La aparición de Deepseek a fines de 2024 generó un interés particular en comprender el universo desconocido de la inteligencia artificial (IA) de China. Esta situación condujo a una pregunta recurrente en los medios de comunicación occidentales: ¿cómo el gigante asiático desarrollaron una IA tan poderosa como el estadounidense?
Para responder a esta pregunta, es necesario comprender algunas de las características distintivas de China. Se destacan cuatro características específicas asociadas con la forma en que el poder asiático enfrentó el desafío de convertirse en un poder tecnológico.
Estado conduciendo sin estatismo
China combina grandes compañías de tecnología (Baidu, Alibaba, Tencent, Huawei, por ejemplo) con un ecosistema de inicio financiado por el estado. A través de la conducción centralizada del Partido Comunista de China (PCCH), el estado no solo financia el espíritu empresarial, sino que también establece planes de desarrollo nacionales, como el hecho de China 2025 y el plan de desarrollo actual de la IA 2030, que guía la inversión hacia los sectores tecnológicos estratégicos para posicionar a China como poder tecnológico.
Estos no les gustan los autoritarios
El ejercicio del periodismo profesional y crítico es un pilar fundamental de la democracia. Es por eso que molesta a quienes creen que son los dueños de la verdad.
Operai investiga a Deepseek para el uso potencial de sus modelos para entrenar a su chatbot
A diferencia del estatismo soviético, el socialismo con las peculiaridades chinas logra equilibrar la planificación centralizada con una economía de mercado que facilita la articulación público-privada, atrayendo la inversión extranjera, lo que permite alinear el desarrollo tecnológico con los intereses nacionales.
Deepseek promueve su propia red social que barre la recopilación de datos estadounidenses
China aprovecha su escala para generar un gran volumen de datos, crucial para el desarrollo de la IA. Sin embargo, la escala otorga una ventaja que solo el desarrollo de capacidades tecnológicas puede aprovechar. China invirtió en infraestructura tecnológica (5G, computación en la nube) y en la formación de ingenieros y especialistas en IA.
El CEO de Apple, Tim Cook, fue contundente en relación con este punto en su última visita a China: “En los Estados Unidos podría tener una reunión de ingenieros de herramientas, y no estoy seguro de llenar la habitación. En China, podría llenar múltiples campos de fútbol”. China no compite solo por el costo de la mano de obra, sino por el grado de especialización de su fuerza laboral y la formación de talentos a gran escala.
Un compromiso con la arquitectura y la eficiencia abierta
El potencial de código abierto para acelerar la adopción, promover la colaboración, facilitar la personalización y garantizar la transparencia constituye un pilar de la estrategia china para promover la eficiencia y acelerar la innovación. Enfrentados con las restricciones impuestas por los Estados Unidos para la compra de semiconductores de mayor calidad fabricados por Nvidia, DePseek desarrolló la mezcla de la arquitectura de expertos (MOE) que permite reducir significativamente los cálculos de los modelos y, por lo tanto, operar con chips más modestos que reducen el costo total de las operaciones. Todavía no sabemos si el código abierto ha ganado el pulso en la guerra de modelos de lenguaje natural, pero China ya hizo su apuesta y el futuro parece prometedor.
El avance chino en el área de IA no se subsume a los grandes modelos de lenguaje natural, como Deepseek, sino que se extiende a un conjunto más amplio que incluye la IA autónoma que se llama SO. Estos son algoritmos sofisticados capaces de aprender, escuchar e interactuar con el medio ambiente. China lidera el campo de la movilidad autónoma, la visión computacional y el reconocimiento de voz. Sin un avance para la privacidad, la población adopta estas tecnologías en su vida diaria.
El desarrollo de China no constituye solo una herramienta para competir con los Estados Unidos, sino una pieza clave que motoriza la productividad de toda su economía. Sus características particulares representan la forma en que esta superpotencia enfrenta algunos de los grandes dilemas del siglo XXI.









