“La realidad es que la industria de la lana local lo ha estado haciendo difícil durante unos pocos años, impulsada por, entre otros, un crecimiento en el procesamiento de lana en alta mar, la sequía en Australia, los precios de lana más bajos y una caída de la demanda que ha llevado a muchos agricultores a salir del mercado a favor de las ovejas productoras de carne”.