Durante años, el nombre de Virginia Gallardo se vinculó con el mundo del entretenimiento, desde su participación en el baile para un sueño de Marcelo Tinelli en 2007 hasta su relación de los medios con Ricardo Fort, lo que la convirtió en una figura de la televisión argentina.
Hoy, cerca de las elecciones legislativas del 26 de octubre, su presente es otro: es candidata para la diputada nacional de Corrientes en la Lista de Libertad. “Sí, estoy asustado por la política … pero siento que es el momento óptimo para unir a las dos Virginias: los veintiún años en Corrientes y los veinte años en Buenos Aires”, confesó en una entrevista con Infobae.
El paso decisivo
Gallardo definió su salto como un segundo gran descanso en su vida. El primero, dijo, fue cuando dejó corrientes para participar en el programa Tinelli. El segundo, ahora, es postularse para un banco en el Congreso. “Puede que no sea elegido, lo tengo muy claro. Pero también sé que puedo cambiar la vida de los demás, y eso me emociona mucho”, dijo.
Gallardo es consciente de las críticas: “Hace unas semanas postulé y ya escucho cosas como” no quieres trabajar y vas a vivir desde el estado “. Pero no me ofende: tengo que morir con la mía como siempre lo hice”.
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Tu relación con Javier Milei
Gallardo se reunió con el presidente cuando ambos estuvieron de acuerdo en el controvertido programa en el bar. Fascinado por su discurso económico, decidió pedir clases privadas. “Me dio tres horas de clases en su oficina, con computadora, pizarra y libros de Milton Friedman. Me explicó y le pedí que bajara el idioma. Si entendía, cualquiera podría entenderlo”, dijo.
Desde entonces, asegura que confía plenamente en Milei: “Encardo con un partido político que dirige. Creo en sus buenas intenciones, aunque también sé que las necesidades en el país son muchas y no estamos en un país perfecto”.
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Miedo y entusiasmo
El candidato admite que la política argentina genera miedo: “Me asusta mucho. Todo lo que veo me hace querer quedarme y al otro lado. Pero si todos corremos, ¿qué hacemos? ¿Entregamos el país?”
Al mismo tiempo, dice que no será un simple obediente del banco libertario: “Muchos me dicen que me aman porque soy un” termo que levanta mi mano “. No es mi caso. Quiero estar de acuerdo, hablar y seguir siendo yo”.