TEHRAN – Después de semanas de cooperación estancada, los inspectores de la Agencia Internacional de Energía Atómica (OIEA) se les ha permitido regresar a Irán, según el ministro de Asuntos Exteriores, Abbas Araghchi.
Sin embargo, Araghchi advirtió contra la interpretación de esto como un retorno a la plena cooperación, enfatizando que cualquier interacción con el organismo de control nuclear de la ONU permanece estrictamente controlada por el Supremo National Security Council (SNSC).
En declaraciones a la prensa en Teherán el miércoles, Araghchi aclaró que la presencia limitada del OIEA es específicamente para supervisar el proceso de reemplazo de combustible en la planta de energía nuclear de Bushehr. Hizo hincapié en que una ley parlamentaria reciente exige la aprobación de SNSC para todas las actividades relacionadas con el TIEA. Araghchi declaró que las conversaciones en curso sobre una nueva forma de cooperación aún se están considerando, haciendo referencia a las provocaciones perpetradas por el régimen israelí y los Estados Unidos en junio. “Ningún texto ha recibido la aprobación final”, explicó.
Después de los sitios nucleares de Irán en Esfahan, Natanz y Fordow fueron golpeados por ataques aéreos usraelíes-israelíes y el OIEA se abstuvo de condenar la agresión ilegal, el parlamento iraní suspendió la cooperación con el perro guardián nuclear de la ONU. Irán también es reacio a permitir que el OIEA inspeccione el daño en sus sitios nucleares específicos, por temor a que pueda proporcionar nueva información para los estadounidenses e israelíes sobre dónde y cómo atacar a continuación. Antes de la guerra, la inteligencia de Irán recuperó documentos secretos que mostraban que el director general de la agencia Rafael Grossi mantiene en contacto cercano con los funcionarios israelíes y los informa sobre el programa nuclear de Irán. Se cree que algunos de los científicos nucleares de Irán fueron asesinados a través de la información proporcionada por el OIEA.
Al dirigirse a los comentarios de Araghchi, Behrouz Kamalvandi, un portavoz de la Organización de la Energía Atómica de Irán (AEOI), confirmó que la llegada de los inspectores estaba relacionada con operaciones de rutina en Bushehr, vital para mantener el flujo de electricidad a la cuadrícula nacional.
Además, Grossi reconoció el regreso de los inspectores a Irán el 26 de agosto. En una entrevista, Grossi aludió a los ataques que afectan algunas instalaciones nucleares iraníes y subrayó la necesidad de planes operativos revisados.
“Cuando se trata de Irán, como saben, hay muchas instalaciones. Algunas fueron atacadas, otras no”.
“Así que estamos discutiendo qué tipo de … se pueden implementar modalidades prácticas para facilitar el reinicio de nuestro trabajo allí”, comentó.
Esta situación se desarrolla en medio de la mayor parte de las tensiones diplomáticas. Irán recientemente participó en conversaciones en Ginebra con Gran Bretaña, Francia y Alemania, con respecto a sus amenazas de desencadenar el mecanismo de Snapback, una disposición JCPOA que restablecería las sanciones de la ONU. Los firmantes europeos del JCPOA han declarado que decidirán si tomará medidas antes del 31 de agosto, lo que indica su creciente impaciencia con Irán. Este movimiento se produce como una respuesta a la reducción de la cooperación de Irán con el OIEA, que surgió de la retirada de los Estados Unidos del JCPOA y el fracaso de las potencias europeas para compensar esa acción dañina.