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Dale Frank – Nadie es cariño

Dale Frank – Nobody’s Sweetie ★★★★
(M) 112 minutos

El artista australiano Dale Frank tiene tres pasiones igualmente grandiosas: su pintura, su colección de historia natural y su jardín, que serpentea más de 20 hectáreas en Hambledon Hill, su propiedad en el Valle del Bajo Hunter.

Dale Frank en una escena de Nobody’s Sweetie.Credit: Umbrella Entertainment

Para pintar, usa una jarra, vertiendo los pigmentos en una superficie de Perspex antes de manipularlos con un implemento de mango largo que parece que estaría más en casa en un derramamiento de herramientas.

Su jardín está firmado por altos higos de Palms y Moreton Bay, muchos de los cuales han sido desarraigados de sitios de demolición y transportados por semirremoledores para ser elevados por grúas en los agujeros que los esperan en su propiedad. Y la granja de Hambledon Hill, construida en la década de 1860, es igual de espectacular. Junto con el propio Frank, alberga una gran colección de animales de peluche. Las cebras, las jirafas, las gacelas y los antílopes miran hacia abajo desde sus paredes vívidamente pintadas mientras un león, un leopardo de nieve y algunos osos pugnaces se mezclan en sus habitaciones y pasillos.

El documental de Jenny Hicks sobre Frank fue tres años de creación, interrumpido por la pandemia Covid-19 y obstaculizada a veces por su pequeño presupuesto, pero la naturaleza de parada y inicio de la sesión no se refleja en el ritmo de la película. En todo caso, probablemente ayudó a mejorar su sentido de intimidad.

Por su propia admisión, Frank es un personaje difícil. Sufre dolor nervioso crónico en el cuello y la cadera y recientemente fue diagnosticado como en el espectro autista que ve como una explicación de por qué evita multitudes y está incómodo en compañía de extraños. Tampoco es particularmente comunicativo con los más cercanos a él. Pero tal vez no necesite serlo.

Dale Frank comienza un trabajo vertiendo pigmentos en Perspex. Crédito: Entretenimiento paraguas

Él y su asistente de estudio de larga data, Trevelyan Clay, podrían no hablar mucho, pero existe un estado de comprensión irónico ir irritablemente lacónico entre ellos. Y Hicks, que permanece fuera de la cámara, dice que ella era una amiga firme de él al final de la filmación. No obstante, él es infalible con sus respuestas a las preguntas y comentarios que ella le arroja de vez en cuando. Él se apresura a decirle que si cree que alguna de estas preguntas es estúpida y cuando ella se atreve a usar la palabra, “juguetona”, para describir una de sus piezas, le devuelve la vuelta, diciéndole que está siendo condescendiente.

La película registra sus preparativos para su 36ª exposición en la Galería Sydney de Roslyn Oxley. Oxley ha estado mostrando su trabajo desde 1982 cuando regresó a Australia después de crear una carrera exitosa como pintor, escultor y artista de performance en Europa y Nueva York. El posmodernismo estaba de moda, y estaba en sintonía con él, ganando una reputación como uno de los chicos malos de Art con la irreverencia de su estilo. El Dr. Edward Colless, uno de un equipo de académicos, escritores y curadores que aparecen en la película, lo describe como “manejado su ego con gran talento teatral”.

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