Investigadores de la Biblioteca Fisher de la Universidad de Sydney han desenterrado un tesoro de trabajo del artista Norman Lindsay que había dejado de descubrir en la colección durante décadas.
“Era como (arqueólogo) Howard Carter entrando en la tumba de Tutankamón”, dice el historiador de arte y experto en Lindsay Robert Holden, quien junto con Rodney Kent desenterró la colección de bocetos, grabados, cartas y otras efímeras. “Realmente no estoy exagerando. Estaba aturdido”.
El material, que también incluye el borrador de una novela inacabada, había sido entregada a la biblioteca por el difunto Harry Chaplin pero no completamente catalogado. Ahora en exhibición en la Biblioteca Fisher, el recorrido salió a la luz cuando Holden y Kent se pusieron a compilar una bibliografía integral del trabajo de Lindsay.
Robert Holden inspecciona parte del material recién descubierto. Credit: Steven Siewert
Holden está particularmente entusiasmado con más de 100 letras, escritas en la propia mano de Lindsay, que han surgido. Incluyen correspondencia con muchas figuras importantes del día, incluida la legendaria soprano Nellie Melba.
“Las letras son, en mi opinión, uno de los aspectos más importantes porque estás obteniendo las propias palabras de Norman en su propia letra”, dice. “La mayoría de ellos están escritos a mano para una amplia variedad de personas en toda Australia. Fue un tremendo corresponsal”.
Lindsay, quien murió en 1969, era famoso y prolífico en casi todos los campos de esfuerzo artístico, desde la escritura hasta la pintura y la escultura y los grabados.
Norman Lindsay enseña a la nieta Helen contenta de dibujar a fines de 1950s. Credit: Robert Pearce
“Él dijo: ‘Un tercio de tu vida se pasa en el sueño, un tercio en el trabajo y un tercero en entretenimiento'”, dice Holden. “Dijo que eliminó casi toda la parte del entretenimiento y algo del sueño, y de esa manera pudo duplicar la cantidad de tiempo disponible para escribir y pintar. Y creo que eso resume la filosofía de toda su vida y su actitud hacia su trabajo”.
Un hombre de opiniones firmes, Lindsay tampoco fue ajeno a la controversia, tanto durante y después de su vida. En particular, su fascinación por los temas de paganismo y erótica y el rechazo de la convención social le trajeron una gran notoriedad.