover la autoestima, pero también puede llevar a las personas a no reconocer otros factores en su éxito.
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La creencia de que el sufrimiento de otras personas es un castigo proviene del deseo de creer que el mundo es justo, dijeron los investigadores, lo que puede ayudar a las personas a dar sentido a la complejidad del mundo.
Se espera que la investigación futura explore cómo las creencias sobre el karma afectan la toma de decisiones, particularmente cuando se trata de hacer políticas, el sistema de justicia y los prejuicios sociales, que a menudo funcionan con la premisa de que los grupos “inferiores” son de menor estatus porque están siendo castigados de alguna manera.
Esos puntos de vista pueden afectar cómo las personas tratan a los demás y lo dispuestos que están a ayudarlos.