La pausa llegó, finalmente. Las vacaciones de invierno llegaron para recargar energías, compartir el tiempo en familia y desconectarse … aunque a veces, lo único que cambia es la pantalla: desde el aula virtual hasta el videojuego. Psychopedagogue Mariana Savid recomienda implementar un “reinicio” familiar para crear espacios de reflexión para evaluar el uso de pantallas y volver a conectarse con actividades cara a cara.
El especialista en neuroeducación, Educación en ciudadanía digital y mediación y coexistencia escolar propone una “Reinicio digital“, No como un rechazo de la tecnología, sino como una ruptura consciente. Un espacio para detenerse, observar, sentir y redescubrir cómo vinculamos con la tecnología. Y, sobre todo, una oportunidad para volver a conectar entre nosotros.
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“Es una práctica que le permite tomar una distancia temporal desde las pantallas para recuperar la perspectiva de su uso”, dijo Savid a Córdoba Perfil. “No se trata de prohibir o castigar, sino de crear un espacio para la reflexión colectiva donde toda la familia puede preguntar: ¿Cómo usamos la tecnología? ¿Nos conecta o distrae? ¿Qué nos gusta? ¿Qué podríamos cambiar?”
El Psychopedagogue basa su propuesta sobre evidencia neurocientífica. “Desde la neuroeducación sabemos que el cerebro, especialmente en niños y adolescentes, se está desarrollando constantemente. Los estímulos excesivos visuales y de sonido de las pantallas pueden generar fatiga cognitiva, afectando funciones clave como atención sostenida, memoria y motivación”, dijo.
Un breve reinicio, según el profesional, “ayuda a descansar el sistema nervioso, reducir la sobrecarga de estímulos y espacio abierto para otras formas de aprender, jugar y relacionarse”.
Un enfoque pedagógico sin demonizar la tecnología
La iniciativa de Savid no busca eliminar la tecnología de vida de los jóvenes, sino generar una reflexión crítica sobre su uso. “La tecnología es parte de la vida de nuestros hijos y adolescentes. Les permite aprender, jugar, expresarse con amigos e incluso construir identidades”, reconoció.
Sin embargo, señaló que “también es cierto que, muchas veces, ese mundo digital puede cansar, distraer o generar presión emocional”. Por lo tanto, el reinicio lo invita a descubrir qué aspectos del mundo digital son positivos y cuáles podrían mejorarse.
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Durante el proceso, el especialista sugiere identificar tres aspectos clave:
Lo que les gusta del mundo digital: ¿te encanta investigar los problemas que les interesan? Crear contenido? Conectarse con otros?
¿Qué no tanto: una ansiedad genera ansiedad? La comparación constante? ¿El miedo a perderse algo?
¿Qué podríamos cambiar: podrían usar menos pergamino infinito? ¿Elige redes sociales y/o aplicaciones más positivas? Establecer horarios saludables?
Preguntas para la reflexión familiar
El educador plantea la cuestión de quién tiene control sobre quién en la relación de teléfono celular. Para facilitar esta reflexión, propone una serie de preguntas que las familias pueden abordar durante las vacaciones:
– ¿Cómo me siento después de pasar mucho tiempo frente a una pantalla?
– ¿Qué utiliza más tecnología? ¿Me nutre o me consume?
– ¿Qué hago tan feliz como navegar, pero sin la necesidad de una pantalla?
– ¿Se conecta o desconecta de mis afectos?
“Estas preguntas no buscan respuestas inmediatas, sino espacios auténticos para el diálogo donde pueden explorar sus emociones, deseos y límites”, dice el especialista. “Esta es una parte fundamental de construir una relación saludable con la tecnología”.
Un momento oportuno para la desconexión
El Ministerio de Educación Formalizó el descanso escolar para las vacaciones de invierno 2025, a partir del 7 de julio y extendiéndose hasta el 1 de agosto, según cada jurisdicción. Este período representa una oportunidad única para implementar el reinicio digital, ya que los estudiantes no dependen de los dispositivos para actividades académicas.
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“Este proceso no solo es pedagógico, sino profundamente humano”, dice Savid. “Nos enseña a mirar con conciencia y criterios, no solo con un hábito”.
El Psychopedagogue concluyó que enseñar para desconectar “también es parte de nuestra tarea como educadores y padres. Y tal vez, esta es la mejor lección que podemos compartir este invierno”.