The Conjuring: Últimos ritos
★★
MAMÁ. 130 minutos.
La franquicia de conjuros seguramente no habría durado más de una década si las películas no asustaran a las personas, y el capítulo supuestamente final de la saga, dirigido por Michael Chaves, tiene algunas piezas moderadamente efectivas que involucran muñecas espeluznantes, armarios oscuros y espejos rotos. Aún así, se debe hacer la pregunta, ¿son estas películas de terror realmente?
Aún más que sus predecesores, The Conjuring: Last Rites se siente durante gran parte de su tiempo de ejecución demasiado largo como una telenovela almibarada, fundada muy libremente en las vidas reales de los investigadores paranormales autodenominados ed y Lorraine Warren (Patrick Wilson y Vera Farmiga).
Patrick Wilson y Vera Farmiga en The Conjuring: Last Rites.Credit: Giles Keyte
La acción ocurre en 1986, lo que significa que el matrimonio amoroso de esta pareja católica devotamente ha sufrido durante más de cuatro décadas. En aras de su corazón y su estabilidad mental, han dado un paso atrás de la confrontación directa con los demonios, pero tienen otras cosas de las que preocuparse, principalmente relacionadas con su hija ahora adulta Judy (interpretada aquí por Mia Tomlinson, la segunda vez que el papel ha sido refundido).
Judy ha heredado las habilidades psíquicas de su madre, pero Lorraine teme que esto pueda ser más una maldición que una bendición. Mientras tanto, Ed está más perturbado por el compromiso de su hija con un ex policía (Ben Hardy) bien intencionado, que lo lleva a reflexionar sobre su propia mortalidad junto con el hecho de que ya no es la niña de papá.
Para algunas familias, la respuesta a todo esto podría ser la terapia. Pero para los Warrens, el único camino a seguir es que Ed y Lorraine se detengan en su retiro e investigan otra casa embrujada, con Judy uniéndose a ellos en el trabajo por primera vez.
Pero la película lleva una eternidad llegar a este destino. Durante la primera hora o más, cortamos entre los Warrens y los Smurls, la familia más grande, más pobre y más caótica que vive en la casa embrujada en cuestión.
Aquí nuevamente hay un par de hijas que parecen estar creciendo rápidamente, pero la película no logran hacer mucho ni con los toques de subtexto freudiano o con los paralelos entre los dos hogares en general.









