UTA no puede unirse a la huelga CGT

El gobierno nacional activó una herramienta clave para descomprimir el conflicto con el Gremio colectivo: emitió la conciliación obligatoria después del fracaso de las negociaciones salariales entre la Unión de Tramas Automotrices (UTA) y las cámaras comerciales del sector.
La decisión, tomada por el Secretario de Trabajo, Julio Cordero, busca desactivar una huelga que hubiera afectado el servicio de transporte en todo el país y, al mismo tiempo, limite la participación de la Unión General de huelga convocada por el CGT para el próximo 10 de abril.
Una obra política con doble efecto
El contexto no es menor: mientras que la UTA presionó para una actualización salarial que no llegó, el partido gobernante tomó nota del riesgo político y económico que implicaría una huelga colectiva en el marco de la protesta de la Unión contra el gobierno de Javier Milei. Por lo tanto, y aunque en otros conflictos el ejecutivo había evitado el uso de esta herramienta, esta vez decidió aplicarla. Durante los próximos 15 días, el gremio encabezado por Roberto Fernández no podrá especificar medidas de fuerza.
En la práctica, esto implica que el UTA estaría fuera de la huelga CGT. Desde el entorno de Fernández, deslizan su incomodidad: “Está muy enojado con los empresarios, quería detenerse ahora. Pero con la conciliación no se sabe lo que sucederá”, dijeron cerca del líder.
¿Puedes adherirte a la huelga general? Debate sindical legal y apremiante
La conciliación obligatoria evita la realización de huelgas mientras dura el proceso. Sin embargo, algunos especialistas proponen que el gremio podría adherirse al paraguas de la ley constitucional.
El abogado laborista Gustavo Ciampa advirtió que “el gobierno no puede usar la conciliación en un conflicto particular para evitar que una unión se adhiera a una huelga general”. Como explicó, para prohibir la participación, se debe abrir una instancia de negociación formal con el CGT en su conjunto.
En el Ejecutivo, por otro lado, argumentan que cualquier medida de fuerza durante la conciliación violaría la legislación actual, exponiendo el gremio a sanciones que van desde multas económicas hasta la posible pérdida de personalidad.
Fernández, entre la tensión del sector y la precaución política
El líder de UTA de 80 años juega con ambigüedad. Aunque su gremio estaba históricamente cerca del kirchnerismo y apoyó a Sergio Massa en las últimas elecciones, en los últimos meses decidió no enfrentar al gobierno libertario. Incluso elogió el envío de fondos por parte del Ministerio de Economía para subsidiar el transporte en el AMBA.
A pesar de su bajo perfil, su participación en la huelga de abril sería decisiva. Sin grupos en circulación, se mejora el alcance de la huelga. Por lo tanto, la parte gobernante tiene como objetivo neutralizarlo antes del 10 de abril.
El CGT avanza con el desempleo nacional
Mientras tanto, la confederación de trabajo general ratificó la medida de la fuerza. Reunido en la sede histórica de Azarpardo, el Central de Obrera logró un apoyo unánime de su sección y confirmó que tendrá la adhesión de los dos aspectos de la CTA y el CTera, lo que garantiza que no habrá clases ese día en gran parte del país.
La estrategia del gobierno, entonces, no solo busca esquivar el conflicto con el gremio de transporte, sino que también debilita el impacto del tercer desempleo general de la suposición de Milei.